Andrea Blandín

Los pisos tutelados de Leganés, pertenecientes a la Comunidad de Madrid y gestionados por la empresa privada Eulen, son 96 viviendas, donde viven 136 ancianos. En estos apartamentos no hay asistencia médica, no tienen los servicios de una residencia, pero sí hay una convivencia de los trabajadores con los usuarios para cualquier cosa que necesiten.

Los usuarios son personas independientes que desarrollan una vida normal, la tutela se ejerce cuando sucede algo concreto en sus casas. Cerca de diez personas trabajan para atender las necesidades de los mayores, que tienen más de 78 años.

Según fuentes cercanas a estos ancianos, algunos de los trabajadores llevan aproximadamente quince días ejerciendo su labor con fiebre y sin pedir la baja, ya que la empresa concesionaria les dijo que se lavasen las manos y que siguieran trabajando, además de que les afectaría en su sueldo. Para evitar estas situaciones, CC.OO. ha pedido que las bajas y aislamientos por Coronavirus sean consideradas accidente laboral.

En principio, el síntoma fue entendido como un constipado normal, ya que nadie les atendió, a pesar de ser conscientes de que trabajan directamente con un grupo de riesgo, y son personas con patologías.

Ingresada la suegra de un trabajador con fiebre que atiende a pisos tutelados
La mujer afectada por el Covid-19, familiar del trabajor de los pisos tutelados, está ingresada en el Hospital Infanta Leonor.

La situación cambió radicalmente cuando la suegra de uno de estos trabajadores, según cuentan a Aquí Madrid, dio positivo en las pruebas de coronavirus. Entonces, la empresa le dijo que se quedase en su casa hasta que se hiciese las pruebas pertinentes y confirmase si los síntomas que arrastraba desde hace días eran por estar contagiado.

El mismo día en que la mujer de ochenta años se quedó ingresada, el trabajador, junto con su esposa y dos hijos, decidieron quedarse aislados en su casa por precaución, y llamaron al teléfono gratuito para dudas sobre el coronavirus proporcionado por la Consejería de Sanidad.

El Summa ha ido a la casa de la familia, donde el único afectado es el marido, y solo le ha hecho la prueba a la mujer, porque fue ella quien llamó

Tras varias llamadas sin éxito, y esperas de veinte y cuarenta minutos, la mujer del trabajador logró alertar del estado de su marido y la respuesta fue que “en 24 o 48 horas irían a hacerles la prueba”.

Previamente, el hospital donde se quedó ingresada la suegra ya era consciente de los posibles contagios que podía haber ocasionado a sus familiares, y eso supone un protocolo que no se llevó a cabo, aseguran. Dos días después, los facultativos del SUMMA han acudido a su vivienda y, en vez de hacer las pruebas a toda la familia, o al menos al trabajador de los pisos tutelados, que es el afectado, han realizado la prueba solo a la esposa del trabajador, “porque es de ella de quien tenemos el aviso”, han expresado.

El hombre es el único de los cuatro miembros de la familia que tiene síntomas de la enfermedad, el resto se encuentra bien, aunque han preferido recluirse por precaución. Tras expresarle a los servicios sanitarios esta situación, han recibido como respuesta que «si querían que se les hiciese la prueba a todos, que volviesen a llamar y reclamasen”. Eso han hecho, y tras media hora de llamada les han comunicado que irán a verles de nuevo.

El SUMMA atiende a la mujer de un trabajador con fiebre y sintomas, porque había sido ella quien había llamado
El SUMMA, atiende a la mujer de un trabajador y no a él, quien tiene síntomas de contagio, porque fue ella quien llamó a emergencias

«Lavaros las manos y seguid trabajando»

Antes de la reclusión en su casa, los compañeros de los trabajadores con síntomas, se pusieron en contacto con su empresa y el protocolo que les comunicaron fue “lavaros las manos y seguid trabajando, porque, ¿qué hacemos si os vais todos a casa? ¿Contratar más gente?”. Tampoco han querido darles por escrito el protocolo a seguir.

Aquí Madrid ha intentado a lo largo de todo el día contactar con Eulen, la empresa concesionaria, realizando numerosas llamadas sin respuesta. Finalmente, han comunicado a Aquí Madrid que no había nadie para atendernos.

Según ha podido saber este periódico, una de las trabajadoras, además de atender a los ancianos en los pisos, trabaja también en una cadena de hamburgueserías, donde la respuesta de la empresa ha sido completamente la contraria. Al informarles de sus síntomas y de la situación por la que atraviesa, le han comunicado que dejase de ir a trabajar y que los días que faltase le serían pagados igual que si estuviese en activo.

Situación en los pisos tutelados

Por el momento, ninguno de los residentes en los pisos tutelados ha mostrado síntomas del Covid-19. Además, desconocen lo sucedido, porque la empresa, Eulen, les ha dicho a sus trabajadores que “no digan nada para no alarmarles”. Al no conocer la situación, los hombres y mujeres, con una media de edad de ochenta años, están entrando y saliendo del edificio con total normalidad, con el problema que eso pude generar a las personas que tienen cerca.

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