Primer Festival de la Guitarra Flamenca en Madrid

Madrid lo estaba necesitando. Madrid estaba pidiendo a gritos un festival de la guitarra flamenca. Porque si hay una ciudad con historia de la guitarra en el panorama flamenco, esa ciudad es Madrid. La ciudad de don Ramón Montoya, creador de un repertorio completo de palos flamencos para la guitarra de concierto.

El festival ha llegado de la mano de la Comunidad de Madrid y del actual director de la Suma Flamenca, Antonio Benamargo, quién ha sabido dar al festival que inaugura la guitarra entre los festivales de la ciudad, un sentido histórico y didáctico con una estructura perfecta, en el que está representada toda la geografía flamenca nacional, desde Barcelona hasta Algeciras, pasando por supuesto por Madrid, Levante, Extremadura, Jerez, Cádiz, Triana, Sevilla, Granada, Córdoba y… Ginebra.

Cuatro galas y tres actividades paralelas del 30 de abril al 4 de mayo, en forma de mesa redonda y ponencias seguidas de conciertos solistas de guitarra. Cuatro galas presididas por guitarras tan ilustres como las del Maestro de Triana Rafael Riqueni, la del maestro jerezano Gerardo Núñez, la del joven guitarrista alicantino Alejandro Hurtado y por la de otro ilustre jerezano, Alfredo Lagos.

El 1 y 2 se mayo hay doble concierto. Tras el maestro Riqueni y su cantaor invitado Juan José Amador, seguirá un concierto del guitarrista de L’Hospitalet de Llobregat Pedro Sierra con los cantaores Enrique el Extremeño y Miguel Tañé, y la veteranísima bailaora Manuela Carrasco.

El dos de mayo, tras el concierto de Gerardo Núñez, seguirá otro con los guitarristas Joni Jiménez y Álvaro el Martinete. Y elencos de tronío con cantaores, bailaores y percusiones de auténtico lujo, como merece Madrid. Y siempre de fondo la figura homenajeada, don Ramón Montoya.

El 30 de abril, el festival tuvo como pistoletazo de salida, una mesa redonda «Ramón Montoya y la guitarra flamenca de concierto», moderada por el escritor y periodista Pedro Calvo y como miembros de la mesa el muy ponderado escritor y profesor de guitarra Pablo San Nicasio; el omnipresente José Manuel Gamboa; la guitarrera madrileña Amalia Ramírez, hija del famoso guitarrero madrileño José Ramírez, constructor de la guitarra La Leona para Ramón Montoya, y el entrañable, grande en su humildad, maestro de la guitarra madrileña e internacional, Víctor Monge Serranito, quien compartió su duelo por la pérdida reciente de su mujer, «me casé con veinte años y tengo ochenta y uno».

«No llegué conocer a Ramón Montoya pero sí a Miguel Borrull y a Sabicas». «Sigo tocando cuatro o cinco horas diarias, porque la guitarra es mi vida y seguiré tocando hasta el final». El maestro Serranito no se pone flores, habla con una entrañable humildad que añade grandeza a su grandeza. Un ejemplo, del que muchos tendrían que aprender. Emociona.

Allí se habló de cómo Ramón Montoya fue el pionero en crear un repertorio completo de concierto para guitarra flamenca y de cómo todos los caminos de la guitarra vuelven a Ramón Montoya, un compositor y guitarrista que dedicó su vida a la guitarra y se dejó la vida en la guitarra.

Se habló de los «bordones» y los «arpegios» made in Don Ramón, creadores de escuela; de su reconocimiento internacional, con hincapié en Francia, país acogedor y engrandecedor de artistas donde los haya, lo que demuestran su valía, su genialidad. La sala Pleyel de París se quedó pequeña para él.

Fue emocionante la intervención de Amalia Ramírez, quien ha continuado con la dirección del histórico taller familiar, evocando a su padre, don José Ramírez, tan vinculado a don Ramón Montoya. Se habla poco y debería hablarse más de los guitarreros, sin cuya contribución imprescindible no existiría la imprescindible música de guitarra y otros instrumentos que se construyen en ese taller, tan afines a la guitarra como el laúd y la bandurria.

