El Jardín Botánico, un recinto histórico que desde 1939 pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), acoge desde el pasado 17 de noviembre 2022 una nueva edición del espectáculo de luces «Naturaleza encendida», iniciativa que, a juicio de Ecologistas En Acción, se trata de un espectáculo más propio de un parque de atracciones que de un lugar dedicado a la conservación y educación ambiental.
La organización ecologista no sólo apunta que este tipo de actos «banalizan peligrosamente» el sentido y función del Jardín Botánico, sino que se trata de un proyecto «únicamente destinado a obtener beneficios económicos» en el que, en ningún momento, se ha valorado el impacto sobre la flora y fauna.
Mercantilización del CSIC
Desde que finalizada la Guerra Civil se constituyera el CSIC sobre la anterior la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907–1939), el Jardín Botánico estuvo sometido a una tendencia creciente de mercantilización, donde se han organizado diversos eventos masivos, de entre los que destaca la nueva edición del espectáculo de luces navideñas.
En esta ocasión la temática de la «Naturaleza encendida» son los hongos, algo que, en principio, guardaría relación con las actividades de un Jardín Botánico. Sin embargo, Ecologistas en Acción manifiesta que, pese a la temática, el evento choca frontalmente con la misión del Jardín de ser un centro científico y de divulgación. Buena prueba de ello es la publicidad para la venta de entradas:
«Una aventura excepcional al aire libre que comienza cuando el sol se pone. Una experiencia llena de luz que te invita a descubrir un espacio de ensueño donde sentirte bajo el encanto de la naturaleza. Un fantástico paseo nocturno en compañía de tus niños, amigos o pareja. Diviértete, aprende, posa para tus mejores fotos y ¡compártelas!».
Ecologistas en Acción reprocha que la intención principal que se esconde detrás de la «Naturaleza encendida» no es científica ni educativa, sino meramente de recaudación económica.
Contaminación lumínica
El Jardín Botánico está dotado de grandes masas arbóreas y arbustivas que, gracias a su diversidad, atraen a un gran número de aves urbanas que lo utilizan como refugio y dormidero. Destacan especies como la paloma zurita (Columba oenas), el picogordo (Coccothraustes coccothraustes) y el zorzal común (Turdus philomelos), como típicos residentes invernales. Además, decenas de especies de mariposas como la Vanessa atalanta, la Argynnis pandora o la Issoria lathonia encuentran el Jardín como un lugar idóneo en el que refugiarse en estado de larvario.
Este sosegado refugio de biodiversidad, profundamente valioso para la calidad ambiental de la ciudad madrileña, se ve alterado e invadido por los efectos del espectáculo navideño. Ello se debe a que las molestias y daños significativos a la fauna y flora son inevitables cuando se trata de una instalación de cientos de metros de cableado, un elevado número de luces en los árboles, y una masificación del recinto entre las 18:00 y 24:00 durante dos meses.
Ecologistas en Acción recalca la importancia de la investigación de Alicia Pelegrina López, doctora en Ciencias Ambientales por la Universidad de Granada. En su último libro analiza las causas y consecuencias de este tipo de contaminación que, aun pasando tan desapercibida, afecta a nuestros ecosistemas y a nuestra propia salud: la contaminación lumínica. Y es que hay que tener en cuenta que el treinta por ciento de nuestros vertebrados y el sesenta por ciento de los invertebrados son nocturnos.
Añaden que existen numerosos estudios en los que se demuestra que la contaminación acústica y lumínica afecta al sueño, la regulación hormonal y la capacidad de orientación de las aves. Además, desde 2019, numerosos trabajos científicos señalan que la luz artificial también afecta negativamente a los insectos, siendo uno de los factores clave en el descenso de su población. La vida vegetal tampoco es indiferente a la contaminación lumínica. Recientes estudios demuestran que la exposición continuada a luz artificial provoca en las plantas alteraciones en sus redes tróficas, floración y crecimiento.
Derroche energético.
A pesar de que la empresa promotora del evento lo anuncie como «Evento Sostenible Alineado con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible)», Ecologistas en Acción señala que se trata de un espectáculo de luces innecesario y ecológicamente inaceptable.
El gasto energético que supone encender miles de luces de colores durante largos periodos de tiempo no puede ser calificado como sostenible, especialmente en un contexto de emergencia climática y donde los alumbrados navideños empiezan a ser cuestionados cada vez más socialmente.
Lavado verde o greenwashing
El patrocinador del evento «Naturaleza Encendida» es la multinacional Hyundai, el cuarto fabricante de automóviles a nivel mundial.
La organización ecologista recuerda que la industria automovilística es responsable de emitir cada año aproximadamente el diez por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). En concreto, Hyundai-Kia emite más de cuatrocientos millones de toneladas de CO2 cada año. A esto hay que añadir que, de acuerdo con un informe reciente, las emisiones de sus vehículos podrían ser hasta un 115 por ciento superiores a las que declara la compañía.
Por ello, Ecologistas en Acción condena que una multinacional de la talla de Hyundai, cuyo negocio se basa en el uso masivo de combustibles fósiles y la emisión de grandes cantidades de GEI, busque asociar su imagen a entidades con prestigio social, especialmente relacionadas con la conservación de la naturaleza, como es el caso del Real Jardín Botánico. La asociación ecologista declara sin ambages que se trata de una maniobra de lavado de cara verde, conocido popularmente con la expresión inglesa greenwashing.
La asociación ecologista no detiene sus críticas de lavado verde con la multinacional automovilística Hyundai, sino que también hace responsable al Jardín Botánico-CSIC por contribuir a dicho lavado de cara verde. No es la primera vez que en las instalaciones del Jardín se llevan a cabo exposiciones interactivas patrocinadas por grandes multinacionales. Destaca especialmente la iniciativa «Feeling the Energy», patrocinada por una filial de Eni (multinacional y una de las siete mayores petroleras del mundo responsable de numerosos vertidos y afecciones a poblaciones locales en el Delta del Níger).
La misma consideración merecen los eventos Articus y El Manantial de los Sueños. El primero, tendrá lugar esta Navidad en La Casa de Campo y el segundo en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de Ciudad Universitaria. Entre los patrocinadores y colaboradores de ambos eventos destacan multinacionales como Cocacola y la petroquímica Repsol.
Ecologistas en Acción recalca que haber inventado la expresión «sostenavilidad», que presuntamente haría referencia a una Navidad sostenible, no es más que otra maniobra de lavado verde. Organizar talleres de adornos navideños reciclados, elegir como temática el uso responsable del agua, recrear el ártico -con el derroche energético que conlleva- o incluir en una carta a Papá Noel nuestros mejores deseos de sostenibilidad, es insuficiente y dista mucho de una verdadera sostenibilidad. Sobre todo, cuando en ningún momento, se ha valorado el impacto que estos eventos tendrían sobre el patrimonio, la movilidad, la flora y fauna de la Casa de Campo y del Jardín Botánico de la Universidad Complutense.
Ecologistas en Acción concluye que instituciones científicas y públicas del prestigio del Real Jardín Botánico-CSIC de Madrid y la Casa de Campo -BIC ambos-, así como la Universidad Complutense de Madrid, no deberían estar contribuyendo al lavado de imagen de empresas de dudosa ética y cuya actividad contribuye de forma tan importante a agravar la crisis climática.