En un giro inesperado en la política francesa, Raphael Glucksmann, el candidato de los socialistas, ha sorprendido en la campaña para las elecciones europeas, llevando al Partido Socialista (PS) francés a un resurgimiento inesperado.

Según Adrienne Woltersdorf, quien dirige la oficina de la Fundación Friedrich Ebert en París, Glucksmann ha revitalizado a los socialistas, que habían caído en desgracia tras el mandato de François Hollande.

Woltersdorf señala en el tabloide IPG que Glucksmann, a pesar de no ser miembro del PS, ha logrado captar a votantes desencantados tanto de la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon como de aquellos desilusionados con la deriva derechista de Emmanuel Macron.

Desde principios de 2024, las encuestas muestran una tendencia ascendente para Glucksmann, que ha pasado del nueve al 14.5 por ciento, acercándose a la candidata de Macron, Valérie Hayer, quien ha visto su apoyo disminuir del veinte al quince por ciento.

Este ascenso de Glucksmann pone en jaque a la Nouvelle Union Populaire Écologique et Sociale (Nupes), coalición en la que el PS había sido relegado a un papel secundario frente a La France Insoumise (LFI) de Mélenchon y los verdes de Europe Écologie-Les Verts (EELV). Ahora, LFI ha caído a poco más del siete por ciento y los verdes a menos del seis por ciento, lo que plantea serias preguntas sobre la futura configuración de la izquierda francesa.

Según Brice Teinturier, de Ipsos, «la sensibilidad socialdemócrata no ha desaparecido», y el éxito de Glucksmann podría señalar una reconfiguración de la izquierda. Esto ha generado una renovada esperanza dentro del PS, que ve una oportunidad para recuperar su relevancia política.

En contraste, la situación es preocupante para el campo de Macron. Con las elecciones europeas marcando la primera gran prueba desde su reelección en 2022 y antes de las presidenciales de 2027, el resultado es crucial. Jérôme Fourquet, del instituto francés de investigación de la opinión IFOP, advierte que «el capital de autoridad de Macron dependerá del resultado electoral». Un mal desempeño de Hayer podría acelerar la desintegración del apoyo a Macron dentro de su propio partido.

Además, el escenario se complica con la fuerte presencia del Rassemblement National (RN) de Marine Le Pen, que podría obtener hasta el 33 por ciento de los votos según YouGov. Este apoyo consolidado a la extrema derecha refleja una tendencia preocupante para la estabilidad política de Francia, que ha visto un fortalecimiento de los extremos en detrimento de los partidos tradicionales.

Las elecciones europeas en Francia no solo reflejan la dinámica europea, sino que también sirven como un referéndum sobre la política nacional, un hecho que partidos como LFI no dudan en destacar.

La incertidumbre sobre el resultado final y sus implicaciones para el futuro político del país añade un nivel de tensión y expectación a la contienda electoral.

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