La sorprendente exposición «Art of the Hollywood Backdrop: Cinema’s Creative Legacy» que se lleva a cabo en el Museo Boca Raton, a pocos kilómetros de Miami, en Florida, me toca muy de cerca por ser el mundo del cine. En los grandes sets cinematográficos de Mapol donde filmé La melodía perdida, pude ver estos enormes telones y como se trabajaba en ellos. Es un arte visual especial y subordinado al cine y sus necesidades, pero no carente de creatividad, estilo y técnica, que actualmente se está revalorizando y que esta original exposición, pone en relevancia.

Cabe destacar que el Teatro Colon tiene talleres especializados y aun se diseñan para determinadas operas estos gigantescos telones o decorados pintados. En el caso del cine de Hollywood cumplieron toda una época, la exposición muestra telones de famosas películas. Al comienzo de la cinematografía el arte del telón estaba unido a la filmación porque sustituía el paisaje, la decoración de las casas, las imágenes de ciudades.

Telones de Hollywood coloca
Telones de Hollywood

No existía la tecnología actual, ni las filmaciones en exteriores, ni los efectos especiales, ni recursos de ambientes naturales; por lo tanto, los llamados «decorados» eran el entorno «real-pintado» donde se filmaban las escenas. Estos telones tenían un verismo y acabado de fotografía y se fabricaban en telas colgadas de las paredes donde trabajaban pintores expertos en el estilo con la supervisión de los directores.

En el caso del film «North by Northwest», (Con la muerte en los talones) en el monte Rushmore, con Cary Grant, producida en 1959, el control de Hitchcock llegó a ser obsesivo. El Monumento de las caras de los presidentes americanos tallados en la piedra, es el lugar de una de las secuencias mas excitantes del film.

Al entrar al Museo observo las grandes telas colgadas en las paredes, veintidós telones que cubren la historia del cine americano desde 1938 a 1968, con videos que incluyen escenas del filme donde se pueden apreciar estos decorados. Se recorren telones de películas importantes como Un americano en Paris (1951) de Vicente Minelli; Ben-Hur (1959), un clásico del cine épico-sagrado; Cantando bajo la lluvia (1952) con Gene Kelly, o el famoso musical de la familia Trapp, La novicia rebelde (1965) con Julie Andrews.

Debemos destacar la curaduría de Thomas A. Walsh, quien recalca la importancia de estas pinturas que resolvían problemas de producción, trayendo los paisajes exteriores al set, y daban un entorno realista al filme, a pesar de ser pintados.

Técnica, estilo y pintores: del secreto a la magia

Es igualmente interesante ver la técnica empleada, de rigor fotográfico, muy precisa, considerando la perspectiva y el lente de las cámaras filmadoras. Los pintores eran personas especializadas, pero que trabajaban en bambalinas, sin exposición, puesto que el público no sabía que eran telones, las apreciaba como vistas reales. Era un arte oculto o secreto, que imbuía de magia al cine, y los hallazgos que estos artistas podían lograr con efectos no eran revelados, se guardaban celosamente. Eran pintores ocultos pero imprescindibles, fueron parte de la gran industria cinematográfica durante décadas, reproduciendo con maestría paisajes, montañas y lagos, mansiones y ciudades que el espectador consideraba como reales cuando en verdad eran telones pintados, pero diseñados de modo tal que parecían auténticos.

Entre estos artistas se destacan Verne Strang, Bill Mc Connell, Frankie Cohen, Charles Wallace, Jack Brooks, y el genial Gibson, quien creó «el realismo fotográfico para la cámara», una técnica que sin ser fotográfica captaba la imagen de manera exacta pero adaptada a la cámara, por esa maestría obtuvo once premios Oscar y los decorados comenzaron a tener trascendencia en la industria cinematográfica.

Hollywood desarrolló este estilo a niveles nunca alcanzados, creando climas y entornos de perfección visual con expertos que apoyándose en la imagen daban la impresión de un realismo captado solo por la cámara, la «ilusión fílmica» que hechizaba al espectador.

Hoy, frente a estos telones uno puede ver esa «magia»; la técnica, de cerca es un tanto impresionista y a la distancia se transforma en imagen fotorrealista.

«Valoro estos trabajos por el hallazgo visual- me comenta un estudiante de escenografía- no es fácil lograr estos efectos, aun hoy con toda la tecnología a disponibilidad, no se logra algo así. Son impactantes»

Sin duda, cuando uno mira la Roma de Ben Hur, cree ver aquella Roma Antigua recreada ante nuestros ojos con la creatividad y la precisión de estos maestros de la ilusión. Estar en estas salas volviendo a ver los filmes y estar frente a estas gigantescas telas, es entrar en los secretos del cine del pasado, pero también en las posibilidades visuales que estos telones crearon.

Cuando llega la nueva producción cinematográfica y se filma en exteriores, los telones se enrollaron, podían haberse perdido, pero Backdrop Recovery Projet compró en los años setenta, a la productora MGM, casi dos mil telones y estas monumentales pinturas quedaron a salvo como patrimonio de la cinematografía. Actualmente, la Universidad de Texas los ha tomado como materia de estudio y análisis de arte visual.

Sin duda, es un valioso aporte que el Museo de Boca Raton haya organizado esta original exposición, histórica y de preservación del patrimonio cultural del arte cinematográfico de Hollywood, pero también creativa desde el enfoque de las artes visuales, donde realidad e irrealidad se entrelazan.

Yo corría, cuando niña, entre esos telones, y siempre me pareció que aquellas escaleras me llevarían algún cuarto misterioso de la casa o que al caminar en el bosque se aparecería algún conejito o algún lobo… sutil es la línea entre la fantasía y la realidad cuando uno entra en el mundo del arte….

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