Más de 300 manifestantes han desafiado las bajas temperaturas de esta mañana del 22 de enero 2023 para caminar por la clausura en 2025 de una de las instalaciones más polémicas y nocivas de la región, la vieja incineradora de Las Lomas del Parque Tecnológico de Valdemingómez, informa Ecologistas en Acción de Madrid.

La marcha, convocada por la «Mesa por cierre de la incineradora de Valdemingómez», compuesta por Ecologistas en Acción de Madrid, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), ha salido a las once de la mañana desde la estación de Metro La Gavia, en el Ensanche de Vallecas, para caminar los nueve kilómetros que separan este lugar de la parcela de la incineradora.

Los manifestantes, portando pancartas y carteles alusivos a los daños que causan en la salud y el medio ambiente las emisiones de las incineradoras de residuos, han llegado hasta el depósito de cenizas de Las Lomas, un lugar que el pasado mes de octubre saltó a la fama por su temeraria gestión, cuando la FRAVM, GRAMA y Ecologistas en Acción denunciaron ante el SEPRONA de la Guardia Civil que miles de sacas de cenizas se hallaban a la intemperie, sin estar enterradas, y, además, un buen número de ellas presentaban roturas, de tal forma que su contenido quedaba a merced del viento y la lluvia.

Al término de esta cuarta marcha por el cierre de la incineradora, portavoces de esas organizaciones han informado de que aún no habían recibido respuesta alguna de la investigación, y «mucho menos del Consistorio o la Comunidad que, eso sí, en declaraciones a los medios se han dedicado a echar balones fuera, culpándose mutuamente del desaguisado».

Además, han recordado la exigencia de clausura de la incineradora en 2025 «y si es antes mucho mejor».

«El Ayuntamiento de Madrid se ha quitado definitivamente la careta. Recientemente ha enviado al Consejo Social de la Ciudad y a los grupos municipales un borrador de estrategia de residuos que refleja sin ambages sus planes de preservar la incineradora, en el que se dice textualmente que se propone un Nuevo contrato en la planta de Las Lomas que mantiene la capacidad de incineración actual a partir de 2025. Esta declaración equivale a perpetuar la incineradora funcionando a pleno rendimiento hasta 2030 o más allá, igualando o superando los máximos históricos de incineración. Es decir, que Almeida quiere que la Incineradora siga quemando unas 330.000 toneladas de residuos al año, a escasos dos kilómetros de nuestras casas», indica el comunicado que representantes de las tres organizaciones convocantes han leído a su finalización.

«Sólo la incineradora nos costó a las madrileñas y madrileños en 2019 la friolera de 27.254.794,18 euros, a razón de 53,75 €/tonelada. Con un Gobierno municipal postrado a los intereses empresariales, parece evidente que nuestra salud les resulta algo secundario y canjeable por un buen acuerdo de colaboración público-privada, de esos que tanto les gustan», han añadido ante un público visiblemente enfadado.

Aludiendo al sorprendente hecho de que Urbaser gestionara la instalación durante dos años con el contrato vencido y sin percibir un solo euro, los portavoces sostienen que «Almeida (el alcalde) y Carabante (concejal de medio ambiente) siempre han querido que la incineradora siguiera operando a pleno rendimiento, costase lo que costase y de la forma que fuese, con o sin estrategia, con o sin contrato».

Los portavoces ecologistas y vecinales también han hecho referencia en su alocución a la última investigación europea sobre la incineradora, cuyos datos hemos conocido esta semana, sobre niveles alarmantes de contaminantes peligrosos para la salud de la población y el medio ambiente en los huevos recogidos en los alrededores del Parque Tecnológico de Valdemingómez que no hacen aconsejable su consumo.

Los portavoces concluyen que «parece evidente que en Madrid los residuos y la salud importan bien poco a quienes gobiernan. Pero, para su desgracia, han topado con huesos duros de roer y pese a su insistencia en mantener la incineradora y su contaminación, las organizaciones que componemos la Mesa por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez vamos a seguir trabajando para que la ciudadanía conozca el riesgo de la incineración de residuos y concretamente de la vetusta Incineradora de Valdemingómez y no descansaremos hasta verla cerrada».

Para cerrar la marcha se ha dado lectura a las exigencias que dieron origen a la movilización de este 22 de enero:

  1. El diseño y ejecución de un Plan de Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, que respete el plazo de cierre definitivo en 2025. Si pudiera ser antes, mejor que mejor. Más años de incineración sería un disparate.
  2. La licitación y puesta en marcha del contrato de mediciones mensuales en inmisión de contaminantes orgánicos persistentes, en el entorno del Parque Tecnológico de Valdemingómez, realizadas por un organismo o empresa de independencia acreditada y que dé público acceso a los datos de forma transparente y continua.
  3. La creación de una Comisión de Seguimiento del Plan de Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, participada por entidades sociales, vecinales y ecologistas.
  4. La aprobación de una Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos de la Ciudad de Madrid en la línea de la de 2017-2022, esto es, una estrategia con sus planes correspondientes dedicados a la implementación de políticas responsables de reducción significativa de la generación de residuos y a su gestión enmarcada en los principios de la economía circular, el respeto al medio ambiente y el cuidado de la salud pública.

Entre los participantes en la manifestación, junto a ecologistas y miembros de las asociaciones vecinales de Villa y Puente de Vallecas y otros barrios y municipios próximos a Valdemingómez, hemos podido ver a diversos representantes de formaciones políticas de izquierda de la Comunidad de Madrid.

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