Vecinos de Leganés reclaman más inversión pública y el fin del deterioro de los servicios municipales

Alrededor de trescientos vecinos de la localidad madrileña de Leganés se manifestaron el domingo 30 de mayo para protestar contra el deterioro de los servicios públicos y la falta de las inversiones necesarias. 

Los organizadores de la concentración, la Federación de Asociaciones Vecinales de Leganés, no dan crédito a la falta absoluta de gestión por parte de este equipo municipal, una queja que ya se ha vuelto común en todos los estamentos de la ciudad, incluidos ciudadanos muy próximos al partido del alcalde, Santiago Llorente. 

La falta de inversiones en los barrios, mientras se acometen esfuerzos financieros como la construcción de una rotonda a la entrada de un polígono industrial que solo beneficiara a una gran empresa de refrescos allí establecida, es una de las reclamaciones más sentidas por los vecinos. Se quejan también de la privatización de empresas por parte del ayuntamiento como la recogida de residuos que a veces no se lleva a cabo por falta de rentabilidad para la empresa arrendataria, como es el caso de la recogida de papel.

Otra de las quejas es la escasa relevancia que han tenido los servicios sociales en la defensa de los ciudadanos ante la pandemia. En este periodo, muchos de los trabajadores de esos servicios han trabajado desde sus casas, lo que ha dificultado su relación con los ciudadanos más afectados por las consecuencias de la COVID-19.

Los Servicios Sociales municipales ya tenían problemas antes de la pandemia por la escasez de personal. De hecho, el alcalde recibió en el año 2017 el premio Corazón de Piedra al encabezar el ránking de municipios españoles de más de veinte mil habitantes con menor inversión por habitante en servicios sociales. Leganés cerró en esa época la triste lista de ‘pueblos oficialmente pobres en inversión social’.

El ayuntamiento, dirigido ya por Llorente, compartió el galardón de ‘corazón de piedra’ con otros 35 municipios que no llegan al sesenta por ciento de la inversión media en servicios sociales. El municipio pepinero se llevó el máximo premio con la cifra récord de quince euros por habitante, cuando la media de los municipios madrileños superaba los sesenta euros por habitante y año. El galardón fue adjudicado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España. Las cosas, según los vecinos, no han cambiado sustancialmente.

Cuentan los organizadores de la manifestación el caso de la biblioteca de Leganés, un hermoso edificio que tardó años en construirse y que la actual corporación ha utilizado para instalar amplios y lujosos despachos para concejales, dejando en el mínimo los espacios dedicados a biblioteca, propiamente dicha, y a otros usos, como la filmoteca.

Cuentan también lo de la piscina municipal Solagua, que un día se cerró para arreglarla y nunca más se supo de ella; lo de la falta de un albergue municipal para gente sin hogar después del cierre del que había; la situación del Centro de Atención a drogodependientes cada vez con menos personal; la falta de mantenimiento de las calles, que tienen un asfalto viejo y destrozado; y la absoluta falta de respuesta municipal a la emergencia del temporal Filomena, que fue reconocida por el propio alcalde… También insisten en la supresión paulatina de muchos puestos de trabajo, porque no se cubren las jubilaciones.

En esta falta de gestión encuentran los vecinos de Leganés una de las razones de la perdida de votos por parte del PSOE en las ultimas elecciones autonómicas. 

En la manifestación estuvieron presentes concejales de la oposición, concretamente miembros del Grupo Unidas Podemos y de Unión por Leganés. Estos últimos acaban de denunciar en los medios locales lo que consideran un catastrófico funcionamiento del servicio telefónico del 010.