«Una librería en París» (il matteriale emotivo), de Sergio Castellitto

«Il Materiale Emotivo es todo lo que se representa y se escenifica; son nuestros secretos, nuestras oportunidades perdidas y nuestra mediocridad. La emotividad también tiene cuerpo. Alguien lo llama inconsciente, otros cine. Es como el mar de noche, tan difícil de representar en la gran pantalla: es algo que nos perturba profundamente» (Sergio Castellitto)

Escrita a partir del cómic «Un dragón en forma de nube» del realizador Ettore Scola[1], la película «Una librería en París[2]» (un título absolutamente banal para un argumento que originalmente se llama ‘Il materiale emotivo’, mucho más sugerente), dirigida por Sergio Castellitto, actor, guionista y realizador (‘París je t’aime’, ‘El poeta y el espía’, ‘Mafia Inc.’), trata del teatro, la literatura y el cine. También algo de la música y un poco del baile como forma de abrazar y comunicar. 

Es la historia de Vincenzo (Castellitto), un librero parisino que ama las primeras ediciones y los libros raros, que divide su vida entre la tienda y el cuidado de una hija parapléjica, víctima de un accidente que, deprimida, no abandona el piso que recorre en silla de ruedas, y ha decidido no hablar. El padre intenta animarla iniciando conversaciones que quedan sin respuesta. 

La vida rutinaria y monótona de Vincenzo empieza a cambiar el día que irrumpe en la librería Yolande (Bérénice Bejo, ‘The Artist’, ‘El pasado’, ‘The Search’), una joven actriz del teatro de enfrente que busca a su perro y se cuela en la vida del librero quien, fascinado por la energía de la joven, empieza a descubrirse emociones ignoradas durante mucho tiempo y a cuestionar su melancólica existencia. 

Séptima película como realizador y la que hace el número cien de la carrera de actor de Sergio Castellitto (ha dicho que probablemente será la última), «Una librería en París», adaptada para el cine por su colaboradora y esposa Margaret Mazzantini, parte de la novela gráfica que Ettore Scola dibujó pensando en que el protagonista pudiera ser Gérard Depardieu y que ha terminado con el propio Castellitto en el doble papel de director y dueño de la librería reproducida en el Estudio cinco de Cinecittà, donde Castellitto ha vivido en el camerino que un día perteneció a Federico Fellini.  

Entre película y función de teatro, «Una librería en París», subrayada por el telón que se abre y se cierra, principio y fin de la historia es, como ha señalado un crítico, «más una comedia francesa que un drama italiano», en la que los gestos y las relaciones de los personajes adquieren «una dimensión parisina». 

Aunque en su esquema es un melodrama «de libro», la mezcla de literatura, teatro y cine da como resultado una fórmula que sin duda pertenece a otro tiempo, compuesta a base de sueños, fragmentos de obras literarias, sentimientos y ficciones. Y dicho esto, también digo que «Una librería en París» me ha gustado, a pesar de que el material emotivo es también un material trillado.

  1. Último superviviente de los años gloriosos de la comedia a la italiana, fallecido a los 85 años en 2016, «La famiglia», «Una giornata particolare», «Nosotros que nos quisimos tanto»… y hasta cuarenta filmes memorables
  2. «Una librería en París», se estrena en Madrid el 17 de diciembre de 2021.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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