Un estudio realizado en China acerca de los factores de riesgo asociados con la muerte de adultos hospitalizados con la enfermedad Covid-19, provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha revelado cuáles son las posibilidades de morir cuando se ha contraído esta enfermedad.

Los factores asociados a ese riesgo de muerte por coronavirus, se relacionan con personas mayores con signos de sepsis o septicemia (una infección generalizada por un patógeno), y a tener problemas de coagulación sanguínea cuando el paciente es ingresado en el hospital.

Cuando por edad avanzada este presenta un valor alto en la evaluación de fallo orgánico secuencial por diseminación del virus, se indica que la liberación media es de 20 días en supervivientes (de 8 a 37 días) ya que la duración en la expulsión viral es complicada cuando el paciente muestra problemas respiratorios.

En el estudio, publicado en The Lancet, se aprecia la duración media de la fiebre que suele ser, aproximadamente, de doce días, con tos que dura cerca de veinte días y aún cuando los pacientes son dados de alta. Respecto a la disnea (dificultad para respirar) esta cesa a lo largo de los 15 días, aunque en pacientes polimedicados con enfermedades sistémicas les ha llegado a producir una insuficiencia cardíaca aguda. insuficiencia renal aguda y una infección secundaria al propio COVID-19.

La media de edad de los pacientes es 56 años, (la mayor parte, hombres, con afecciones crónicas subyacentes) siendo la más común la presión arterial alta, y la diabetes. En el estudio se da cuenta de que los pacientes que han muerto por Covid-19 tenían más probabilidades de ser mayores de 69 años que los pacientes que han pasado la quinta década.

Enfermedades crónicas, tales como la presión arterial alta, la sepsis, la diabetes, y el uso prolongado de ventilación no invasiva, son factores importantes en la muerte de los pacientes mayores. Si a ello le sumamos el debilitamiento del sistema inmune relacionado con la edad y al aumento de la inflamación que podría promover hinchazón en el cuerpo, daría lugar a daños duraderos en el corazón, cerebro y otros órganos.

La conclusión más importante deduce que, desde el inicio de la enfermedad, la media de tiempo hasta la cura total son 22 días y las personas que no han logrado sobrevivir a este cuadro, han muerto a los 18,5 días la media.

A la comunidad médica le preocupa que muchos pacientes mayores por el mero hecho de considerar que los servicios de urgencias están colapsados, esperan días en casa a restablecerse y cuando hacen uso de la emergencia sanitaria ya es tarde. Esta duda nunca debe existir en los cuidadores de personas mayores o con enfermedades crónicas según apunta el Dr. Rafael Ortega, médico de Urgencias.

«Ante la menor duda, si el paciente es mayor o nota que le falta el aire, debe acudir de inmediato a un hospital para evitar cuadros complicados de los que luego no sea posible salir. El motivo de acudir a un hospital es por un cuadro de disnea, recalca.

Cuando existen ya neumonías bilaterales, el riesgo es muy alto si la edad es avanzada y por otras enfermedades que tenga el paciente. Hay que recordar que el tratamiento es sintomático y personalizado en cada paciente y es atendido en función de la gravedad. En pacientes con manifestaciones leves no difiere mucho el tratamiento del de una gripe.», añade a Aquí Madrid.

«Por el miedo hospitalario y por lo que se está contando de la masificación de las urgencias, no se están llevando a pacientes mayores a ser atendidos cuando estos, probablemente, precisen de cuidados hospitalarios desde que tienen el virus. La adhesión inadecuada a una terapia de soporte estándar con altas dosis de corticosteroides, así como la transferencia demasiado tarde al hospital de algunas personas, puede haber contribuido a aumentar las muertes de estos».

Ana De Luis Otero
Periodista. Doctora en Ciencias de la Información. PhD. Máster en Dirección Comercial y Marketing. Fotógrafo. Consultora de Comunicación Socia directora LOQUETUNOVES.COM; Presidenta de D.O.C.E.( Discapacitados Otros Ciegos de España); Secretaria General del Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD); Miembro del CEDDD autonómico de la Comunidad de Madrid; Miembro del Consejo Asesor de la Fundación López-Ibor; Miembro del Comité de Ética de Eulen Sociosanitarios; Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland); exdirectora del diario Qué Dicen. Divulgadora científica, comprometida con la discapacidad y la accesibilidad universal. Embajadora de honor "Ñ". Representante en EASPD Europe del CEDDD Inclusive Life

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