Con el título en inglés «Tentative approaches to a point of suspensión», en español Tentativas de alcanzar el punto de suspensión, pequeño momento de quietud en el aire, el director Joann Bourgeois ha ofrecido en el patio del Centro Conde Duque de Madrid un espectáculo inclasificable, diferente.

Él mismo dice que no le preocupa definir lo que hace. A mí tampoco, pero voy a intentar no sé si definir o antidefinir las invenciones de Bourgeois. ¿Es, o no es una performance? Ahí cabría todo. Puede ser o no ser circo acrobático, danza de equilibristas, equilibrio con y sin objetos, lo que él llama máquinas. Plataformas giratorias con sillas y mesa o solo silla. Escalera y cama elástica; el más difícil todavía, equilibrismo artístico sobre una bola. Movimiento llevado al límite pero al compás de músicas de compositores muy conocidos, o movimiento llevado por músicas, danza acrobática que sin embargo no es danza o quizá sí lo sea, jugar con la gravedad, volar, en fin.

No me extraña que a Bourgeois no le preocupe la definición. Y consigue que el espectador guarde ese silencio que produce la inquietud o el temor a que suceda algo que no va a suceder.

Él dice que su propuesta conecta con la inventiva de Leonardo da Vinci, con las aportaciones de Galileo, Foucault o Schrodinger. Sus dispositivos amplifican fenómenos físicos con ayuda de la mecánica, la biomecánica y la física. Juegan con la gravedad, la fuerza centrífuga, la inercia o el equilibrio. El juego es con seres humanos que se someten a estas leyes. Seres humanos que se llaman Marie Bourgeois, Jean-Yves Phuong, Damien Droing, Estelle Clément-Béalem y Raphaël Defour.

Tentative approaches surgió de un encargo del Centro de Monumentos Nacionales de Francia, una performance para algunos de sus edificios. El coreógrafo vio el camino abierto para crear un diálogo entre la arquitectura y la filosofía, unido a una propuesta de riesgo físico. Eligió el Panteón de París como espacio y El péndulo de Foucault como tema. Lo llamó Los grandes fantasmas y utilizó los grandes espacios del edificio para colocar sus máquinas y poner a volar a sus intérpretes.

La de Conde Duque es una propuesta a la carta. Estudió la geometría y escala de los patios pavimentados y eligió las máquinas que mejor se adaptaban al espacio, buscando un efecto de simetría perfecta. La propuesta se ha transformado en la representación fidedigna de todo su imaginario escénico y en una experiencia única para los madrileños.

Las performances
Siempre con concepto y dirección de Yoann Bourgeois.

Huragan, interpretado por Marie Bourgeois, sobre plataforma giratoria con una silla, con música de Schubert, Auf dem wasser zu singen. Exactamente, Marie se transforma en un huracán y logra en algún momento la no gravedad. También hay un efecto de suspensión en el espectador. Eso siempre.

Hay que moverse a la segunda máquina en el espacio opuesto del patio para ver Dialogue, interpretado por Estelle Clément-Béalem y Raphaël Defour. Sonido de Antoine Garry. Más inquietante todavía, aquí la plataforma que sostiene una mesa y dos sillas gira a veces casi verticalmente. Creo que hasta llega a suspenderse la respiración del espectador. Cuando no hay sonido, el silencio llega a hacerse atronador.

Our music. De nuevo la pareja Bourgeois – Phuong evoluciona en la pista central desafiando todas las leyes físicas, enfundados en un traje ligeramente trapezoidal que se ajusta a una bola. De nuevo Schubert, Ständchen D 957. Algo se ve en el video, pero nada comparado a los diez minutos de acrobacias increíbles sin brazos que equilibren y los pies invisibles sobre la bola. Los movimientos en todas direcciones, sin perder la recta jamás. Alucinante.

Damien Droing pone en escena la Fuga-Trampolín a los sones de la Metamorphosis de Philip Glass. Le basta una escalera, un murete y la cama elástica. Al final recrea al hombre – araña. Parece fácil, pero no, no es nada fácil.

Por último, regreso a la primera plataforma para ver la representación de Hourvari. De nuevo Bourgeois – Phuong con Wild is the wind de Dimitri Tiomkin y Ned Washington, demuestran durante diez minutos cuán salvaje puede ser el viento …

Antes de dedicarse a este tipo de creación, Yoann Bourgeois fue bailarín en la compañía de Maguy Marin, precursora de las vanguardias de Francia. Bailó clásicos como MayB, y participó de los procesos de Umvelt y Turba. Hasta 2010, en que decidió crear su propia compañía, sumergirse en sus investigaciones hasta llegar a esta esencia.

Él dice que con cada nuevo trabajo busca la simplificación de las mismas ideas, hasta llegar al punto de no poder suprimir nada más, porque todo lo que queda en esencial, necesario.

Es como poner aventura, tan necesaria, en nuestras vidas.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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