El equipo de Modelo Madrid ha hecho público un informe sobre al menos 150 paradas de autobús en las que se incumple la Ordenanza de Movilidad Sostenible en lo referido a movilidad peatonal y accesibilidad del transporte público, y concluye que el Ayuntamiento de Madrid debe retirar los carriles bici y aceras bici en esos espacios, y revisar además que se cumplen todas las medidas previstas para personas que por motivos físicos o sensoriales puedan verse afectadas en su movilidad.

En el análisis del informe, Modelo Madrid señala que como todos los ciudadanos que utilizan el transporte público son peatones, deberían ocupar la primera posición en la pirámide y su espacio en las calles debería estar protegido contra cualquier invasión, y sin embargo «esto no es así y la ciudadanía parece quedar en silencio».

Se cita como ejemplo que las aceras bici son carriles bici instalados en aceras y zonas peatonales, que suponen una reducción de dichas zonas y un consiguiente perjuicio a la movilidad peatonal, provocando un daño claramente visible para todos los peatones, sobre todo para las personas discapacitadas, ya sean personas con discapacidad física, sensorial o personas con dificultades para interpretar el entorno.

Recuerdan que la Ordenanza de Movilidad Sostenible establece en el ámbito de las paradas de transporte público, con medidas concretas, qué espacio de calzada y de acera que debe estar libre de obstáculos, para que el autobús pueda hacer correctamente su parada y para que los viajeros puedan subir y bajar del autobús simultáneamente y acceder a la parada o alejarse de ella en condiciones de funcionalidad y seguridad, condiciones que son imposibles de cumplir si los viajeros al subir al autobús tienen que hacerlo desde una acera bici o tienen que descender directamente a una acera bici.

Tampoco es posible si para llegar a la parada de autobús o salir de ella tienen que cruzar una acera bici o carril bici tras la marquesina, caso especialmente problemático en caso de personas con movilidad reducida o ciegas, ya que se orientan con un bastón que entra en la acera bici pegado al suelo mucho antes que ellos.

Y concluye que en estas circunstancias, las personas más vulnerables siempre van a tratar de evitar lugares inseguros y dejarán de usar el transporte público, como ya ha determinado la NFBUK (Federación Nacional de ciegos de Reino Unido), que ha documentado estos problemas con bastante claridad con una conclusión muy negativa: «las personas más vulnerables terminan por evitar usar el servicio».

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