Cinco agencias de las Naciones Unidas lanzaron este 13 de mayo 2022 la Coalición de Acción para las Dietas Saludables, para ayudar a transformar los sistemas alimentarios de modo que se pueda evitar la muerte de once millones de personas, abatidas cada año por las dietas poco saludables, informa la IPS.

Además, 420 000 personas más fallecen por consumir alimentos nocivos, y la alimentación inadecuada da lugar a enfermedades crónicas que causan sufrimiento y suponen una carga enorme para los presupuestos de todos los países.

Unos tres mil millones de personas en todo el mundo no pueden pagar por una comida saludable, lo que aumenta las enfermedades crónicas, indicaron las agencias de la ONU al presentar la coalición en esta ciudad suiza.

Forman la coalición la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Recordaron que la alimentación inadecuada da lugar a enfermedades crónicas que causan sufrimiento y suponen una carga enorme para los presupuestos de todos los países. Está relacionada con seis de los diez principales factores de riesgo para la carga mundial de enfermedades.

La coalición sostiene que, por otra parte, la desnutrición «constituye una violación del derecho humano a la alimentación y continúa generando desigualdades sociales y de salud». En el mundo hay unos 800 millones de hambrientos y el doble de esa cifra de personas sobrepeso.

La iniciativa destaca que «las prácticas insostenibles que definen los sistemas alimentarios del mundo de hoy también están impulsando la deforestación, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de los océanos, la aparición de enfermedades zoonóticas y la resistencia a los antimicrobianos».

Las dietas saludables de un sistema alimentario sostenible son regímenes de ingesta que promueven la salud y previenen las enfermedades, pero para que se generalice su consumo hace falta que los víveres saludables estén disponibles, sean asequibles, accesibles y atractivos para todos.

También se necesita que esos alimentos se produzcan y distribuyan con métodos que aseguren un trabajo decente y protejan el planeta, el suelo, el agua y la biodiversidad.

El plan de trabajo contempla tres puntos clave:

  1. El primero «movilizar y coordinar los conocimientos para una acción orquestada en los sistemas alimentarios de manera que se produzca un impacto positivo a nivel de país».
  2. En segundo término, facilitar el aprendizaje entre países.
  3. Y como tercer propósito, gestionar proyectos especiales, según las prioridades de cada país, para integrar las esferas de la nutrición, la salud y la sostenibilidad a través de la alimentación.

Las agencias destacan que llevar a buen término este plan haría posible conseguir varias metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, como acabar con el hambre y la malnutrición en todas sus formas, promover una vida sana y el bienestar para todos, y reducir las enfermedades no transmisibles.

Asimismo, mejorar la salud materno-infantil, promover el consumo y la producción responsables y adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático.

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