Trovadores de Puerto Rico: Omar Santiago Fuentes

Una tradición viva

Aquella antigua forma poético musical de los trovadores medievales pervive en Latinoamérica con poesía y apego a la tradición. Aquellos trovadores de la Occitania francesa que cantaban historias de amor, se expandieron por España, donde alternaron composiciones amatorias con faenas del mundo rural o de la naturaleza.

Esos españoles del siglo dieciséis llegaron hasta el Nuevo Mundo, se afincaron en Cuba y en Puerto Rico y la trova continua. Se expandieron por el continente llegando a México, República Dominicana, Panamá, Colombia, Chile, Argentina y Uruguay.

En Cuba esta vieja tradición sigue viva con arraigo, en los repentistas y con difusión popular radial a través del Punto Cubano, que fue declarado Patrimonio de La Humanidad en años recientes. Algo parecido aconteció en Colombia, donde hay escuela de trovadores, festivales y la tradición continúa muy viva. En Puerto Rico, la tradición es parte de la cultura nacional, se afianzó, creando escuela y alentando a los trovadores.

Nos dice en su canto Wilfredo González Pérez:

«Nací en Borinquén
En humilde cuna
Tengo por fortuna
Mi patria, mi edén»

Otro tanto sucede en los países sureños, donde a los trovadores se los llama «Payadores». En Uruguay, Argentina o Chile, la payada tiene connotaciones distintas, se acerca al contrapunto, y el lenguaje se ha agauchado, no se conserva el español antiguo y la rima de la décima, pero la tradición subsiste con variantes y asimilación sureña.

Recuerdo, siendo niña actriz, cuando me invitaron a un pueblo de la Pampa, después de los homenajes con el alcalde y el sabroso asado, vi aparecer unos gauchos con guitarra que cantaban sus coplas improvisando y retrucándose. Yo, que recitaba poesías y sabía lo difícil que es memorizar los versos, oía a estos payadores improvisando las rimas… nunca olvidaré la admiración que me causaron.

Admiración que se repite al escuchar a Omar Santiago Fuentes, famoso trovador puertorriqueño, quien viajó especialmente invitado por el Centro Cultural de Puerto Rico para presentarse en el Festival de Cine y Arte Argentino-Latino, que organizo en la Universidad Nova, hace ya veinte años.

Adriana Bianco con Omar Santiago

Omar es trovador, investigador y profesor de la Universidad, con doctorado en Literatura Puertorriqueña y el Caribe. Ganó, en cuatro ocasiones, el Concurso de Trovadores del Instituto de Cultura de Puerto Rico y participa en Encuentros Internacionales de Trovadores en las islas Canarias (España), México, Chile, Venezuela, Cuba, Panamá, República Dominicana.

Se ha especializado en el estudio de la Décima, y como improvisador reconocido internacionalmente, ha escrito varios libros, destacándose: «La Décima del Encanto», libro que trata sobre diversos aspectos de la historiografía pasada y presente del fenómeno de la décima espinela en el mundo hispánico, con énfasis en la tradición de Puerto Rico y desde el punto de vista del trovador.

Asimismo, tiene una fructífera producción musical y discográfica, se destaca: Tradición del alma y Mi Navidad, y el disco Mapeye en Canarias con el que alcanzaron la Nominación a los Latin Grammys en Las Vegas, en el 2016.

Entrevistamos a Omar Santiago en ocasión de su viaje a Miami, en medio de una reunión de canto y amigos y le pedimos que nos hablara sobre esta antigua tradición y lo que significa ser: «trovador».

Omar Santiago: El trovador en el siglo veintiuno es un digno representante de la voz popular, heredero de un arte centenario donde se conjugan el canto y la poesía en diversas modalidades. En el caso de Puerto Rico, la función principalísima es ser cantor de la vida, amante de las buenas costumbres y defensor de la puertorriqueñidad.

