«Víctima imperfecta», no existe un «modelo» de la víctima y el agresor, solo hay personas

«Víctima imperfecta» (Quitter la nuit), debut en el largometraje de la realizadora belga Delphine Girard, basada en su corto «Une soeur» (Una hermana), que compitió en 2020 por el Oscar a la mejor producción extranjera, aborda de manera muy íntima y muy real el tema de la violación y las «víctimas imperfectas», al tiempo que reflexiona sobre lo que la sociedad y la justicia esperan de ellas.

Una vuelta de tuerca más a lo de «solo sí es sí» y una pregunta en el aire: ¿qué pasa si balbuceamos un no instantes antes de que el miedo nos paralice, y eso es todo lo que somos capaces de expresar?.

Premio del Público en la sección Venice Days (Jornadas de autores) del pasado Festival de Venecia, «Víctima imperfecta[1]» cuenta la historia de Aly (Veerle Baetens, «Alabama Monroe», «Código 37», «En nombre de la tierra»), una mujer encerrada en el coche de Dary, su agresor, se siente en peligro y llama al servicio de emergencias de la policía fingiendo telefonear a su hermana.

A la llamada responde Anna (Selma Alaoui, «La mujer más asesinada del mundo», «Amnesia», «No estamos solas en el mundo») una policía que se da cuenta de que Aly está en peligro, localiza la carretera desde donde se hace la llamada y envía una patrulla que salva a la chica, impidiendo que se prolongue la pesadilla, y detiene al hombre (Guillaume Duhesme, «Tenor», «Matrioskas», «Aprender a amarte»).

Aly denuncia haber sido víctima de violación y secuestro, Dary niega todo y habla de una relación consentida. Es la palabra de una contra la de otro.

Pasado un tiempo y cuando Aly y Dary mejor o peor se han construido una vida nueva, se juzga al agresor. un juicio que actúa como un revulsivo, que obliga a Aly a repasar la película de los hechos y despierta en Anna la necesidad de seguir involucrada en el caso, al menos hasta conocer la sentencia.

El cuarto personaje, la hermana que daba nombre al corto precedente, corre a cargo de la actriz y productora canadiense Anne Dorval («Los amores imaginarios», «Laurende Anyways»).

Consentir o no, negar o quedarse paralizada. Complejo y cargado de emociones, «Víctima imperfecta» es un drama psicológico que deja un montón de preguntas en el aire –sobre las investigaciones policiales, sobre la credibilidad de las víctimas, sobre su sentido de culpabilidad, sobre la empatía que puede despertar el agresor, sobre las garantías de los procesos judiciales…-y no ofrece todas las respuestas: las deja a cargo de un espectador que supone al menos solidario y capaz de llenar los silencios y dar sentido a los flashbacks que, a su manera, van explicando lo que ocurrió realmente en aquel coche estacionado en el arcén de una carretera, que para la víctima fue como estar en ninguna parte.: «A veces –le dice Anna, la policía- hacemos cosas raras cuando tenemos miedo. No hay un modelo de comportamiento de la víctima perfecta, tampoco hay un retrato robot del agresor. Solo hay personas con toda su complejidad».

  1. «Víctima imperfecta» podrá verse en los cines de Madrid a partir de mañana, viernes 17 de mayo de 2024
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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