Sobre la televisión educativa

Se publica un libro que recoge la trayectoria de los programas educativos en la televisión

De las tres funciones de la comunicación (informar, formar y entretener) la de formar es la que tradicionalmente ha tenido menos presencia en los medios. Es verdad que todos los contenidos de la prensa, la radio, la televisión e internet, incluso los más entretenidos, contienen un cierto grado de enseñanza, pero a lo largo de la historia, en todos los países, los contenidos exclusivamente educativos han estado prácticamente ausentes de los medios de comunicación.

Y es esta una carencia lamentable porque, bien utilizados, todos estos medios serían excelentes herramientas para trasladar la educación a toda la sociedad, sobre todo en aquellos lugares en los que el sistema educativo no cuenta con posibilidades para llevar a cabo esta función.

Con fines educativos, la televisión destaca sobre todos los medios por su carácter universal, la facilidad de comprensión de sus mensajes y por disponer de un lenguaje intertextual que abarca la imagen, el sonido y la escritura.

En España la llamada televisión educativa ha estado presente en la programación de la televisión pública desde los primeros años y se ha prolongado a lo largo de prácticamente toda su historia, si bien en condiciones muy precarias, en emisiones cambiantes e inseguras, con duraciones condicionadas por la programación general y divulgada en horarios marginales. Pero por lo menos siempre ha estado ahí.

Si hay un programa destacado dentro de la programación educativa de TVE este es «La aventura del saber», cuyo título original, «Televisión educativa-La aventura del saber», contenía en sí mismo el género en el que se situaba dentro de la parrilla de programación.

Uno de los últimos directores de este programa, Salvador Gómez Valdés, acaba de publicar «El lugar de la cultura en la programación televisiva» (Ed. Cátedra), un libro sobre la historia de este espacio, de gran interés para profesionales, estudiantes, docentes y personas interesadas en las relaciones entre la educación y la televisión.

Para Gómez Valdés,«“un programa de televisión explícitamente educativo es un programa que trata de temas estrechamente vinculados a alguna de las asignaturas del sistema de enseñanza reglado y que no contraviene ninguna de las afirmaciones sobre educación que gozan de consenso unánime».

Siguiendo esta premisa y tomando como modelo «La aventura del saber», Gómez Valdés ha escrito un excelente estudio sobre la evolución, los contenidos y las dificultades de este tipo de programas en un medio no hostil, pero en el que la mayoría de las audiencias buscan sobre todo entretenimiento.

Después de citar algunos de los programas pioneros en el género, como «Escuela TV» y «Academia TV», (1961- 1962), «Ventana Abierta» y «No estamos solos» (1968-1971), «Televisión Escolar» o «Conviene saber» (1968-1971), el autor se centra en el análisis y la evolución de la estructura, los contenidos y las áreas temáticas de «La aventura del saber», uno de los programas más veteranos de la programación de TVE (la primera emisión se produjo el 13 de octubre de 1992), y las innovaciones introducidas en las diversas etapas por las que atravesó el programa por los directores que estuvieron a su frente hasta las últimas emisiones: Pérez Tornero, Pablo García González, Alejandro Cabrero, Manuel Espín y el mismo Salvador Gómez.

Finalmente, Gómez Valdés expone interesantes criterios de prospectiva sobre el futuro del género y analiza las posibilidades de la televisión educativa con la utilización de las nuevas tecnologías derivadas de internet.

Un análisis muy interesante y muy enriquecedor sobre la televisión educativa, un género sobre el que no abunda la producción bibliográfica (a destacar las obras de Agustín García Matilla, Luis Miguel Martínez y el trabajo colectivo dirigido por María Luisa Sevillano con el título «Evaluación de programas culturales-formativos de la televisión pública», que dedica uno de sus capítulos a «La aventura del saber»).

Si hubiera que poner un reparo a este libro sería el de su título, porque si bien la televisión educativa forma parte de la cultura entendida como concepto general y aún antropológico, y asumiendo que muchos de sus contenidos son culturales (en el estudio de estos contenidos se citan aquí numerosos temas relacionados con la cultura), el título «El lugar de la cultura en la programación televisiva» provoca en el lector el equívoco de que se trata un estudio de la presencia de los programas culturales en las parrillas de programación en televisión.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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