Evie Toombes, londinense de veinte años, nació con espina bífida, una enfermedad congénita que afecta a la médula espinal y que muchas veces obliga a estos pacientes a permanecer conectado a tubos las veinticuatro horas, según la información publicada por el diario conservador New York Post.
En un juicio considerado histórico, la joven Evie Toombes acaba de conseguir una sentencia por la que el tribunal condena al doctor que atendió a su madre durante la gestación, a pagarle varios millones de euros por «concepción ilícita», en concepto de daños y perjuicios.
Según la acusación, la madre de la joven pidió consejo al «culpable» de su enfermedad -que le ha impedido llevar una vida «normal»- antes de quedar embarazada en 2001 y en ningún momento el doctor Mitchell le aconsejó que tomara suplementos medicinales, y en especial ácido fólico, garantizándole que bastaba seguir un régimen alimenticio correcto antes del período de gestación.
La joven dice que si su madre hubiera sabido que necesitaba tomar ácido fólico para que el bebé no naciera con la enfermedad, ella no habría nacido. Y que por eso el año pasado denunció al médico por hacer que «naciera en estado dañado».
Ahora ha gando. Aunque no se conoce la cantidad exacta, el tribunal ha especificado que tiene que cubrir la totalidad de los gastos médicos que ha tenido que pagar la familia desde que ella nació.
Evie Toombes es una figura en Salto de Obstáculos para personas disminuidas, y ha participado en competiciones nacionales e internacionales. Además, según el digital Ulyces, está comprometida en las campañas de sensibilización de «niños con enfermedades invisibles» y en 2018 ganó el Inspiration Young Person Award (Premio Inspiración Persona Joven), que entrega la organización benéfica Wellchild que se ocupa de ayudar a niños y jóvenes con enfermedades graves en el Reino Unido.