La Federación Vecinal, FRAVM, ha presentado alegaciones al Proyecto Inicial de Ordenanza por la que se modifica la Ordenanza de Movilidad Sostenible de 2018 en Madrid por ser «regresiva» y «retrotrae a tiempos pasados» al carecer de medidas drásticas para frenar la contaminación atmosférica.

Recogiendo el sentir de las asociaciones vecinales afectadas, la Federación rechaza la extensión del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) a barrios que sufren el efecto borde y defiende para ellos la implantación de Zonas de Aparcamiento Vecinal (ZAV), una figura que además de ser gratuita para residentes es «flexible y participada».

Señala la FRAVM que «si lo comparamos con la ordenanza de 2018, el proyecto de nueva ordenanza de movilidad del Consistorio de José Luis Martínez-Almeida no solo no aporta grandes novedades sino que la empeora. No solo no está a la altura de las circunstancias, sino que es una norma regresiva, que nos retrotrae a tiempos pasados y que, tal vez, acabe atrayendo sobre sí la censura de las autoridades europeas».

Tras analizar con detalle la propuesta del Ayuntamiento, que llega precedida de «una verdadera ceremonia de la confusión en forma de bulos, ideas falsas, rumores, antagonismos artificiales, acusaciones contra los gestores anteriores y medidas para la galería», la entidad vecinal concluye que «no está a la altura de la exigencia» de reducir de forma contundente uno de los principales males de la capital, la contaminación atmosférica. El hecho de que nuestra ciudad se encuentre entre las más castigadas de Europa en muertes relacionadas con la polución del aire y en un contexto de pandemia de una enfermedad como la COVID-19 exige medidas drásticas y valientes dirigidas a las fuentes de emisión de los gases contaminantes, y de manera prioritaria al sector de la movilidad motorizada, algo que, lamentablemente, no vemos en el proyecto municipal».

Una de sus medidas estrella, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Madrid, la «más grande de Europa», tal y como hoy está redactada, es insuficiente. De 2022 a 2025 la prohibición de circular afecta a los turismos, todoterrenos y familiares que no estén de alta en el Padrón del IVTM de Madrid y solo a partir de 2025 se hará extensiva a todos los vehículos. Si tenemos en cuenta que según la DGT en 2019 el parque de vehículos de la Comunidad de Madrid sin distintivo representaba el veinte por ciento del total, la prohibición entre 2022 y 2024 afectará a una minoría, mucho menos del diez por ciento del parque total: «En conclusión, el tamaño de la zona es un dato menor considerando la escasa ambición de la medida y el peso de las excepciones. El tufo propagandístico de la propuesta es más que evidente», remacha la FRAVM.

Otra de las novedades, la creación de la Zona de Bajas Emisiones De Especial Protección (ZBEDEP) de la plaza Elíptica, tal y como está plasmada en el documento municipal la convierte en irrelevante, debido a su reducido tamaño («alrededor de cuatro campos de fútbol») y a su carácter transitorio (en 2025 será absorbida por Madrid ZBE). La FRAVM comparte las apreciaciones de la Comunidad de Madrid en este punto: «Se considera que puede ser conveniente estudiar la ampliación de la superficie ocupada por esta ZBEDEP, ya que, entre otros aspectos, una zona de escasa superficie puede provocar un efecto de ‘cambio de ruta’ en los vehículos, que bordearían la zona, consiguiendo el efecto no deseado de aumento de emisiones y por tanto del empeoramiento de la calidad del aire». 

Por otro lado, la nueva ZBEDEP distrito Centro supone una clara regresión respecto a Madrid Central, ya que introduce nuevas excepciones y medidas menos restrictivas, como la ampliación del horario al que pueden acceder las motos con clasificación ambiental B o C, de las 22:00 a las 23:00.

En su obsesión por eliminar una medida del anterior equipo de Gobierno que tan buenos resultados estaba cosechando, el actual ejecutivo no solo se limita a sustituir un nombre por otro imposible de pronunciar, sino que introduce elementos que en vez de desincentivar la entrada de más vehículos, la incrementan.

