El día 21 de octubre de 2022 será una fecha a tener en cuenta en la Historia de este país, ya que ese día entraba en vigor la Ley de Memoria Democrática, que a grandes rasgos tiene por objetivo la recuperación, salvación y difusión de la memoria democrática en aspectos como el reconocimiento de la reivindicación y los valores democráticos y de las libertades a través de la historia contemporánea de nuestro país.

Se hace eco al mismo tiempo de quienes padecieron persecución o violencia por razones ideológicas, políticas, de pensamiento o de opinión, al tiempo que se condena el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, así como la posterior dictadura franquista.

Leyendo esta nueva ley, algunos niños de la posguerra observamos cómo han cambiado las cosas en una España hoy democrática. Hay que decir que para nosotros las cosas eran muy diferentes, ya que se nos enseñó en la escuela que habíamos tenido la inmensa fortuna de nacer en un país donde mandaba un señor que se llamaba Francisco Franco, el Generalísimo, y que era Caudillo de España por la Gracia de Dios. Y claro, como éramos católicos, apostólicos y romanos, lo creíamos a pies juntillas, pues Dios no podía confundirse. También se le conocía con nombres como Centinela de Occidente, Salvador de la Patria y varias cosas más. Estaba presente en todas partes junto a otros dos personajes que daban mucho juego en un tríptico omnipresente: uno era Jesucristo y el otro José Antonio Primo de Rivera.

Nos hicimos mayores, pero hay que decir que una enseñanza de cuarenta años da mucho de sí, sobre todo para algunos, que todavía a estas alturas siguen con la nostalgia a cuestas soportando malamente la ausencia de aquel sumo hacedor, o Guía de la Patria, otro de sus nombres. A otros nos tocó callar, porque en aquella nuestra España que era Una Grande y Libre, también existían cosas como la Dirección General de Seguridad, el famoso TOP, o Tribunal de Orden Público, la Policía Nacional montada a caballo y otros métodos para mantener el orden…

Recobramos la libertad como ciudadanos con la Constitución de 1978, ha nacido una nueva generación de españoles que no sabe nada de lo que pasó anteriormente, y sería bueno que se enseñara en las escuelas con métodos pedagógicos reales, llamando a las cosas por su verdadero nombre. Se hace en Alemania con respecto a un personaje como Hitler como la cosa más natural, para que no vuelva a pasar

Nos satisface a los de antaño, e imagino que a la mayoría de los de ogaño, la entrada en vigor de esta Ley de Memoria Democrática que sustituye a la otra Ley de Memoria Histórica aprobada el 26 de diciembre del año 2007 siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Porque viene a poner algunas cosas en su sitio, a hacer justicia a un período de la Historia de este país que necesita una revisión en justicia, y honrar el recuerdo de aquellos miles de españoles que pagaron, muchos con su vida, las consecuencias de una dictadura franquista. Y que se les pueda dar a sus restos un destino digno, más allá de fosas en lugares abandonados. Sería un acto de humanidad, más allá de ser de izquierdas o derechas, que en democracia son opciones respetables.

Son varias las cosas que se recogen en esta nueva ley. Una de ellas es la anulación de las sentencias impartidas por los tribunales franquistas, con lo que las familias interesadas podrán recuperar los restos de sus seres queridos y darles una respetuosa sepultura. Junto a ello, la Administración General del Estado correrá a cargo de la búsqueda de los restos de los fusilados enterrados en fosas comunes, creando el banco de ADN.

Se pone fin a la llamada apología del franquismo, ya que se trató de una dictadura pura y dura, aunque hasta hoy algunos intenten negarlo. Una apología «que enaltece el golpe de Estado y la dictadura o enaltezca a sus dirigentes con menosprecio y humillación de las víctimas».

Otro punto a tener en cuenta es la protección para los investigadores, por lo cual se les reconoce el derecho a las familias de las víctimas o sus familiares a revelar cómo se cometieron violaciones de los derechos humanos, que estará por encima del derecho al honor.

Una treintena larga de títulos nobiliarios concedidos entre los años 1948 y 1978 dejarán de existir, así como las posibles pensiones que se perciban y las medallas que les correspondieran en su día.

De cara al futuro, los lugares de memoria seguirán la senda de los llamados hitos liberales. Según el texto, se toma como referencia «la larga tradición liberal y democrática que surge con las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812».

Con la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática queda claro que serán contrarios a ella referencias relativas a hechos como levantamiento militar, dictadura de los gobernantes, participación en sistemas represivos, etcétera. En este sentido, resulta simbólico que el siempre y famoso conocido Valle de los Caídos pasará a llamarse Valle de Cuelgamuros, un lugar que construyeron con trabajos forzados miles de presos cuyo delito había consistido en defender en la contienda fratricida a la República.

  • En la imagen: Presos redimiendo penas en el Reformatorio de Alcalá de Henares en 1939. Los reclusos construyen cruces de madera porque eran muy solicitadas por los industriales
Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha siete libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», «Memoria Histórica. Para que no se olvide» y «Una Transición de risa». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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