Como broche de oro a la mesa redonda, concierto del virtuoso guitarrista madrileño Joaquín Carbonell el Bola, quién ofreció cuatro piezas creadas por Don Ramón con algunos arreglos suyos. El Bola supo acompañar cada pieza de su concierto con una clase magistral sobre el gran madrileño, su presencia en el famoso Café Cantante de la Marina y más tarde en Villa Rosa. Su unión artística con el ilustre cantaor jerezano del barrio de San Miguel, don Antonio Chacón, quizá el único cantaor con Don, porque él fue otro pionero en poner el cante flamenco a la altura que le correspondía.

Durante años, los dos don del toque y el cante, fueron más que un dúo, una unidad que hizo historia. Si todos los caminos de la guitarra llevan a don Ramón Montoya, todos los caminos del cante llevan a don Antonio Chacón.

El concierto comenzó por la Granaína del famoso repertorio del maestro. Siguió por una Bulería, una Taranta y terminó con la famosa Rondeña creada por Don Ramón, a la que El Bola acompañó con su otra voz, la de las cuerdas vocales, emulando a Chacón, uniendo de forma emocionante las dos voces imprescincibles en el flamenco: El cante y el toque, o el toque y el cante. Tanto monta, monta tanto, la guitarra como el canto.

El 1 de mayo fue protagonista la ponencia de Carlos Martín Ballester «Los Pinitos de la sonanta: La guitarra solista en el fonógrafo y el gramófono». Carlos Martín Ballester, presidente del Círculo Flamenco de Madrid, tiene una colección de grabaciones de flamenco desde el primer fonógrafo hasta hoy, única en España, de récord Guinness. Desde el primer fonógrafo de cilindro de cera de 1877 hasta su declive en 1910, desde el gramófono acústico al eléctrico, (1899-1925, 1925-1960).

Expuso una historia completísima de las grabaciones de nuestros guitarristas históricos, desde los más a los menos conocidos, entre los cuales destacó a nuestro don Ramón Montoya, Miguel Borrull y Sabicas. Pudimos seguir la historia de estas grabaciones, desde las primeras con ruidos hasta las más impecables. Ahí pudimos escuchar muestras de estas auténticas joyas; Tangos de A. Cuenca, de 1908, en realidad tientos más tanguillos de Cádiz o tango antiguo. Las Soleares del Niño de Cái de 1912; Soleares de Arcas, con bandurria, guitarra y flauta; Farruca y Rondalla de Usandizaga; la Jota de Luis Yance de 1930; Alegrías de 1935 de Manolo de Huelva; de 1930, Motivos árabes de Sabicas y La Rosa de Ramón Montoya.

A la extraordinaria ponencia siguió un concierto de las guitarristas Marta Robles con guitarra flamenca y Ekaterina Záitseva con guitarra clásica. Un concierto en el que interpretaron a dúo, entre otras cosas, Historias de la Alhambra, Tangos de Gardel, Ritmos de Sabicas, La vida breve de Manuel de Falla y Asturias de Isaac Albéniz. Una delicia de concierto, en el que la técnica fue la nota sobresaliente.

Más tarde, en la Sala Verde, el concierto que citamos anteriormente con el Maestro de Triana, don Rafael Riqueni, primero en concierto solista, en el que fiel a sus principios no dijo nada de las piezas elegidas para su repertorio, suponemos que composiciones suyas y quizá alguna del homenajeado Ramón Montoya en este festival. Ni programa de mano que ilustre del repertorio de Don Rafael. Luego cuando actuó como acompañante de su cantaor invitado Juan José Amador, éste si tuvo la cortesía de comunicar al público sus cantes por soleá, seguiriyas y bulerías, todo un clásico.

Del segundo concierto que siguió, con el guitarrista catalán Pedro Sierra y su elenco de cante, percusión y baile ya hablamos anteriormente. Me sorprendió la presencia de Manuela Carrasco, creo recordar, quizá me equivoque, que ya se había despedido de la escena.

Gran festival, con inauguración de lujo.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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