Menos SER y más ZAV

Otra de las propuestas del anterior consistorio que desaparecen en el actual proyecto es la figura de las Zonas de Aparcamiento Vecinal, pensadas para regular la saturación de vehículos foráneos en barrios que sufren el efecto borde, que se encuentran mayoritariamente en el límite de la almendra central y la zona SER. «En lugar de apostar por las ZAV, una figura flexible y participada, la modificación se inclina por extender el SER, es decir, el aparcamiento no gratuito para los residentes. Lo hace en determinados barrios, pero no en otros que sufren la misma o parecida problemática, sin que en ningún lugar de la Memoria se razone el trato diferenciado», indica la FRAVM en sus alegaciones.

Tanto la federación como las asociaciones vecinales de los barrios afectados por la ampliación del SER se oponen a esta figura, que sin duda denota un claro «afán recaudatorio», y apuestan claramente por la ZAV, no solo porque resulta gratuita para las personas residentes sino porque nace del diálogo y el consenso con el tejido asociativo.

En los últimos días, las asociaciones vecinales de Puerta del Ángel (Latina), Comillas (Carabanchel), Moscardó (Usera) y San Pascual (Ciudad Lineal), barrios afectados por la posible extensión del SER, han recogido y registrado centenares de firmas y alegaciones de sus vecinos en este sentido, que esperan que el Ayuntamiento tenga en cuenta en la revisión de su proyecto de movilidad.

En sus 25 páginas de alegaciones, la FRAVM introduce muchas más críticas y propuestas, como su rechazo al plan actual de aparcamientos disuasorios en el entorno de la M-40 y entre esta vía y la M-30, que está generando una contundente respuesta ciudadana en lugares como Aravaca, Hortaleza, Retiro o Fuencarral, dado que suponen nuevos polos de atracción de vehículos a motor. 

La federación, haciendo suyo el lamento de la Asociación Vecinal de Marconi, se opone igualmente a la supresión del área de acceso restringido de esta colonia de Villaverde, una figura concebida por razones de seguridad ciudadana y lucha contra la prostitución. 

Por otro lado, en sus alegaciones la FRAVM hace suyos los planteamientos del movimiento Revuelta Escolar, que lleva meses batallando por unos entornos escolares más saludables y seguros, así como los de la Asociación de Viandantes A Pie, una entidad que forma parte de la federación.

Tanto A Pie como la FRAVM consideran que el proyecto de nueva ordenanza aborda la movilidad peatonal de una manera «demasiado tímida», sin introducir apenas mejoras.

Entre otros muchos aspectos, ambas organizaciones coinciden en que «se debe prohibir el aparcamiento y circulación de motos en las aceras de una manera clara y sin excepciones, pues atenta contra la seguridad del espacio peatonal y va contra el objetivo de recuperar espacio público para los peatones. Las restricciones contempladas al aparcamiento en la acera son actualmente incumplidas de manera generalizada y son desconocidas por la ciudadanía e incluso por parte de los agentes de movilidad», sostienen.

En la misma línea, la FRAVM suscribe los planteamientos y alegaciones presentadas por otra organización aliada, la asociación de ciclistas Pedalibre, muy crítica con la nueva propuesta municipal, ya que en vez de servir para fomentar el uso seguro de la bicicleta, parece que lo disuade.

Así, la Federación Vecinal critica las duras restricciones al uso, circulación y estacionamiento de las bicis cuando Madrid dispone aún de un número ridículo de aparcabicis y de kilómetros de carril bici seguro. «Entre los factores de fomento de la movilidad en bici (y en VMP) es crucial la regulación del estacionamiento. Paradójicamente, la modificación trata mejor en este asunto a las motos y similares que a las bicis y similares. Las calles de Madrid no disponen de suficientes puntos de anclaje para las bicicletas, apenas hay unos 1.250, cuando, según el Manual de Aparcamiento del Ministerio de Industria, el óptimo sería disponer de un aparcabici en un radio inferior a cincuenta metros de los centros de interés. Si la dotación no existe, los ciclistas o no usan la bici o acuden al aparcamiento espontáneo, arriesgándose a sufrir una sanción. No es con medidas punitivas o disuasorias de este tipo cómo se anima la movilidad en bici (y en VMP)», recogen la federación y Pedalibre en sus alegaciones.

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