El Ayuntamiento de Madrid activa un plan «ambicioso e integral» de control de cotorras argentinas, según anunció la portavoz municipal, Inmaculada Sanz, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno celebrada este 4 de junio de 2020.

El crecimiento exponencial de la población de cotorra argentina y de Kramer en Madrid sitúa a estas aves como un peligro para los ciudadanos, no sólo por las enfermedades que pueden transmitir, sino por los riesgos que entrañan sus nidos en los árboles en caso de caída, ya que algunos de ellos llegan a superar los cien kilos de peso.

Además, estas especies están catalogadas por el Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente como invasoras, amenazando la existencia de otras aves autóctonas y el ecosistema.

Desde 2017, los informes técnicos de la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, dependientes del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, recomendaban llevar a cabo una actuación rápida para reducir y controlar su expansión, al estimarse que la población de cotorras argentinas ha aumentado un 33 por ciento de 2016 a 2019, pasando de los nueve mil a los trece mil ejemplares en Madrid, según figura en el último estudio hecho público por la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife. 

El equipo de Gobierno ha diseñado un plan integral de contingencia frente a las cotorras para minimizar su amenaza, y con el visto bueno de la Comunidad de Madrid, se ha autorizado el contrato de servicios de control y reducción de esta población y el gasto plurianual de 2,9 millones de euros para su implementación, con un plazo de ejecución de veintitrés meses, iniciando su aplicación en octubre 2020. 

Captura y esterilización de cotorras 

El objeto de este contrato consiste en reducir la población en libertad de las dos especies exóticas invasoras todo lo posible, hasta limitarla al diez por ciento de su censo actual. Para ello, el servicio se basará en la ejecución de labores de captura de ejemplares adultos mediante diferentes métodos de trampeo y la esterilización y control de sus puestas (esterilización de huevos y colocación de nuevo en el nido de manera que imposibilite una segunda puesta). También se procederá al apeo de los nidos vaciados y su retirada al vertedero cuando se les haya capturado. 

La eliminación de nidos como método de control poblacional no es efectiva, así que sólo se planteará en caso de que exista una elevada peligrosidad para el ciudadano o un riesgo claro de daño a la estructura que lo soporta.

Para proceder a su reducción se aceptarán métodos de captura como las jaulas-trampa, el uso de redes o el empleo de carabina de aire comprimido y se estudiarán otras fórmulas planteadas por el adjudicatario.

Estas intervenciones se llevarán a cabo de manera coordinada con el Ayuntamiento de Madrid, quien procederá a su seguimiento a través del análisis de la situación antes de las operaciones, así como en el caso de la propuesta de plan de trabajo que presente la empresa, el seguimiento y evaluación del control poblacional, la redacción de informes y las memorias de actividad. 

Transmisión de enfermedades

El adjudicatario también deberá llevar a cabo el control biológico y veterinario de las cotorras que se mantengan en la ciudad, así como la gestión de los ejemplares capturados. Mensualmente entregará al Ayuntamiento un reporte de las actividades desarrolladas. 

El control biológico de las cotorras se desarrollará con muestreos aleatorios que permitirán comprobar el estado sanitario de las aves y el riesgo real que esta plaga supone como vector propagador de enfermedades. 

Análisis previos efectuados en el municipio han evidenciado la presencia, entre otros, de agentes infecciosos zoonóticos tales como Chlamydophila psittaci, Escherichia coli enteropatogénica y Campylobacter jejuni, una de las zoonosis alimentarias más frecuentemente detectadas en la Unión Europea en distintas especies de aves sinantrópicas (cotorra argentina, paloma común y patos híbridos).

Este hecho pone de manifiesto la necesidad de indagar sobre la presencia de agentes zoonóticos con el fin de conocer los riesgos sanitarios para los operarios y usuarios de los parques y, particularmente y dentro del conjunto de la ciudadanía, los existentes para individuos con problemas inmunitarios o aquellos estratos más jóvenes de la población propensos a infecciones por dichos agentes. 

Al tratarse de una especie exótica invasora, los ejemplares capturados no pueden ser reintroducidos al medio natural, siendo su destino el sacrificio, que se llevará a cabo por métodos que no contravengan la normativa sobre bienestar animal. La empresa adjudicataria deberá establecer un plan de gestión de capturas que contemple el traslado, los métodos a emplear para el sacrificio de ejemplares, así como la gestión de los cadáveres, debiendo presentar documentación del gestor homologado para los procesos que sea necesario. 

En caso de mantener los ejemplares capturados en cautividad por un tiempo, la empresa adjudicataria deberá aportar documentación sobre el lugar de cautiverio para garantizar que se cumple con la normativa de bienestar animal y que los animales se encuentran de manera reglada.

Madrid, la ciudad con más cotorras de España

Madrid es el municipio con más cotorras de toda España. En el censo que SEO Birdlife presentó en 2019 se localizaron 4400 nidos de cotorras y su población se estima en torno a los trece mil ejemplares, lo que supondría casi la mitas de la población nacional. Su reproducción se ha detectado en todos los distritos de la ciudad, pero en tres de ellos destaca su presencia: Moncloa-Aravaca, Latina y Carabanchel. El lugar de nidificación mayoritario en toda la Comunidad de Madrid es el árbol, sobre todo en cedros. 

Las cotorras argentinas y Kramer se han ido convirtiendo en los últimos treinta años en un problema para la conservación de la biodiversidad en los parques y zonas verdes de Madrid y en un agente de riesgo para la población por la peligrosidad de caída de sus nidos comunales y de las ramas de los árboles que los albergan, así como una fuente constante de quejas de los vecinos que sufren las molestias ocasionadas por su comportamiento gregario.

Los pocos antecedentes que existen en grandes urbes y de forma sistemática para controlar la población de cotorras se encuentran en la ciudad de Zaragoza. En otros municipios afectados no se ha abordado aún de forma sistemática, si bien se han producido acciones aisladas en Mallorca, Sevilla, o Málaga.

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