Paula Maddox
Sudán es uno de los países de África con las tasas más altas de mutilación genital femenina junto a Egipto, Etiopía e Indonesia.
Sin embargo, como señal de compromiso del nuevo Gobierno con la democracia y la igualdad, la República del Sudán está a punto de prohibir esta práctica tan dolorosa que constituye una violación de los derechos humanos de las niñas.
Entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres de todo el mundo han sido sometidas a la mutilación genital femenina, según datos la OMS.
Además, y a pesar de los esfuerzos por parte de organizaciones como Unicef, cada año tres millones de niñas corren el riesgo de tener que someterse a esta práctica en África.
Estos datos demuestran que esta práctica está muy arraigada en el continente, siendo Sudán uno de los países con las tasas más altas.
Pero, tras el derrocamiento del dictador Omar al Bashir hace poco más de un año, el nuevo Gobierno de Sudán ha querido dar un paso al frente por los derechos de la mujer y está a punto de aprobar una ley contra la mutilación genital femenina.
El borrador de la ley, aprobado por el Gobierno el pasado 22 de abril, contempla penas de hasta tres años de cárcel para todo el que practique la ablación. En ese sentido, también se retirará la licencia del hospital, centro de salud o clínica privada donde se lleve a cabo la operación.
¿Por qué se hace?
La mutilación genital consiste en realizar una escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos y el argumento para mantener su práctica es que se considera una tradición cultural.
Por eso parece difícil que las comunidades africanas, que ven la práctica como necesaria para casar a sus hijas, acaten la medida. De hecho, lo más probable es que busquen formas alternativas de evitar su detección, como por ejemplo haciéndolo de forma clandestina.
Sin embargo, esta nueva ley, además de servir como elemento disuasorio importante, es un paso adelante en la lucha por la libertad de las mujeres en un país donde la violación conyugal, la violencia doméstica o el matrimonio infantil siguen sin considerarse delitos.
¿Tiene algún beneficio?
La mutilación genital femenina no tiene ningún beneficio para la salud. Así mismo, los datos más recientes indican que 90 millones de mujeres y niñas africanas padecen actualmente sus consecuencias.
Unas consecuencias que van desde hemorragias graves a complicaciones urinarias que más tarde pueden causar quistes, infecciones, problemas en el parto y un aumento del riesgo de muerte al recién nacido.
Además, esta práctica también tiene consecuencias a largo plazo, como problemas sexuales, necesidad de nuevas intervenciones quirúrgicas o trastornos psicológicos.