«Vincent debe morir», crónica apocalíptica de la violencia gratuita  

«Una película fantástica francesa, tan brutal como original». (Les Echos)

Si el cine son todas esas otras vidas que hubiéramos querido tener, también son todas esas que de ninguna manera querríamos que nos tocaran en suerte.

Presentada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2023, «Vincent debe morir» (Vincent doit mourir) es el primer largometraje dirigido por el cineasta Stéphen Castang, actor francés de teatro y autor de dos cortometrajes –«Panthéon Discount» y «Finale»- sobre las sociedades «avanzadas» y el trato que reservan a sus ancianos.

Inspirada en un guión de Mathieu Naert, «Vincent debe morir» pone en marcha un mundo en el que la violencia más brutal se puede desencadenar con un simple cruce de miradas.

Y durante una etapa de su vida, Vincent (Karim Leklou, «La fuente de las mujeres», «El mundo es tuyo», «Marseille la nuit»), grafista, se ve obligado a vivir en la adversidad cuando un becario le agrede en la empresa, y a la vista de todos; al día siguiente, otro colega le clava un bolígrafo en la mano, inaugurando una serie de agresiones de personas desconocidas –los vecinos de la calle, los transeúntes en un cruce, el mundo entero…- que le atacan sin motivo aparente.

Tras cerciorarse de que los ataques parten de personas con las que ha cruzado la mirada, la única solución que se le ocurre es cerrar los ojos y huir, escapar aunque no sabe a donde, al tiempo que busca un rincón donde intentar un imposible equilibrio amoroso con Margaux (Vimala Pons, «La ley de la jungla», «After Blue», «Petite Fleur»), camarera en un bar de carretera.

Historia de un superviviente, «Vincent debe morir[1]» es una comedia negra de intriga siguiendo las peripecias de un hombre que no entiende cómo puede inspirar tanta violencia en quienes se le acercan, un thriller apocalíptico que retrata, descarnada, la condición humana en un estadio de violencia social extremada, y que consiguió los premios a la Mejor Dirección Novel y Mejor actor, para Karim Leklou, en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2023.

«Paranoia, violencia, ostracismo y complotismo ambientales» (Sophie Grassin, L’Obs) crean un clima angustioso en un mundo preapocalíptico que camina hacia el caos, donde impera una insoportable violencia gratuita que está en todas partes – «en la esquina de la calle, en el barrio vecino, al otro lado de la frontera (…), que es también mundial y al alcance de todos, en las redes sociales, en el cine, en la televisión (…) que aísla y nos hace sentir inseguros constantemente » (abusdecine.com)- y que ha destruido todos los valores de la convivencia. Una parábola sobre los peligros que nos acechan en un mundo que no reconocemos, que ha dejado de ser el nuestro.

Según el realizador de esta distopía muy difícil de pensar, «no se puede llamar exactamente comedia. Yo diría que hay una ironía que atraviesa toda la película. Lo que me gusta del absurdo es que te permite reírte de cosas serias, sin frustrar la tragedia de las situaciones ni ridiculizar la intención de la película».

  1. «Vincent debe morir» puede verse en los cines de Madrid a partir de este viernes 8 de marzo de 2024
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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