Christopher Lockyear, secretario general de la organización humanitaria médica internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), hizo un llamamiento hoy en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) para exigir un alto al fuego inmediato y permanente en Gaza.

Dirigiéndose al Consejo en su reunión mensual sobre Gaza, Lockyear también pidió la protección incondicional de las instalaciones médicas, del personal sanitario y de los pacientes.

«Reunión tras reunión, resolución tras resolución, este órgano ha fracasado a la hora de abordar efectivamente este conflicto» dijo Lockyear, quien añadió que «hemos visto a los miembros de este Consejo deliberar y dilatar las decisiones mientras morían civiles. Esta muerte, destrucción y desplazamiento forzoso son el resultado de decisiones militares y políticas que desprecian descaradamente la vida de los civiles. Estas decisiones podrían haber sido -y aún pueden ser- muy diferentes».

Después de más de cuatro meses de guerra, cerca de treinta mil palestinos han sido asesinados en Gaza en medio de los constantes bombardeos y ataques de Israel. Se estima que aproximadamente 1.7 millones de personas, casi el 75 por ciento de la población, se han visto desplazadas forzosamente y se enfrentan a heridas infectadas y enfermedades mientras viven en condiciones inseguras, insalubres y deplorables.

Brindar atención médica se está volviendo virtualmente imposible en Gaza, ya que ni siquiera las instalaciones médicas son respetadas o pueden considerarse seguras ante los ataques militares.

«Nuestros pacientes sufren lesiones catastróficas, amputaciones, aplastamiento de miembros y quemaduras graves» afirmó Lockyear.

Añadió que «necesitan cuidados sofisticados, una rehabilitación larga e intensiva, los médicos no pueden tratar estas lesiones en un campo de batalla o entre las cenizas de hospitales destruidos. Nuestros cirujanos se están quedando sin gasas para detener el sangrado de sus pacientes. La usan una vez, exprimen la sangre, las lavan, las esterilizan y las reutilizan para el siguiente paciente»

El 20 de febrero, el mismo día en que Estados Unidos vetó una resolución de alto el fuego del CSNU, la esposa y la nuera de un trabajador de MSF fueron asesinadas y otras seis personas resultaron heridas por el ataque de un tanque israelí, que disparó contra un refugio claramente identificado en el que se alojaba el personal de MSF en Al-Mawasi, Jan Yunis.

La semana pasada, las fuerzas israelíes obligaron a evacuar y asaltaron el Hospital Nasser, que es la instalación médica más grande del sur de Gaza. Aquellos que fueron obligados a salir no tienen adónde ir. No pueden regresar a la parte norte de Gaza, que está en gran parte destruida, y no están tampoco a salvo en Rafah, en el sur, donde las fuerzas israelíes han llevado a cabo ataques aéreos y han anunciado planes para iniciar una extensa ofensiva terrestre.

Desde que comenzó la guerra en Gaza, los equipos médicos y los pacientes de MSF han sido obligados a evacuar nueve instalaciones médicas en la Franja de Gaza. En total, cinco trabajadores de MSF han sido asesinados. Brindar atención médica y aumentar la asistencia médica vital es casi imposible debido a la intensidad de los bombardeos y de los combates.

«Las consecuencias de echar por tierra el derecho internacional humanitario repercutirán mucho más allá de Gaza» dijo Lockyear, quien concluyó que «será una carga duradera para nuestra conciencia colectiva. Esto no es solo inacción política, se ha convertido en complicidad política»

Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF), llamó el 22 de febrero 2024 en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a un alto al fuego inmediato y permanente en Gaza.

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