En «Una cuestión de honor» («Pour la France»), dirigida por Rachid Hami («La melodie»), el director francés se adentra en una personal y conmovedora historia que trata ante todo de la lucha por la dignidad, sobre una familia en duelo en busca de honor y reconocimiento.
«Una cuestión de honor» está protagonizada por Karim Leklou («BAC Nord: Brigada de Investigación Criminal», «Un profeta»), Shaïn Boumedine («Mektoub, My Love: Canto Uno»), Lubna Azabal (premiada como Mejor Actriz en la Seminci por «El caftán azul», «Incendies»), Laurent Lafitte («Pequeñas mentiras para estar juntos», «Un pueblo y su rey») y Samir Guesmi («La última locura de Claire Darling», «Cash»).
Durante una novatada (oficialmente un «ritual de integración») en la prestigiosa Escuela Militar de Saint-Cyr, Aissa, de veintitrés años, pierde la vida.
Mientras se discute como organizar el funeral de Aissa y frente a un ejército que se niega a reconocer su responsabilidad, Ismael, el hermano mayor, se lanza a una batalla para conseguir que se sepa la verdad y se haga justicia.
La investigación que lleva a cabo sobre la vida del hermano pequeño hace que reaparezcan los recuerdos: de la infancia de ambos en Argel y de los últimos momentos que pasaron juntos en Taipei, donde Aissa vivía con su novia y cursaba un máster en ciencias políticas.
Desde su perspectiva de hermano de la víctima, y alternando presente y pasado, Rachid Hami presenta, en un ejercicio de memoria sobre la diáspora argelina de los años 1990, a una familia desgarrada por la muerte estúpida de un estudiante en la Escuela Militar, cuyo ahogamiento pretendían minimizar los mandos militares.
La noticia de la muerte afecta profundamente a esta familia, cuya madre abandonó Argelia en 1992, sola con los dos niños del matrimonio y embarazada del tercero, huyendo de la cruenta guerra civil y de la desastrosa influencia de un marido violento, mientras el padre decidía quedarse.
«Una cuestión de honor[1]» es un drama político que acaba en tragedia y también «una magnífica declaración de amor de un joven director a su hermano fallecido» (Le Point).
Aissa, cadete militar procedente de la inmigración, no ha muerto en ninguna misión de guerra, pero también ha muerto por Francia, el país cuyos valores había jurado defender, y su familia quiere que le entierren con todos los honores; unos honores que los mandos militares le regatean, con distintos matices.
La película se detiene en las relaciones, con frecuencia conflictivas, entre los dos hermanos, con un respeto encomiable si tenemos en cuenta que el realizador está contando su propia historia, donde afloran dos temas especialmente sensibles: el de la integración y el sentimiento de pertenencia a la comunidad nacional.
Antes de colocase al otro lado de la cámara, Rachid Hami era actor: le vimos en la película «La escurridiza» de Abdellatif Kechiche.
- «Una cuestión de honor» se estrena en los cines de Madrid el viernes 4 de agosto de 2023