La Dirección General de Tráfico (DGT) estrena este viernes 3 de julio de 2020 la ‘operación verano’ más atípica de su historia debido a la crisis del coronavirus, hasta el punto de que carece de una previsión de desplazamientos de largo recorrido para julio y agosto, tras los 91,1 millones registrados en 2019, la cifra estival más alta desde al menos 2005.

El dispositivo de la DGT cuenta con cuatro operaciones especiales: primera salida (desde este viernes, 3 de julio, hasta el domingo 5 de julio), salida de agosto (viernes 31 de julio al domingo 2 de agosto), 15 de agosto (viernes 14 al domingo 16 de agosto) y retorno del verano (viernes 28 de agosto a lunes 31 de ese mes), informa Servimedia.

Para vigilar las carreteras, Tráfico dispone de 1312 radares para controlar la velocidad (764 fijos, de ellos 80 de tramo, y 548 cinemómetros móviles), 12 helicópteros, 216 cámaras de control del cinturón de seguridad y el teléfono móvil, once drones (que reactivarán su actividad este viernes y tres de ellos tienen capacidad para denunciar) y quince furgonetas camufladas.

Desde el Ministerio del Interior apuntan que las salidas por carretera van a ser más cortas y podrían incrementarse los desplazamientos hacia grandes núcleos urbanos en busca de actividades de ocio.

Además, este verano hay un veinte por ciento menos de solicitudes deportivas que el año pasado y la mayor parte de las fiestas patronales se han suspendido, todo lo cual influirá en la circulación en las carreteras.

Preocupación especial por los motoristas

Por otro lado, la DGT retomará las campañas especiales de control de velocidad, alcohol y drogas, y motoristas, un colectivo que preocupa especialmente a la DGT porque es el único en el que no se ha reducido la siniestralidad en los últimos años.

Para este verano, la DGT prestará una especial atención a las carreteras convencionales, esto es, de un carril por sentido y sin separación entre ellos (siete de cada diez fallecidos del verano pasado fueron en esas vías); los colectivos vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas (en 2010 representaban un 30 por ciento de las víctimas y el año pasado, un 43 por ciento), y la franja de 14.00 a 20.00 horas, asociada a desplazamientos cortos vinculados a las comidas y tramo en el que verano pasado se concentró un 36 por ciento de los accidentes mortales.

Tráfico también prestará una especial atención al consumo de alcohol al volante después del confinamiento, puesto que tras la cuarentena se pueden romper ‘fronteras emocionales’ en reencuentros familiares o de amigos.

El confinamiento ha obligado a tres meses sin conducir en muchos casos, lo que acarrea un cierto riesgo de conducción impulsiva, por lo que el Ministerio del Interior aboga por no confundir la libertad con la velocidad y apeló a la responsabilidad individual de todos los conductores.

La campaña veraniega de la DGT (que lleva como lema ‘Este país no puede soportar más muertes, al conducir extrema las precauciones’) está centrada en un vídeo del patinador Javier Fernández realizando piruetas en el Palacio de Hielo de Madrid, que se convirtió en una gran morgue durante los momentos más duros de la crisis de la COVID-19.

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