Los eurodiputados de la Comisión de Empleo del PE han aprobado una resolución en la que afirman que los países de la Unión Europea (UE) deben garantizar que los trabajadores puedan ejercer el derecho a desconectarse de forma eficaz, incluso mediante convenios colectivos. 

Fuera del horario laboral, los trabajadores deben poder apagar los dispositivos digitales sin sufrir consecuencias, acordó la Comisión de Empleo, que considera este derecho vital para proteger la salud de los trabajadores.

La cultura de estar «siempre activos» y la creciente expectativa de que los trabajadores deben estar disponibles en cualquier momento puede afectar negativamente el equilibrio entre la vida laboral y personal, la salud física y mental y el bienestar, afirma el Comité de Empleo.

Piden a la Comisión que proponga una Directiva de la UE sobre el derecho a desconectarse, ya que este derecho no está consagrado explícitamente en la legislación de la UE. 

Los eurodiputados también subrayan que la posibilidad de desconectar del trabajo debería ser un derecho fundamental, que permita a los trabajadores abstenerse de hacer tareas laborales y de comunicación electrónica fuera del horario laboral sin sufrir repercusiones.

Se espera que la resolución no legislativa se vote en una sesión plenaria en enero de 2021. Una vez aprobada por el Parlamento, se presentará a la Comisión y los países de la UE para su implementación como parte de futuras decisiones regulatorias.

Antecedentes

Según Eurofound , desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, más de un tercio de los trabajadores de la UE ahora trabajan desde casa porque el uso generalizado de herramientas digitales y tecnologías de la información y la comunicación (TIC) hace posible trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Actualmente no existe un marco legal europeo que defina y regule directamente el derecho de desconexión, y estas tecnologías pueden tener consecuencias nocivas, extendiendo la jornada laboral, difuminando los límites entre el trabajo y la vida privada y contribuyendo a algunos tipos de «nomadismo laboral», todo ello agravado por la crisis de la COVID-19.

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