Tielmes ha sido el primero de los pueblos que ha sido cerrado por la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. El cierre de los locales de hostelería ha provocado una alarma en el sureste de Madrid, y la medida, que ha sido adoptada por el incremento de contagios por COVID-19, ha puesto en jaque a la sociedad madrileña.
Aunque técnicamente no está cerrado, lo cierto es que tanto las autoridades locales como las autonómicas recomiendan no entrar ni salir del pueblo. Los habitantes de este pueblo madrileño han visto de nuevo el confinamiento cerca y han adoptado la medida de encerrarse voluntariamente porque los casos no han parado de subir.
La mayor parte de los episodios que han debutado en la localidad son asintomáticos, si bien son muchos para la población que no llega a dos mil ochocientos habitantes y vive de los turistas que paran a tomarse algo. Negocios cerrados, una población ahogada en deudas y un panorama poco halagüeño para los vecinos, que ven su vida en bancarrota tras la pandemia, que alcanza los trescientos treinta y nueve casos por cada cien mil habitantes.
El alcalde de la localidad, Miguel Ángel Barbero, ha asegurado que los vecinos son ejemplares y su comportamiento ha sido extraordinario al ser adoptadas estas nuevas medidas. De igual forma, se han suspendido las actividades colectivas de ocio, mercadillos y otros eventos programados, así como piscinas, parques y espacios públicos.
