Paula Maddox
El virus de la COVID-19 se ha llevado a miles de vidas en el país. Entre ellas, las de más de 50 sanitarios que se han dejado la piel y las fuerzas luchando en esta difícil situación.
Por ello, este jueves 14 de marzo de 2020, a las 12 horas, se ha llevado a cabo un homenaje en los centros sanitarios de toda España, guardándose dos minutos de silencio en honor a todos los que se han ido.
Francesc, José Manuel, Sara, Luis, Isabel, Jesús, Albert, Nerio, Emilio… son algunos de los nombres de quienes se expusieron al virus desde el principio para salvar la vida de sus pacientes.
«Se trata de compañeros de todas las especialidades, especialmente de atención primaria y urgencias, que en una muestra más de su responsabilidad y vocación, han puesto la seguridad y salud de los pacientes por encima de la propia, sacrificando sus relaciones familiares e incluso su propia vida» comentan desde AMYTS.
Y es que, a fecha 10 de mayo, son más de 40 mil los sanitarios infectados, una tasa superior al 20 por ciento que se ha convertido en la más alta de Europa.
«No son números»
«Mi padre era un ángel en la tierra. No es como siempre que fallece alguien que todo son bonitas palabras. Él era excelente. Nada malo. Ningún enemigo». Luis Pérez Suárez fue el primer médico del SUMMA y de hospitales HM en morir por COVID-19 en Madrid.
Su hija, Marta, de 25 años, no dudó en rendirle un homenaje tras su muerte. «No te podemos velar, papá, este bicho nos prohíbe abrazarnos y besarnos. Pero en cuanto pase todo, te haremos tu fiesta de despedida al ritmo de The Beatles con su Here comes the sun como bien me dijiste en una de esas odiosas conversaciones que teníamos a veces sobre la muerte, haciéndomelo ver cómo algo natural, y es así».
Con 59 años, Isabel Muñoz murió el 15 de marzo, convirtiéndose en la primera médica de España fallecida por coronavirus. Sin patologías previas, al notar los primeros síntomas del virus, Isabel decidió autoaislarse en su casa de Salamanca, prohibiendo incluso que su marido la visitara.
«La única obsesión que tenía era no contagiar a nadie», confesó su hermano Jesús. Sin embargo, después de intentar varias veces contactar con ella, su hermano decidió alertar a la policía, quienes encontraron a Isabel sin vida al entrar en la casa.
La última vez que Jesús habló con ella había sido el día anterior. «Noté que estaba algo cansada, pero muy animada, porque le había bajado la fiebre y pensaba que podría curarse, mientras esperaba una prueba que nunca llegó», explicaba.
Sin embargo, y debido probablemente a su edad, el caso de Sara Bravo fue uno de los que más conmocionó al país. Con apenas 28 años, su pasión desde niña había sido ser médico para ayudar a los demás.
Una noche, estando de guardia en el Centro de Salud de Mota del Cuervo, Cuenca, llegaron unos jóvenes con síntomas propios del coronavirus. Días después, Sara, tras sentir que la fiebre no le bajaba, fue ella misma la que se dirigió al hospital, donde la ingresaron y ya no volvió a salir.
Homenaje en las redes
Al igual que Luis, Isabel o Sara, los demás médicos que han perdido la batalla, «No son números. Son compañeros, con familia, con pasado y sin futuro, no os olvidaremos».
Por ello, se ha iniciado una campaña a través de las redes sociales con los hastags #UnSilencioYUnaPalabra, #HomenajeSanitario y #NiUnFacultativoMenos con los que aquellos que lo deseen podrán rendir su propio homenaje con imágenes, vídeos o mensajes a quienes no dudaron en ponerse manos a la obra a pesar de las incertidumbres que había respecto al virus y los medios insuficientes, entregándose a una vocación que permitió poner a salvo a quienes se ponían en sus manos, aunque eso supusiera arriesgar su propia vida.