«Todo el mundo odia a Johan» 

«La dinamita no es peligrosa, los cobardes sí» (padre de Johan)

Siglos y siglos de contar historias al amor de la lumbre de una chimenea han convertido a los noruegos  -y también a los suecos, daneses, finlandeses… y a las muchas especies de inuits (lapones)- en los mejores narradores del mundo. También cuando el cuento nos llega en forma de  película.

«Todo el mundo odia a Johan[1]» es un relato divertido y absurdo lleno de momentos mágicos. Una comedia negra que recorre la vida de Johan (Pål Sverre Hagen, Kon-Tiki, Redención) , un personaje excéntrico, solitario y diferente, que vive en la aldea noruega de Titran, en la isla de Froyan, y cuya querencia por los explosivos le mantiene en constante conflicto con la pequeña comunidad del fiordo de Trondheim.

Seguro que descender de «los Grande», una pareja de «comunistas que volaban puentes en 1942 para impedir el avance de las tropas nazis», es algo que imprime carácter. Huérfano desde muy pequeño –porque los «comunistas» volaron por los aires junto con una mina perdida alemana- Johan Grande, educado por sus tíos que se cuidan del faro, hereda la impopularidad de sus padres y transcurre toda su vida intentando conquistar el corazón de su vecina Solvor (Ingrid Bolsø Berdal (Westworld, Olvídate de Nick), la chica de al lado a quien explotó accidentalmente cuando eran pequeños. 

El espectador pasa toda la película esperando que a Johan le llegue la felicidad, porque su autenticidad se la merece. Pero cada vez que le sucede algo bueno podemos estar seguros de que el destino encontrará la manera de vengarse, aunque tenga que esperar años e incluso décadas: por eso, entre unas explosiones y otras, Johan es expulsado del pueblo, pasa un tiempo en la cárcel, emigra a América donde se hace un nombre –y una fortuna- como experto en demoliciones, intenta encontrar el amor (otro) pero también en esto le persigue la mala suerte y finalmente regresa a la isla, perseverante como siempre ante una Solvor en silla de ruedas que no quiere saber nada de los planes de Johan: arreglar la casa familiar y llenarla de  salvaescaleras para que ella pueda moverse libremente. 

Hay una tradición de títulos en el cine nórdico a los que inevitablemente nos hace volver «Todo el mundo odia a Johan». Películas  como «La mujer de la montaña», «Un hombre llamado Ove», «La peor persona del mundo» (Julie) o, más atrás en el tiempo, la deliciosa historia del abuelo que se escapa de la residencia el día que cumple cien años.

Porque hay una manera «vikinga» de contar las historias: lanzan a sus personajes, siempre cargados de razones, a enfrentarse con mares de aguas turbulentas para acabar donde el viento les lleva. El cuento de Johan, como sus antecesores, es una larga saga que tiene principio y fin. 

¿Drama? ¿Comedia? En el más hermoso y fotogénico de los paisajes imaginables, la historia de Johan -escrita por el novelista de Trondheim Erlend Loe (Doppler, Naif Super)- es un drama hilarante, políticamente incorrecto, con un protagonista que no se parece a ningún otro.

  1. «Todo el mundo odia a Johan» se estrena en la cartelera madrileña el viernes 19 de agosto de 2022.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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