Los colonos: Un genocidio chileno

En «Los colonos» (The Settlers), en un primer largometraje que coincide con el centenario de la independencia chilena, el realizador Felipe Gálvez acomete el ambicioso proyecto de contar la sangrienta colonización que llevó a cabo el genocidio de los indios Selk’nam, llamados Onas por los colonizadores, en Tierra de Fuego.

Un fragmento de la historia del país cuya desaparición en los libros de texto, y en gran parte de la memoria nacional, denuncian los historiadores.

En un drama político y militante, que es también un thriller histórico y una película de aventuras, lleno de referencias auténticas apoyadas en archivos actualizados, los autores del guión –el propio Gálvez y Antonia Girardi —han construido un relato por capítulos, basado en testimonios reales, que tiene todas las características del western clásico y que cuenta aquella  masacre y la impunidad de quienes la ejecutaron.

En el último tercio del siglo diecinueve, las «estancias» ovejeras se iban apropiando cada vez de más terreno en la Patagonia chilena. En 1901, el gran terrateniente José Menéndez (cuya familia existe todavía y posee un dominio gigantesco) organiza una expedición a caballo –en la que toman parte el teniente británico Maclenan, el joven mestizo Segundo y un mercenario estadounidense- para reclamar las tierras que le ha otorgado el estado y abrir una salida al océano.

Lo que en principio iba a ser una expedición administrativa se transforma en una cacería de los indios nativos que culmina en un auténtico genocidio perpetrado por los «colonos»

Se trata de unos hechos que no ocurrieron solamente en Chile. En un deseo de agrandar el mapa de Europa al otro lado del mundo y repartirse las riquezas, colonizadores ingleses, españoles y portugueses recurrieron a métodos similares para someter a las poblaciones locales, llevando a cabo masacres genocidas en nombre de la «civilización», que en muchas ocasiones contaron con la connivencia de la religión y el propio estado.

A medida que la expedición avanza, Segundo, el mestizo chileno, comienza a dudar de las intenciones de sus superiores y sus temores se confirman cuando le obligan a tomar parte en la masacre de una tribu de Onas, y en el secuestro de Kiepja, la única superviviente (representación del derecho a la emancipación social y cultural).

Veinte años más tarde, el terrateniente Menéndez ha prosperado, Kiepja y Segundo se han casado, y el presidente de Chile envía a un emisario, apellidado Vicuña para investigar los rumores que circulan sobre la masacre que allí se llevó a cabo.

Para Segundo es el momento de acabar con la culpabilidad que le ha acompañado desde entonces y dejar que se abra camino la verdad.

«Los colonos[1]» comienza con una cita de «La utopía», escrita a principios del siglo dieciséis por Tomás Moro, sobre unas extensiones de terreno que se pierden en el horizonte (Utopía es una palabra inventada por el autor inglés para designar un lugar que no existe; con el paso del tiempo, las izquierdas de todos los rincones del planeta se han apropiado del término para designar un «desiderátum», lo deseado, una aspiración o deseo que aún no se ha cumplido).

Las palabras de Moro sirven para explicar la colonización de todo un continente por «los blancos», a base de ir eliminando a las personas que vivían en él y estableciendo «un sistema de jerarquía cínico y vertiginoso, que pone en evidencia la dimensión caníbal de la colonización» (Nicolas Bardot, Le Polyester).

En la película «Los colonos» –ovacionada en la sección Un certain regard del último Festival de Cannes- comparten la interpretación actores consagrados como Alfredo Castro («Santiago 73», «El Club», «No»), Adriana Stuven («Dime con quien andas»), Marcelo Alonso («Tony Manero», «El Club»), Mark Stanley («En tierra minada», «Euphoria»), Sam Spruel («Blancanieves y el cazador», «Ourlaw-King») o Mariano Llinás («Trenque Lauquen»), con jóvenes como Camilo Arancibia («Juventud», «La vaca que cantaba el futuro») y la debutante Mishell Guaña.

  • «Los colonos» estará en los cines madrileños a partir del miércoles.11 de octubre de 2023.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre