«Slow», emocionante historia de un amor atípico

«Como en el circo: ¡Más difícil todavía! Una profesora de ballet moderno y un intérprete de lenguaje de signos que, además, es asexual. Y todo ello en Lituania. El caso es que sale una buena película, que se ve hasta el final» (Un espectador)

-¿Qué es ser asexual?
-Que no te atrae sexualmente nadie

Representante de Lituania en la próxima edición de los Premios Oscar en la categoría de Mejor Película Internacional y ganadora del premio a la Mejor dirección en el Festival de Sundance 2023, «Slow[1]», segundo largometraje de la directora lituana Marija Kavtaradze («Summer Survivors», Mejor Realización en el Festival de Karlovy Vary en 2018), es una valiente y cautivadora película que relata la historia de amor atípica entre Elena y Dovydas, una profesora de danza moderna y un intérprete del lenguaje de signos, dos personas que se siente inmediatamente atraídas y establecen una relación que se pone a prueba cuando Covydas confiesa a Elena que solo siente un amor romántico por ella.

Greta Grinevičiūtė y Kęstutis Cicėnas, protagonistas de esta inusual historia, cumplen a la perfección en el intento de la pareja por encontrar una manera convincente de vivir ese amor respondiendo a las necesidades de ambos. En lugar de plantear una diatriba sobre las sexualidades alternativas, la directora de esta excelente película ha optado por reconocer que a veces las personas no tenemos respuestas para todo.

Ante ese elocuente silencio que explica todo mejor que muchos diálogos que pudieran resultar artificiales, ambos utilizan sus cuerpos para expresarse: Elena canaliza sus frustraciones en los números de danza y coreografía mientras que Dovydas hace de la traducción de la lengua de signos –que aprendió para acompañar a su hermano, sordo- una especie de balada amorosa que, aunque evidencia la intimidad física que existe entre ellos –los cuerpos no mienten aunque falten las palabras- no tiene continuidad en la cama.

En palabras de la directora, «Slow trata sobre diferentes necesidades físicas y cómo afectan a la relación, la relación con tu cuerpo, las expectativas que tenemos sobre el romance, los roles de género en las relaciones, la necesidad de obtener aprobación a través del deseo y el sexo. Sobre todo, se trata de la aceptación de uno mismo y con los demás».

Sin exagerar en ningún momento, pero sin ingenuidad tampoco, lo que cuenta esta película no es la historia de un amor platónico sino la de un amor que no tiene una visión tradicional de la intimidad, de dos personas que pueden amarse a pesar de tener distintas maneras de vivirlo, que intentan conjugar en todo momento.

Estamos ante un poético drama romántico que se concentra en la vida de dos personas, una pareja que tiene una conexión inmediata, lo que les lleva a establecer una relación nada convencional para el resto de la gente pero que a ellos les va a servir, psicológica y emocionalmente, para celebrar los menores detalles de esa unión poco ortodoxa.

«Slow» es una significativa investigación sobre el concepto del amor, cuidadosamente reconstruido por una realizadora cuyo dominio del oficio se traduce en una investigación comprometida y sincera sobre la condición humana». ( International Cinefile Society,ICS).

  1. «Slow» se estrena en los cines madrileños el viernes 19 de enero de 2024
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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