Era la primera noche de festival en Pamplona en la sala principal del Palacio de Baluarte con el aforo reducido de esta realidad lleno hasta la bandera. No era para menos. Vicente Amigo y su quinteto en el espectáculo Memoria de los sentidos atrae a flamencos y no flamencos. Allí estaban el bajo eléctrico Ewen Vernal, uno de los grandes de la percusión, Paquito González, la segunda guitarra de Añil Fernández y el cantaor Rafael de Utrera.
Esta Memoria de los sentidos del maestro guitarrista, pues de su propia y ya larga memoria se trata, tiene ya tres años de recorrido mundial, desde su estreno en el Teatro Real de Madrid en 2017. Un Grammy al mejor flamenco y una nominación al Grammy de mejor música universal.
En 2019 celebró en La Unión su premio Bordón Minero ganado treinta años antes con su Memoria. Una ocasión que lo merecía. Allí estuvo el quinteto con el bailaor El Choro de invitado. Allí estuvimos y aquí hemos estado ayer. Y hubo algunas diferencias.
Una de ellas el maravilloso diseño de iluminación que hubo aquí y que curiosamente Vicente Amigo con quién estuve charlando un poco después del concierto ignoraba de quién era. Pues si era de la organización del festival, ¡chapó! Porque puso en valor ¡y cómo! la maravillosa conjunción de músicas y de artistas que allí se produjo. Hubo momentos de tocar el cielo, algo que no se produce a menudo.
La memoria de su trayectoria le da libertad para incluir piezas de otros álbumes anteriores. Comenzó el concierto con Guadamecí, como es habitual como guitarra solista. Luego fueron desgranándose temas como Las cuatro lunas por bulerías, en la que Rafael de Utrera hizo una vez más historia con La luna de Talavante. Plaza de las Sirenas, Amoralí, la soleá Sevilla…
No tardó la dedicatoria al maestro Sabicas en esta edición que el festival dedica a su memoria, Eterno Sabicas. Hubo momentos mágicos evocadores del gran discípulo de Sabicas, Paco de Lucía, a su vez maestro de Vicente Amigo, hasta el punto de que a ratos en el concierto cerrando los ojos Amigo y de Lucía parecían fundirse. Vicente es tan evocador de su maestro Paco, que en la noche y en la distancia se le parece. En gestos, manera de vestir, actitudes… no creo que se lo proponga.
Una vez más el ambiente en escena era tan cómplice y relajado, ayudado por el disfrute personal que exhibe el maestro de la guitarra…Si Sabicas desde Estados Unidos llevó el flamenco a los grandes teatros mucho antes de que eso sucediera en España, Vicente amigo transforma un concierto de músíca flamenca y española clásica, que de todo compone el maestro, en una orquesta de cámara. Qué limpieza de sonido, que técnica y virtuosismo, todo ello sin esfuerzo alguno, como si la música y el estilo estuvieran en sus dedos y en las cuerdas de su guitarra.
Todos ¡para qué decirlo! estuvieron a la misma altura, todos ellos son grandes artistas, pero hay que señalar en un aparte los cantes de Rafael de Utrera, que supo darlos una profundidad cercana al misticismo. Con el quinteto de Vicente Amigo se diría que si no una transformación se produce una adaptación a lo que en escena se quiere conseguir. Podría decirse que cada elemento del quinteto es la parte de un todo y ese todo suena y se encaja tan maravillosamente, que como decía antes hay momentos en que hacen tocar el cielo.
Rafael de Utrera estuvo la tarde siguiente en el Palacio del Condestable, una joya de la arquitectura civil del siglo dieciséis, en pleno centro histórico de Pamplona, acompañado del guitarrista El Perla, en un concierto de la más pura raíz flamenca. Ahí se intuía porqué le quiere con él Vicente Amigo, porque en los palos solemnes, en las tonás a cante seco volvió a producirse esa profundidad casi mística.
No faltó en el concierto del Baluarte el Réquiem en homenaje al maestro Paco de Lucía, ni piezas presentes en la memoria de los sentidos de Vicente Amigo de otros trabajos anteriores suyos, como Paseo de Gracia o Tierra.
Si hubiera que definir con una sola palabra este concierto, esta sería Belleza.
Para terminar, volvamos a la realidad de este 2020. Estuve charlando con Vicente un momento después del concierto y ahí me dijo que todo su trabajo desde el confinamiento, incluso antes, se había cancelado, hasta este concierto de Pamplona.
Lo mismo me dijo la guitarrista Antonia Jiménez. – ya hablaremos de ella- Si recuerdan la entrevista que publicamos el 8 de marzo en Aquí Madrid, una entrevista grabada en febrero cuando aún no sospechábamos lo que nos caía encima, tenía una agenda 2020 con muchas cosas ya cerradas. Todo se vino abajo. También para ella. su concierto en este festival iruñés, en Civivox Condestable, era el primero desde entonces. Eso sí, el disco sobre el que estaba trabajando va acercándose a su lanzamiento.
Hay que felicitar a la organización de Flamenco on Fire por haber hecho posible tras un arduo trabajo por conseguir apoyos y patrocinios, un festival presencial a pesar del aforo reducido. Flamenco on Fire es un festival privado. Toda una lección para otros festivales que se cancelaron de un plumazo, festivales que no voy a nombrar, pero patrocinados por ayuntamientos con recursos para haber hecho el esfuerzo de mantenerlos contra viento y marea por respeto a sus artistas. Chapó para la organización de Flamenco on Fire.
Una noche de memoria de los sentidos de todos los espectadores imposible de olvidar.