Mosquito Alert informa de que el año 2020, marcado por la pandemia de la COVID-19, ha sido un año inusual en cuanto al número de mosquitos tigre, al acumulando 1798 notificaciones respecto a las 885 de 2019, y resultar así ser el año con más mosquitos tigre registrados por el proyecto desde 2014.

«Las densidades de mosquito tigre se explican siempre por dos factores, el clima y la conducta humana, ambos son los que les proporcionan periódicamente puntos con agua, dónde crían», explica Frederic Bartumeus, codirector del proyecto e investigador ICREA en el CEAB-CSIC y el CREAF.

La temporada de mosquitos de 2020 arrancó con una primavera cálida y lluviosa que favoreció que proliferaran durante los meses de mayo y junio. Además, según Roger Eritja, entomólogo del CREAF y del proyecto, el confinamiento podría haber tenido un papel relevante en estos datos, porque «la prohibición de viajar a las segundas residencias durante los meses de marzo y abril pudo afectar en el mantenimiento de sus jardines, piscinas y terrazas, dónde se pudo acumular el agua que necesitan los mosquitos para multiplicarse».  

A esa explosión de mosquitos en primavera le siguió un verano que, por sexto año consecutivo, registró temperaturas más altas de lo normal, con episodios intensos y repetidos de precipitaciones en la península. El Mediterráneo se está calentando, el verano se adelanta, se prolonga y es más intenso, condiciones que pueden beneficiar al mosquito tigre al ir acompañadas de lluvias regulares como ha sucedido este año.  

Estas condiciones climáticas tienen dos efectos en los mosquitos. En verano, las altas temperaturas permiten que las larvas se desarrollen más rápido, acortando el tiempo entre generaciones, y dando lugar a un crecimiento exponencial de sus poblaciones, siempre y cuando dispongan de lugares con agua donde reproducirse. Por otra, el calentamiento global, con una primavera y un otoño cálido, podría alargar su estacionalidad permitiendo que los mosquitos estuviesen activos durante más días del año.  

Setas, castañas y mosquitos  

El otoño está siendo cálido y los mosquitos siguen activos, como atestiguan los más de 250 informes que ha recibido la plataforma Mosquito Alert en las dos últimas semanas, y más de 250 observaciones confirmadas de mosquito tigre entre octubre y noviembre. Hasta el 28 de noviembre de 2020 se han registrado cincuenta reportes de mosquito tigre, esto es cinco veces más que en el año anterior. Más allá de las temperaturas, lo que más afecta a la abundancia de mosquitos es tener disponibilidad para reproducirse, es decir, disponer de agua en los lugares de cría, bien sea por la presencia de lluvias regulares o por la actividad humana. 

«Después de haber modelizado los datos, considerando el número de usuarios con la aplicación por región y su grado participación, vemos que 2020 supera ligeramente a 2015 si bien sus patrones han sido muy distintos», comenta John Palmer, profesor de la UPF y codirector del proyecto.

Las condiciones climáticas de este año han sido favorables al mosquito de manera continua desde la primavera, mientras que en 2015 sus poblaciones explotaron exponencialmente en verano. Comprender los factores climáticos y sociales que determinan la dinámica de sus poblaciones permitirá en el futuro predecir su abundancia.  

  1. Mosquito Alert es un proyecto de ciencia ciudadana cooperativo sin ánimo de lucro, coordinado por diferentes centros de investigación públicos.
    El objetivo es estudiar, vigilar y luchar contra la expansión de mosquitos invasores capaces de transmitir enfermedades globales como el dengue, el Zika o la fiebre del Nilo Occidental.
    El mosquito tigre y el mosquito de la fiebre amarilla, son algunas de las especies invasoras que vigila Mosquito Alert. 

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