Uno de los últimos hallazgos de fotografías de la guerra civil española que se creían perdidas son 522 negativos de la húngara Kati Horna (Budapest, 1912-México, 2000), encontrados en 2019 en Ámsterdam en 48 cajas de madera, propiedad del sindicato anarquista CNT, que permanecían sin abrir desde 1939.

Otras 250 fotografías ya habían sido adquiridas por el Estado español en 1983, conservadas en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

El sindicato anarquista había sacado de Barcelona en 1939 esas 48 cajas que fueron almacenadas en un centro de Ámsterdam creado para proteger archivos en peligro por guerras y regímenes totalitarios.

De origen aristócrata y judío, Kati Horna (su nombre verdadero era Katalin Deutsch) se formó en su ciudad natal con el prestigioso fotógrafo József Pécsi y también en la Bauhaus de Berlín y en París, en donde se refugió huyendo del régimen del dictador Miklós Horthy junto a otros fotógrafos húngaros, como Robert Capa, André Kertész, Lázsló Moholy-Nagy, Nicolas Muller o Eva Besnyö.

En la capital francesa trabajó para Agence Photo y experimentó con el fotomontaje y el collage, haciendo series como «El mercado de las pulgas» y «Los cafés de París», entre la fotografía social, el reportaje humano y el surrealismo.

A España llegó para cubrir nuestra guerra civil contratada por los sindicalistas de la CNT y la FAI como fotógrafa de la Spanish Photo Agency. En España publicó sus fotografías en revistas anarquistas como Umbral, Tierra y Libertad y Libre Estudio, así como en Mujeres Libres, una publicación de orientación feminista. En Umbral conoció a su compañero, el artista andaluz José Horna, con quien huyó a México en 1939 poco después de haberlo liberado de un campo de concentración para republicanos españoles en Francia, a donde habían huido desde España después de la guerra.

En México hizo reportajes gráficos y trabajos documentales para varias publicaciones como Estampa, Nosotros, Revista de la Universidad de México, Mujeres: Expresión Femenina y S.nob. En esta última publicaba una sección titulada «Fetiche» con cuentos fantásticos secuenciados: «Oda a la necrofilia», «Historia de un vampiro», «Mujer y máscara» o «Una noche en el sanatorio de muñecas», que enlazan con sus últimas actividades en Europa. En paralelo desarrolló una trayectoria de artista surrealista en compañía de creadoras como Remedios Varo y Leonora Carrington.

Durante la guerra civil Kati Horna hizo miles de fotografías de la vida cotidiana en la retaguardia, algunas muy conocidas, como una en la que se ve a una mujer en la localidad almeriense de Vélez Rubio amamantando a un bebé, utilizada como portada de un número de la revista Umbral con el título de «La maternidad bajo el símbolo de la revolución».

Además de su trabajo en la retaguardia recorrió las trincheras de los frentes de Aragón, Valencia, Játiva, Gandía, Silla, Vélez Rubio, Alcázar de San Juan, Barcelona y Madrid. Con sus fotografías de guerra llegó a publicar un álbum de propaganda antifascista titulado «España. Un libro de imágenes sobre cuentos y calumnias fascistas».

La aventura de Margaret Michaelis

El descubrimiento de estas fotografías de Horna llevó a identificar las de otra fotógrafa casi ignorada, Margaret Michaelis (1902-1985), también al servicio de la CNT-FAI, una profesional que regentaba un estudio en Barcelona desde 1933 y que acompañó a la anarquista y escritora rusa Emma Goldman y al anarcosindicalista holandés Arthur Lehning en su visita a las tropas republicanas en el frente de Cataluña, Aragón y Valencia en 1936.

Margaret Michaelis, de origen polaco, llegó a España huyendo de la persecución nazi a los judíos. Se casó en 1933 con el arqueólogo Rudolf Michaelis, un anarcosindicalista alemán con quien se instaló en Barcelona, donde había estado en 1932 para fotografiar el Barrio Chino. En esta ciudad contactaron con DAS, un grupo de alemanes antifascistas exiliados en España y en 1935 viajó a Andalucía con el pintor Joan Miró y el arquitecto Josep Lluis Sert.

Durante la Guerra Civil trabajó para la sección gráfica de la CNT-FAI y la Federación Anarquista Ibérica. Recogió en sus fotos la destrucción del monumento de Antonio López en Barcelona, la actividad de los vendedores ambulantes de las calles de la ciudad y el proceso de colectivización de las fábricas.

En las cajas de Amsterdam estaban la mayor parte de sus fotografías tomadas durante la guerra civil en sus viajes a las zonas colectivizadas de Aragón y Valencia en octubre de 1936.

Trabajó también para la Generalitat, por lo que sus negativos estuvieron depositados en archivos de Cataluña. En 1947 llegaron a Ámsterdam 2288 fotografías, 5590 negativos y 259 placas de vidrio que incluían también obras de Antoni Campañà, Katy Horna, David Marco y los Pérez de Rozas padre e hijo. Michaelis abandonó España en 1937 y se trasladó a Australia, donde instaló un estudio en Melbourne, la ciudad en la que murió en 1985.

  • TÍTULO. Las cajas de Ámsterdam. Kati Horna y Margaret Michaelis en la guerra civil
  • LUGAR. Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid
  • FECHAS. Hasta el 24 de Julio
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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