Daniel Ureña1

La clave de los debates no es memorizar una larga lista de cifras y datos, sino cómo conectar con la audiencia y cómo adaptarse a los códigos y el lenguaje de la TV. Un mensaje claro y contundente no tiene que estar reñido con un estilo aburrido.

1. Un debate más calmado y de guante blanco

El debate entre los aspirantes a vicepresidentes fue todo un contraste con el de la semana pasada. Frente al lodazal del primer cara a cara, Mike Pence y Kamala Harris protagonizaron un debate de guante blanco, donde hubo duros ataques y reproches, pero dentro de un tono mucho más respetuoso. ¿Quién ganó? No hubo un claro vencedor, ya que ambos candidatos cumplieron sus objetivos.

2. Pence, otro estilo es posible

Mike Pence es el perfecto complemento a Donald Trump.  Educado, sereno, racional y sobrio, el vicepresidente defendió como gato panza arriba la gestión de la Casa Blanca y mostró que otro estilo es posible a la hora de defender las mismas ideas. Fue capaz tanto de contrarrestar muchos de los golpes de su rival como de evidenciar algunos de sus puntos débiles. Desconcertó a Harris al darle la enhorabuena y felicitarla por su nominación como candidata, algo a lo que tristemente llevamos mucho tiempo sin ver en la política de Estados Unidos.

3. Harris cumple

Kamala Harris hizo un buen papel en el debate. Defendía su turno de palabra con vehemencia con una frase que se va a convertir en un icono feminista durante las próximas horas: «I am speaking».  Frente a un Pence más hierático, su comunicación no verbal fue otra de las protagonistas de la noche. Sus risas y miradas mientras Pence intervenía hablaban por sí solas.  Harris fue contundente en sus ataques contra Trump y se mostró eficaz a la hora de conectar con la audiencia, hablándole en primera persona y bajando al terreno con ejemplos cercanos. 

4. Una moderadora esclava de su guión

Susan Page, periodista del USA Today, fue la anfitriona. No pasará a la historia como una de las mejores moderadoras. Esclava de sus notas y su guión, transmitía inseguridad y no tuvo mucho éxito en controlar los tiempos. Ambos candidatos ignoraron continuamente las preguntas y respondían a su antojo, haciendo homenaje a Henry Kissinger cuando al comparecer en rueda de prensa decía a los reporteros: “¿Tienen sus preguntas para mis respuestas?”. 

5. Una mosca en mi debate

La inesperada visita de una mosca que se posó en la cabeza de Pence durante un par de minutos fue uno de los momentos más comentados de la noche.  La mosca ya tiene página web, cuenta en twitter y hasta el propio Joe Biden se refirió a ella publicando una fotografía con un matamoscas.  En estos tiempos de saturación informativa, la anécdota es la protagonista, por lo que la mosca sí que ganó el debate. 

  1.  Daniel Ureña es el presidente de The Hispanic Council.

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