«Verano en rojo» sobre abusos religiosos: todos lo sabían y miraban a otro lado

«Verano en rojo» thriller policíaco y tercer largometraje de la realizadora Belén Macías («El patio de mi cárcel», «Marsella»), interpretado por Marta Nieto («Madre») y José Coronado («No habrá paz para los malvados»).

Les acompañan un amplio reparto formado por Luis Callejo («Intemperie»), Francesco Carril («Tenéis que venir a verla»), Richard Sahagún («El Ministerio del Tiempo»), Marc Martínez («Hache»), Tomás del Estal («El juego»), Zoé Arnao («Las niñas») y Ramón Aguirre («Handia»)

Basada en la novela del mismo título de Berna González Harbour (primero de una serie de cuatro libros sobre las andanzas de la comisaria María Ruiz), cuenta la investigación que llevan a cabo la comisaria y su equipo de agentes judiciales, junto a un inspector y el veterano periodista Luna, sobre dos asesinatos –uno en Madrid y otro en Navarra- aparentemente sin ninguna conexión, tras los cuales se esconden muchos otros crímenes cometidos a lo largo del tiempo por los miembros de una orden religiosa.

No hacía falta que en los créditos finales apareciera explicado que se trata de una ficción porque, de hecho, la película «Verano en rojo[1]» tiene muy poco que ver con la realidad: quizá exista ese tipo de comisaria, a la que no hacen desistir de su empeño por llegar hasta el final las varias agresiones que sufre y que terminan por convertir su cara en una especie de puzle de distintos colores; seguramente también existe ese superior jerárquico que defiende y protege a la comisaria frente a otros veteranos del cuerpo que ponen palos en las ruedas de sus investigaciones; pero me resulta muy difícil creer en ese periodista que es un compendio de topicazos sobre la profesión (lo único que le falta es sacar la petaca de whisky del cajón de su escritorio), una de esas almas rebeldes que han convertido su ejercicio en una lucha contra el resto del mundo por el esclarecimiento de la verdad.

Más increíble todavía es ese religioso, director de un colegio que, tras haber sido testigo de «las cosas raras» que ocurrían en el internado y haberlas silenciado, en contra de lo que decide su arzobispo entrega a los investigadores un sobre que contiene todo lo que necesitan saber: la comisaria para eliminar al menos a uno de los pederastas y el periodista para hacer el scoop de su vida y dar en las narices «a la competencia» (sic).

Estamos en el verano de 2010. La comisaria María Ruiz, expsicóloga del cuerpo y ahora en la policía judicial -viuda de un enfermo de depresión que se suicidó y madre de una adolescente de la que no tiene tiempo para ocuparse como querría- se enfrenta a un tenebroso crimen: un joven ha aparecido asesinado en Madrid. Sin identidad visible. Sin pistas aparentes. Sin móvil…

Mujer concienzuda y tenaz, María iniciará una investigación que se complicará aún más cuando se produce un segundo asesinato, de características muy similares, esta vez en Pamplona.

Las dos víctimas estudiaron en sendos colegios de la misma orden religiosa.

María no está sola, el periodista Luna, un veterano de la profesión acorralado por la crisis y la era digital, será clave para solucionar un caso que les llevará a destapar que en esos centros escolares había curas que abusaban de sus alumnos, y que muchos lo sabían pero seguían las consignas de la jerarquía, para quien la solución consistía en silenciarlo y cambiar a los abusadores de centro.

Evidentemente, al tema no le falta morbo pero le sobran tópicos y situaciones difíciles de asimilar. (Anteriormente habíamos visto excelentes filmes sobre el mismo tema; a los interesados recomiendo ver la estadounidense «Spotlight», Mejor Película en los Premios Oscar 2015, dirigida por Tom Mccarthy, o la chilena «El Club» de Pablo Larraín).

  1. «Verano en rojo» llegará a las pantallas madrileñas el viernes 8 de septiembre de 2023.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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