Sandra Carrasco: «Recordando a Marchena»

Gran concierto de la Suma Flamenca en la carismática Sala Negra. Gran homenaje, gran deconstrucción y reconstrucción de uno de los padres de la ópera flamenca, Pepe Marchena, El Niño de Marchena, La vieja, Chacón chico, que de todas estas formas se conoció al controvertido genio sevillano.

Tan bien hecho, que de principio a fin recrearon el ambiente musical y social de hace un siglo, el mundillo de entonces de los artistas a partir de los recordados años veinte y treinta del siglo pasado. Cantes, coplas, la historia de «La Rosa», el nacimiento de las colombianas, de los fandangos de Pareja por Marchena, recuerdos de Ramón Montoya, Sabicas, Rafael Pareja, El Niño Gloria, Manuel Torre; recuerdos de la Copa Pavón y el primer premio por fandanguillos para el Niño de Marchena.

Hijo de fatiguitas, analfabeto con toda la sabiduría que le dieron la vida y su arte, fue contratado en 1922 por Juan Carcellé para La Latina ¡por doscientas pesetas diarias! increíbles por esos años. Primer disco, primer sainete «Málaga ciudad bravía» con número andaluz con él y Ramón Montoya.

Éxitos, películas que aún suenan en la memoria, Paloma de mis amores y María del Carmen, ambas de 1935; las famosísimas La Dolores y Martingala de 1940; y en 1955 La reina mora, con la famosísima tonadillera de por entonces Antoñita Moreno… Otros tiempos, no tan lejanos en el tiempo, pero en los cambios sociales, remotos.

Y aún no se ha hecho una película biográfica de Marchena, su sociedad y su mundo, ¡País!

Por eso gana valor este espectáculo Recordando a Marchena, proyecto y creación de la pareja en el arte y en la vida Sandra Carrasco, cantaora de Huelva y David de Arahal, de Sevilla, guitarra joven con veteranía artística, una de las guitarras flamencas que pisan fuerte en el flamenco de hoy.

Estuvieron acompañados para los coros y palmas por Los Mellis de Huelva. Mención muy especial para el veterano chelista José Luis López, maestro, el chelo flamenco por excelencia. José Luis López, a quién conocemos desde hace muchos años como miembro imprescindible de Camerata Flamenco Project, con ese aspecto físico y esas maneras de músico virtuoso vienés de ascendencia judía de otros y estos tiempos. Un imprescindible en este proyecto que merece un larguísimo y exitoso recorrido.

El concierto

Ya está muy instalada la costumbre de vestirse y transformarse en escena. Aquí, la forma de escenificarlo es un plus. Parece mágico ese espejo, testigo de los cambios de Sandra Carrasco, personificación femenina de Marchena.

Y dijo Sandra Carrasco: «Todo nace en un sueño. A la semana de morir mi padre soñé que él me decía: «Mañana por la mañana cuando te levantes, quiero que dejes de llorar y que lo que hagas sea ponerte a estudiar a Marchena y hacerle un homenaje».

Y aquí estamos. Empezando el conciert a lo grande, con la versión de Marchena de Los cuatro muleros, una de las canciones populares de mayor éxito de García Lorca, otro protagonista de aquellos años, en la voz versátil y brillante de Sandra Carrasco, tan del estilo de la del propio Marchena. Canta de una manera, su manera tan personal, que hace fácil lo difícil. Porque, ¡qué difícil es cantar flamenco bien cantado! Marchena ya lo hizo y Sandra su alter ego esta noche lo hace a conciencia.

Siguen alternándose los cantes marcheneros acompañados por la guitarra de Arahal, justa y cómplice como no podía ser de otra manera, o por el chelo, o por los dos instrumentos, solos de chelo, conciertillo de guitarra … Los Mellis cuando toca.

La rosa. El poema «Era un jardín sonriente/ era una tranquila fuente de cristal/ y era a su borde asomada una rosa inmaculada de un rosal… de los Álvarez Quintero, también insertos en los paisajes de aquellos años, que todos aprendimos a recitar en el colegio, musicalizado por Marchena con tal sentimiento que parece estar hablando no de una flor, sino del amor perdido de una mujer. Ahora, traído al presente de este mundo tan distópico por Carrasco y de Arahal, pueden estar hablando de muchas cosas, de todas las cosas que suceden a nuestro pesar. Allá cada espectador. Indiferencia imposible, eso sí.

¿Qué hemos hecho en este siglo transcurrido desde entonces? ¿Hay respuesta? Al menos nos queda la profunda emoción de escucharlo. Del mundo de Marchena al mundo de Carrasco, ¿hay distancia?

Siguen por soleá, por la caña, más cante popular lorquiano, La tarara y llega por fin la colombiana, el palo creado por Marchena a partir de una canción vasca. Dicen que el nombre fue una ocurrencia, cuando nada menos que Sabicas le preguntó qué era aquello que cantiñeaba. Desde entonces uno de los cantes más recordados del maestro. Carrasco emocionó transmitiendo su propia emoción.

Para final, no podían faltar los fandangos de Pepe Marchena, hechos ritmo por todo el quinteto: cantaora, guitarrista, chelista, los coros y el compás de Los Mellis.

De lo que llevo visto de la Suma, uno de los mejores espectáculos, sin duda la temática mejor elegida: El homenaje merecidísimo a uno de los nuestros. Ninguna voz mejor que la de Sandra Carrasco para resucitar al gran Pepe Marchena.

El mundo se merecía este homenaje.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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