Walt Disney (1901-1966), es el creador americano de los famosos personajes: Ratón Mickey, Pato Donald, Pluto, Dumbo, precursor del cine animación con veintidós Oscar y 59 nominaciones, productor, guionista, dibujante y creador de las empresas Disney, la mayor corporación de comunicaciones y entretenimiento del mundo, con ingresos anuales de miles de millones de dólares.

Un sueño que Disney fue construyendo entre dibujos animados, viajes, guerras y competencias. Entre esos viajes, visitó Argentina en 1941 y el país austral fue inspiración de algunos proyectos.

Walt Disney había fundado Disney el 16 de octubre de 1923. Se mudó a Hollywood y comenzó a tener reconocimiento con el filme Blancanieves y los siete enanitos, el primer largo metraje de animación sonoro, en Tecnicolor, en el mundo. Comenzaron años de trabajo y competición, Walt Disney quería transmitir con sus dibujos y filmes valores humanos, unión familiar y hacía reír a grandes y chicos.

En 1941, los empleados de la compañía de Disney fueron a una huelga. Aunque Disney había tenido un gran éxito con Blancanieves también estaba muy endeudado. Para entonces, los estrenos de las películas Pinocho, Fantasia y Dumbo afirmaban el concepto de películas de animación, pero era algo nuevo en el mercado. Por otra parte, había estallado la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos tenía preocupación por la presencia del nazismo en Latinoamérica.

El presidente Franklin Roosevelt y Nelson Rockefeller, director de Relaciones con Latinoamérica del Departamento de Estado, sugirieron a Disney como embajador diplomático de «Buena Vecindad», para que visitará Argentina, Chile y Brasil, promoviendo dibujos animados, sonrisas y unión con el bloque aliado. Disney aprovechó para abrir nuevos mercados para los filmes de animación y recoger documentación que se usó en los filmes Saludos Amigos (1942), Los tres caballeros (1945) y otras.

Mi padre era dibujante y creativo de una empresa publicitaria americana, tuvo la ocasión de conocer a Disney cuando llegó a Buenos Aires. Me comentaba que era un hombre simpático, interesado en todo, muy creativo y a la vez muy profesional. Se hicieron amigos, los dos fumaban mucho, los dos dibujaban todo el tiempo y eran muy humoristas. Disney le comentó que cuando niño ayudó a su familia repartiendo diarios y que siempre dibujaba, le regaló un Mickey Mouse como recuerdo y lo invitó a Estados Unidos a que fuera a trabajar en su productora.

La presencia de Disney motivó a muchos dibujantes y publicistas del cono sur, creó una tendencia. Sus dibujos animados cautivaron a los niños y adolescentes de varias generaciones sureñas. Muchos crecimos y todavía crecen con Disney y sus películas y desean conocer Disneyworld, el parque temático de fantasías y que, en su momento, dio trabajo a miles de personas.

Este viaje por Latinoamérica de Disney creó lazos democráticos ante el nazismo, permitió que los problemas gremiales y económicos de su compañía se solucionaran, y le permitió recabar información de la cultura latinoamericana, conocer los gauchos, las estancias, el campo con sus buenos asados y el buen vino. También los paisajes de los bosques de Bariloche lo impresionaron y de alguna manera aparecen en su film Bambi.

En la mente de Disney había un artista, un empresario y un sueño. El sueño de construir un parque de atracciones para su familia y empleados y que todos pudieran divertirse sanamente. En su viaje a Argentina parece que fue inspiración para ese sueño el parque «República de los niños», que visitó en La Plata. La cuestión es que en 1952, Disney decide construir su parque cerca de Los Ángeles: el famoso Disneylandia. Tuvo que vencer muchos obstáculos financieros y enfrentarse a aspectos comerciales que desconocía, pero el sueño se hizo realidad.

Dado el éxito con el parque de California, se construyó en la década de los setenta Magic Kingdom, en Orlando, Florida. Luego se inauguraron otros parques en Japón, Francia y China. La marca de la fantasía se impuso, más allá de las burlas y problemas. Actualmente, estos parques activan la economía de la región y dan trabajo a miles de personas, incentivando a que otras empresas localicen sus negocios.

Visitar Disneylandia es una experiencia encantadora y diferente. Es un mundo artificial creado como una inmensa escenografía de una película. America no tiene castillos medievales como Europa, pero tiene una imaginación delirante que puede crear fantasías gigantescas, Disneylandia es la fantasía del Nuevo continente, es el mundo mágico de nuestra América.

Cuando se construyó fue una verdadera revolución comercial y empresarial, movió millones de dolares y su inauguración se transmitió por televisión batiendo récords de audiencia. Hoy, es un destino turístico internacional que recibe mas de quince millones de personas al año.

Yo he ido varias veces a Disneyworld en Florida y siempre me sorprende por las atracciones que ofrecen, dentro de un clima familiar, amable y seguro. La hotelería es muy variada: desde precios económicos a hoteles de lujo. Se pueden comprar paquetes donde todo esta incluido: la estadía, el transporte y los boletos a los parques. La comida es para todo los gustos y el servicio esmerado. La seguridad y medidas sanitarias se han extremado.

Recuerdo la sorpresa de los niños al ver el Castillo de la Bella Durmiente, la alegría de trepar a la Casa suiza construida en los árboles, los gritos de la Montaña rusa y la emoción de encontrarse con el Pato Donald o Mickey Mouse. Mi juego preferido es: !Los Piratas del Caribe!

Conocer Disneylandia de Florida es una maravillosa e inolvidable aventura!

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