El estado norteamericano de Colorado ha aprobado una ley para suprimir la pena de muerte a partir del 1 de julio de 2020, iniciativa promovida por los legisladores del Partido Demócrata que ha contado con el voto en contra de los republicanos.
Ahora, con la ratificación de esta Ley por el gobernador de ese estado perteneciente al oeste de Estados Unidos, el demócrata Jared Polis, Colorado se convierte en el estado número veintidós de la Unión que abole la pena de muerte, considerando que «ni podía, ni se ha administrado nunca equitativamente» en Colorado.
A partir del 1 de julio, los tres condenados a muerte que se encontraban en una cárcel del Estado en espera de ejecución verán conmutada su pena por la de cadena perpetua aunque, eso sí, sin ninguna posibilidad de ser indultados ni de poder redimir la condena.
El fiscal general de Colorado, el republicano George Brauchler, ha asegurado que «serán muy pocos los que en Colorado se alegren de que salvemos la vida a estos asesinos».
La abolición de la pena de muerte en este Estado ha sido objeto de intensos debates, motivados especialmente por la negativa a su aprobación por parte de los representantes políticos republicanos, que han utilizado toda clase de subterfugios para intentar que no llegara a votarse. Como anécdota, durante uno de los debates el republicano Steve Humphrey estuvo leyendo la Biblia durante 45 minutos.
Alec Garnett, jefe de filas de la mayoría demócrata de la circunscripción, ha dicho que tiene «esperanza en una sociedad que gasta su dinero en educación y no en recursos de apelación, en el tratamiento de las adicciones y no en inyecciones letales».
No ha sido esta la primera vez que los demócratas de Colorado intentan abolir la pena de muerte, desde que fue restablecida en 1979. En los cuarenta años transcurridos desde entonces, tan solo se ha ejecutado a un reo en 1997, Gary Davis, condenado a muerte por violación y asesinato.
En 2019 se registraron veintidós ejecuciones en Estados Unidos, concentradas en siete Estados, casi todos pertenecientes al sur conservador e integrista, entre los que destaca Texas, donde se llevaron a cabo nueve ejecuciones.
El periódico Vaticano News, portavoz de la iglesia católica, ha recogido el aplauso de los obispos de Colorado y ha calificado la abolición de «histórica» y como «una buena noticia en un paisaje mundial ensombrecido por la epidemia». En una declaración pública, los prelados católicos han recordado que para ellos la vida es sagrada y han calificado la medida como «un cambio importante en el derecho del Estado de Colorado».