Las imágenes de la guerra en Ucrania, donde más de 5,8 millones de personas han tenido que huir a  otros países y otros 7,7 millones permanecen desplazados dentro del país, han motivado múltiples  respuestas solidarias, articuladas por distintos colectivos con lazos de unión con familias de ese país por haber acogido a sus hijos en vacaciones, y han movilizado a las ONG de ayuda para prestar apoyo a los 7,5 millones de niños del país que en pocos días han pasado de la seguridad a la dependencia absoluta para cubrir sus necesidades más vitales. 

Pero esas ONG especializadas en la defensa de los derechos de los niños piden que el conflicto  bélico en Ucrania no saque del foco informativo otros conflictos armados o crisis humanitarias que  siguen teniendo consecuencias terribles para millones de menores en otros continentes, y que  también dependen de la solidaridad internacional para mantener su salud física y mental. 

Parece inevitable, no obstante, que las sociedades europeas, y especialmente la española, que desde  la catástrofe de Chernóbil ha mantenido unas relaciones muy directas con las familias afectadas, se  centren temporalmente en Ucrania y en el impacto devastador que están sufriendo los 7,5 millones de niños del país, de los que han muerto varios centenares, hay miles de heridos, y centenares de  miles están profundamente traumatizados por la violencia que los rodea.  

Preocupa especialmente el que las autoridades locales han informado de que la situación en orfanatos, internados y otras instituciones que albergaban a más de 98.000 niños, más de la mitad con discapacidades, necesitan ayuda especializada, que solo puede llegar desde agencias y oenegés muy organizadas y con un fuerte respaldo económico. 

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el principal órgano de gestión de la cooperación española, orientada a la lucha contra la pobreza y al desarrollo humano sostenible, destaca precisamente que la solidaridad es una de las características más relevantes de la  ciudadanía española y que en la actualidad, con la crisis provocada por el conflicto bélico en Ucrania, reciben numerosos ofrecimientos de ayuda que piden canalizar a través de las ONG Humanitarias que trabajan en la zona. 

Esta recomendación es especialmente importante si se trata de donaciones económicas destinadas a necesidades básicas que evolucionan mes a mes, como puede ser la ropa de abrigo o el calzado apropiado para los menores, traslado de familias hacia zonas refugio donde puedan operar con  eficiencia los equipos de apoyo, conseguir suministros diarios de alimentos básicos, artículos de higiene, pañales para bebés y otros productos de primera necesidad. 

Niña Aldeas Infantiles © Andrea Fernandez Felipe
Niña Aldeas Infantiles © Andrea Fernandez Felipe

Una de estas ONG humanitarias, Aldeas Infantiles SOS, informa de que tiene activado un Plan de Respuesta de Emergencias en Ucrania en el que atiende a 45.000 personas en el país con el objetivo de prevenir la separación familiar durante los desplazamientos y proveer de refugio, alimentos, productos de higiene y apoyo psicológico a las familias y a los niños y niñas que lo necesiten. 

Es importante, por lo tanto, que cuando los equipos de voluntarios de estas ONG nos aborden o recibamos una llamada telefónica en la que se nos solicita apoyo, les prestemos atención para interesarnos por su trabajo y conocer sus necesidades, porque el apoyo ciudadano es vital para que  puedan seguir con su trabajo de proteger a la infancia.

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre