La ventana es un símbolo de unión entre lo interior y lo exterior, es también la mirada hacia afuera. En una casa, es arquitectura y decoración, foco de luz y ventilación, una apertura con lo externo por la cual visualizamos lo ajeno, lo de afuera. La ventana es algo simbólico que nos permite conocer lo cercano y lo desconocido.

Hay, en la relación «ventana – hombre», una actitud de observación, «voyeurista o voyerista», no siempre con una connotación sexual, (el término «voyeur», en francés se define como «el que ve»). Podríamos hablar, más bien, de una actitud de indiscreción, de curiosidad y hasta de relacionamiento.

Nunca como hoy, en tiempos de pandemia, las ventanas y los balcones se han convertido en el lugar de conexión con el mundo, de encuentro con la gente y la música, el lugar de expresiones de alegría o disgusto a través de canciones o cacerolazos. La ventana es el lugar para respirar aire puro, alejarnos del encierro o vivir un momento de relajamiento. Mirar por la ventana o salir al balcón puede ser un momento de goce, expansión o socialización, o un momento de quietud y de recogimiento personal.

En el arte, la ventana ha jugado diversos papeles y su presencia ha sido importante en el mundo pictórico, ya como arquitectura, centro de luz, emblema religioso, decoración, interioridad, símbolo, o representación.

No se agota en este breve panorama la significación de la ventana en el arte, solo acerca visiones de algunos artistas que la tomaron como tema artístico.

La ventana en la pintura del Renacimiento, está vinculada a la arquitectura como elemento constitutivo de los palacios y al concepto de perspectiva. Tuvo especial predomino en los artistas italianos: Giotto, Fra Angelico, Boticelli y especialmente, en Leonardo da Vinci (1452-1519) quien daba prioridad a ese espacio, como puede verse en la serie de Madonas: «Madona de la leche», «Madona de Benois», «Madona del clavel» (atribuida).

En el siglo diecisiete, encontramos al pintor Johannes Vermeer (1632-1675), quien consideraba la ventana en la arquitectura como elemento decorativo, pero también como coprotagonista colocando a sus personajes (generalmente mujeres) junto a ventanas, es el caso de «Niña leyendo una carta junto a la ventana abierta» o «La joven mujer con la jarra» y en muchos otros.

Murillo: mujeres en la ventana (detalle)

En los artistas tenebristas, se entabla un juego de luz-sombra, la ventana es además un hueco que deja penetrar la luz al interior, creando efectos lumínicos, como en Caravaggio (1571-1610) y en Rembrandt (1606-1669), en su famoso cuadro «Filósofo en meditación» donde por la ventana se vuelca la luz sobre el filósofo que es, a su vez, luz de sabiduría (Ver detalle en imagen de portada).

Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682), el pintor español muestra otro ángulo más realista en su cuadro «Mujeres en la ventana» o en su obra «Niño espulgándose».

Sorolla, Clotilde en la ventana

En siglo diecinueve, para los pintores impresionistas, la ventana suele ser vehículo para reflejar la naturaleza, puente hacia afuera; mientras que en la iconografía española, Joaquín Sorolla (1863-1923), suele retratar bellas damas mirando por la ventana, en escenas costumbristas.

En tiempos modernos, el pintor francés Pierre Bonnard (1867-1947) refleja la interioridad en «El tazón de leche», «Desnudo a la luz» y numerosas otras imágenes; para Matisse (1869-1954) es luz, decoración, tema central en su serie de ventanas de Tanger. Para Chagall (1887-1985) es recuerdo y nostalgia.

Cada artista da una visión de la ventana desde ángulos distintos o en diálogo con el personaje pintado, o en doble perspectiva: lo interno-lo externo. Para Rene Magritte (1898-1967), la ventana, en su cuadro «La condición humana» es reflejo óptico entre la realidad y la irrealidad.

Salvador Dalí (1904- 1989), en su cuadro «Muchacha en la ventana» refleja la ventana como lugar de contemplación, pinta a su hermana viendo el paisaje de Cadaqués, su tierra natal.

Dalí: muchacha en la ventana

En el caso del pintor americano Edward Hopper (1882-1967), la ventana es protagónica en muchos de sus cuadros, es parte emblemática del hombre, es silencio y soledad, luz y espacio. Nos conmueven sus obras: la mujer ensoñada en «Sol de la mañana», «Noctámbulos» o «Chop suey» donde muestra la ventana de un restaurante y sus comensales solitarios, o «Hotel by a Railroad», la pareja en soledad.

El tema es apasionante y actualmente, museos y curadores se han interesado. En el 2011 el Metropolitan llevó a cabo una exhibición «Room with view», enfocada en la ventana en artistas del siglo diecinueve. La Fundación Hermitage de Suiza, en 2013, expuso ciento cincuenta obras con el tema de la ventana, desde el Siglo quince hasta la actualidad. La muestra enfocó interpretaciones contemporáneas donde, la ventana, se transforma en televisión, pantalla de cine y en las «windows» de la computadora.

Como vemos, muchas son la percepciones de la ventana en el arte; este hueco de luz y aire, nos induce a un mundo de contemplación, reflexión, curiosidad, observación, indiscreción, deseo, memoria, naturaleza, recreación, encuentros (Oh! Romeo y Julieta), visión urbana, soledad, alegría y hastío, geranios y claves en flor, viajes metafísicos… la ventana es espacio y tiempo, es ojo y mirada… y, actualmente, tiene una especial significación para los artistas y para los que viven la cuarentena del coronavirus.

2 COMENTARIOS

  1. Buenisimo articulo. Nos invita a darle otro valor a algo que banalizamos. Ahora al mirar por la ventana pienso que intencion me mueve y que artista podria representar esa escena…

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