Un estudio desarrollado por profesionales del Hospital Universitario La Paz y de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) revela por primera vez nuevos síntomas de la infección por COVID-19, como la llamada «lengua covid» que consiste en un aumento del tamaño de la lengua y otras lesiones linguales, como una depapilación en parches, es decir, zonas de la lengua más lisas y que se asocian en muchas ocasiones a la pérdida del gusto.

Este síntoma puede ser signo de COVID-19, unido a los ya descritos hasta ahora, como fiebre o tos, y puede facilitar la detección precoz de la infección, indica la investigación, que se ha desarrollado con pacientes ingresados durante el mes de abril de 2020 en el Hospital de la Comunidad de Madrid de Ifema.

Otro síntoma que puede alertar de infección por COVID-19 son las alteraciones en las palmas de las manos y en las plantas de los pies; en concreto, una sensación de ardor y rojez, seguido, en algunas ocasiones, por una descamación o la aparición de unas pequeñas manchas muy características.

La investigación, liderada por el Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz y con la participación de ocho médicos de Atención Primaria que durante la primera ola de la pandemia atendieron a los pacientes del hospital de Ifema, y concluye que el 25 por ciento de los enfermos por COVID-19 presentaron alteraciones en la lengua y boca, y hasta el 40 por ciento en palmas y plantas.

La investigación Prevalencia de manifestaciones mucocutáneas, hallazgos orales y palmoplantares en 666 pacientes con neumonía por COVID-19 ha sido publicado en la revista científica British Journal of Dermatology, referente mundial en los procesos dermatológicos, y supone un avance en la detección precoz de coronavirus, ya que añade a los síntomas ya descritos como evidencia científica el relacionado con alteraciones en la lengua y palmas y plantas.

Los autores concluyen la investigación indicando que la cavidad oral «se puede alterar por la enfermedad COVID-19, el edema lingual con papilitis lingual transitoria en forma de U o la glositis con depapilación en parches son signos muy característicos, al igual que la sensación de ardor en la cavidad oral. Este ardor puede aparecer también en palmas y plantas con un color rojizo o descamación y manchas. Todos pueden ser signos clave para un diagnóstico precoz de esta enfermedad».

El coronavirus se ha relacionado con múltiples síntomas: respiratorios, trombóticos, neurológicos, digestivos o cutáneos. Estos últimos se han clasificado en cinco tipos: lesiones acroisquémicas, lesiones vesiculares, erupción urticarial, exantema maculopapular o lesiones livedoides. Sin embargo, hasta la publicación de este hallazgo científico, no se habían considerado las alteraciones bucales ni las lesiones palmoplantares asociadas al COVID-19.

El estudio ha sido liderado por la dermatóloga Almudena Nuño González, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz, junto con el jefe del Servicio de Dermatología de este hospital, Pedro Herranz Pinto, y otros dermatólogos de este Servicio: Kyrylo Magaletsky, Ander Mayor y Marta Feito y con la participación de la médica de familia Pilar Martín-Carrillo Domínguez, del consultorio local de Colmenarejo; la médica de familia Ángela Gallego Arenas, del centro de salud Presentación Sabio (Móstoles); y Elena Pérez Castro, quien en el momento de la investigación participaba como médica residente, y actualmente es adjunto del Servicio de Urgencias del Hospital de El Escorial.

En esta investigación también participaron el jefe de medicina interna del Hospital Universitario Infanta Sofía, Gonzalo García Casasola; el servicio de laboratorio del Hospital La Paz, con Paloma Oliyer; el servicio de anatomía patológica, con María José Beato y Elena Ruiz Bravo; y el servicio de microbiología, con Dolores Montero y los médicos residentes Cristina Herranz Mañas y Jorge Artigas Almazán.

Además, contaron con las aportaciones de médicos de familia de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria: Consuelo Mayoral López, del centro de salud Felipe II (Móstoles), Esther Valdés Cruz, del centro de salud de Yébenes (distrito madrileño de Latina); María José Ortuño, médica de familia, del centro de salud Pozuelo Estación (Pozuelo de Alarcón) y, en el momento de la investigación, dos médicas residentes de Atención Primaria: Esther Hernández Castilla, actualmente médica de familia del centro de salud Cerro del Aire (Majadahonda) y Natalia Sotelo Kest del de Pozuelo (Pozuelo Alarcón).

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