El recorrido político de medio siglo en la vida del escritor Miguel de Unamuno (1864-1936) se puede seguir en una completa exposición ubicada en la Hospedería Fonseca de Salamanca[1] bajo el título ‘Miguel de Unamuno y la política. De la pluma a la palabra’.

La Universidad de Salamanca aborda así por primera vez, de un modo integral, su faceta política a lo largo de toda su vida, mediante una exposición que reúne casi novecientas referencias documentales, algunas de ellas inéditas.

Las siete secciones en que se divide la exposición recorren la biografía del escritor a través de sus actuaciones en la esfera pública y en la política de su tiempo, al tiempo que revisa «su pensamiento, sus ideas, sus posiciones, e incluso sus contradicciones».

Los siete apartados que reflejan los diferentes periodos de la trayectoria del intelectual tienen títulos reveladores: ‘Aprendiz de político (1879-1891)’, ‘La forja de un intelectual (1891-1900)’, ‘Crónica de una destitución anunciada (1900-1914)’, ‘De la Gran Guerra al destierro (1914-1923), ‘Un largo y fecundo exilio (1924-1930)’, ‘La experiencia republicana (febrero de 1930 – julio de 1936)’ y ‘La salvaje guerra incivil (1936)’.

La «inevitable actualidad y vigencia» de muchos de los elementos abordados en esta muestra, «la pertinencia y necesidad» de esta iniciativa, «más allá de su interés específico en torno a la figura de Unamuno», son frases sobre esta muestra, en la que se analiza y también en ocasiones se denuncia la censura, la alianza de la Corona con el Altar, los nacionalismos vasco y catalán, el fascismo y el comunismo; la violencia política; el papel del Parlamento, de los partidos, la prensa e incluso las relaciones de España y Europa.

Unamuno en la Hospedería Fonseca de Salamanca
Unamuno en la Hospedería Fonseca de Salamanca

La muestra está comisariada por dos de los principales especialistas en Unamuno, Colette Rabaté, de la Universidad François Rabelais de Tours, y Jean-Claude Rabaté, de la Universidad Sorbona Nueva-París, autores de numerosos estudios y publicaciones sobre la figura del que fuera rector de la Universidad de Salamanca a principios del siglo veinte.

El objeto último de la muestra, por tanto, es «analizar los vínculos indisolubles entre la vida de Miguel Unamuno y la historia política de España a lo largo de un itinerario de más de medio siglo».

La exposición sigue el recorrido de un intelectual que, «más allá de los errores, de las vacilaciones y de las aparentes contradicciones, da prueba de una gran coherencia desde las vivencias imborrables del sitio de Bilbao en 1874, que despiertan su conciencia civil, hasta las horas trágicas de diciembre de 1936».

A lo largo de los años, se dibuja el perfil de alguien «profundamente deseoso de encontrar remedios a los males que sufre su patria» y de «uno de los mayores intelectuales europeos del primer tercio del siglo veinte», según Jean-Claude Rabaté, quien profundizó en su discurso en la dimensión internacional de la figura de Unamuno y en la aportación, asimismo, de los archivos documentales de distintos países a la exposición, entre ellos numerosas fuentes francesas, debido a su exilio.

Durante los años pasados entre Bilbao y Madrid, de 1879 a 1890, esta muestra permite vislumbrar cómo el joven Unamuno se interesó pronto por el euskera, al que dedicó su tesis y también estudió las costumbres de su tierra en varios artículos publicados en la prensa local. Es la época de «las primeras polémicas», según recordaron, cuando decide «cuestionar la vigencia del idioma vasco».

A partir de 1891 obtuvo la cátedra de griego en la Universidad de Salamanca y hasta finales de siglo no se contentó con participar activamente en los debates que agitaban la capital del Tormes y su Bilbao natal en plena transformación. Unamuno se adhirió al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1894, y con la guerra de Cuba emergió en el paisaje político por sus posturas «pacifistas y anticolonialistas».

Caricatura de Unamuno por Bagaría
Caricatura de Unamuno por Bagaría

Su cargo de rector, entre 1900 y 1914, le dio, según los comisarios, «fama y visibilidad». Se convirtió en un «predicador ambulante» que quería despertar a sus conciudadanos. Entre otras luchas, puso en tela de juicio el poder de la Iglesia y denunció el papel de los terratenientes de la provincia de Salamanca mediante unas sonadas campañas agrarias, factor detonante de una destitución «anunciada desde el principio».

También, por entonces, empezó a oponerse a la Monarquía en la persona de Alfonso Trece y al papel del Ejército. Entre 1914 y 1923, su postura de «aliadófilo», como le califican los comisarios, lo alejó ya «irremediablemente» del monarca.

Sus artículos de prensa eran «cada vez más censurados», pero se consolidó su postura de «intelectual europeo» cuando se alzó «en contra de la barbarie del ejército alemán». En septiembre de 1923, el manifiesto del general Miguel Primo de Rivera que inauguraba una dictadura constituyó «un nuevo giro en su vida» y reforzó su «condición de oponente».

Entre 1924 y principios de 1930, los largos años del confinamiento en Canarias y de autoexilio en Francia convirtieron a Unamuno en «la figura emblemática de la oposición a la dictadura y a la Monarquía» a través de revistas clandestinas y de contactos con políticos españoles antimonárquicos. Su acción como ‘conspirador’, hasta ahora inédita, es otra «arma de resistencia», así como la poesía.

Cartel de la candidatura republicana de Unamuno
Cartel de la candidatura republicana de Unamuno

En 1931, después de una vuelta a España, salió elegido diputado de la Segunda República, pero abandonó pronto su escaño, según se refleja, «defraudado por los diferentes gobiernos, en disconformidad con la política emprendida y la ‘brutalización’ de la vida política».

Los seis meses de la Guerra Civil, también los últimos de su vida, dejaron constancia «del desamparo y de la desesperanza de un hombre que se encuentra solo en un torbellino de violencia y de resentimiento». Después de un momentáneo apoyo a los sublevados, reconoció sus errores y lo expresó a plena luz durante la sonada celebración del 12 de octubre en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca.

Bajo arresto domiciliario, escribió en su último borrador que «los ‘Hotros’», es decir, los rebeldes, «son peores que ’los Hunos’», como se refirió a los marxistas. También afirmó que «no habrá paz sino victoria de los sublevados» y presagió que «se acercan días terribles», aunque convencido de que había que «renunciar a la venganza».

«El pensamiento ‘en marcha’ de Miguel de Unamuno, reacio a cualquier clase de dogma, a menudo injustamente reducido a contradicciones y paradojas, explica en parte el interés renovado por la faceta política en el cine y el teatro», apuntan para concluir.

  1. La muestra, inaugurada el pasado 21 de octubre, puede visitarse hasta el 23 de enero de 2022, en la sala de exposiciones de la Hospedería Fonseca, en horario de martes a sábado, de 12.00 a 14.00 horas y de 17.30 a 20.30 horas.
  2. Los domingos y festivos permanecerá con sus puertas abiertas, de 10.00 a 14.00 horas. Los lunes, la sala está cerrada.
Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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