Un trovador debe ser consciente de que su voz es representativa de su gente y como recogedor de sentimientos debe asumir en ella una sensibilidad cultural que le permita, sobrepasar la línea del buen rimador, valorando la función de ser representante de los valores de su pueblo.

Adriana Bianco: ¿Cómo se desarrolla este género tan antiguo en Puerto Rico?

OS: El arte de la trova en Puerto Rico viene de la herencia enorme de su cultura centenaria. La Décima llega con la cultura hispánica impresa en los libros, pero los criollos ven en ella una forma ideal para el canto. Al otorgarle esa función musical se convierte en un fenómeno de arraigo popular en el siglo veinte y se le escapa al libro para convertirse en la estrofa nacional de la literatura y el canto criollo. En la actualidad se canta, se escribe y se improvisa la estrofa.

AB: ¿Qué se hace para conservar este Patrimonio Cultural?

OS: Las tradiciones orales en el folklore no están exentas de poca visibilidad. Es un reto enorme lograr el que se mantengan vivas y arraigadas, con poca difusión ésa es la mayor preocupación de los nuevos tiempos.

Hemos desarrollado escuelas y talleres educativos donde podamos transmitir conocimientos a niños y jóvenes trovadores, hemos creado nuevos espacios de difusión para la tradición. Hemos producido eventos con invitados internacionales en la isla y estamos muy comprometidos con la entidad www.decimania.com para encaminar nuevos proyectos.

AB: Ha escrito un libro muy interesante: «La Décima del encanto». Coméntenos ¿Qué es Décima espinela?

OS: La décima espinela es una estrofa de diez versos originaria del Siglo de Oro de la literatura española. Esta fue publicada por Vicente Espinel y su difusión a partir de la publicación en el libro Diversas Rimas le otorga una preferencia en algunos de los poetas más admirados de ese tiempo. Esta estrofa tiene diez versos octosílabos, rima consonante y la estructura abba; ac; cddc, ésta es la que ha prevalecido en la mayor parte de los países de Hispanoamérica.

AB: Vimos en el teatro, el entusiasmo del público ante su canto ¿Cómo un trovador logra la rima, tan difícil de obtener?

OS: El arte de cantar la palabra tiene el reto de ser ingenioso, de ahí que los trovadores desarrollen facultades de memoria, semántica y buen gusto para la selección de lo que desean exponer. En el arte de la improvisación los trovadores y poetas que se afianzan en esta modalidad se distinguen por ser cazadores de la rima novedosa y domadores de la idea popular para lograr una identificación popular. Hemos sido testigos de que les toma años de desarrollo e implementación de técnicas.

AB: ¿Cuáles son los países que mejor conservan esta tradición?

OS: En Hispanoamérica hay una tradición popular de la Décima muy arraigada a los valores culturales y sociales de cada pueblo y la historia ha sido cantada en todos los siglos de la colonización. Así pues, se evidencian muchos payadores en el Río La Plata de Argentina, en Chile, trovadores en Panamá y Colombia, Huapangueros y Cantores de Son Jarocho en México, repentistas en Cuba, trovadores en Puerto Rico, verseadores en islas Canarias, trovadores en Venezuela y todos tiene modalidades diversas de hacer valer su tradición.

AB: En Miami la gente quedó sorprendida y admirada de su improvisación, algunos no conocían la Trova. No sé si en España tiene la vigencia y el fervor que cuenta entre los latinoamericanos, pero no es un género fácil y la tradición convive con la música comercial. Por eso desearía saber ¿Qué desafíos enfrenta esta modalidad musical para que pueda continuar viva?

OS: Creo que lograr una difusión y una visibilidad de las tradiciones orales siempre ha sido y será un enorme reto para todos los cultores, la preservación sigue estrechamente ligada a la presencia y estas manifestaciones convergen con otras de mayor difusión. Dicho esto abrirle espacios dignos, crear nuevas condiciones y entregar esta tradición en manos de las nuevas generaciones será la clave para la prolongación.

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