«La trenza» una torre de babel declinada en femenino por Laetitia Colombani

Tres mujeres, tres países, tres destinos

En India, Smita (Mia Maelzer, «Beyond the clouds»), perteneciente a la última de las castas, la de los «intocables», quiere que su hija tenga un destino diferente y mejor que el suyo, que necesariamente debe comenzar porque asista a la escuela.

En Italia, Giulia (Fotini Peloso, «Romanzo famigliare»), hará todo lo que esté en su mano para evitar la quiebra del taller de pelucas que creó su padre, ahora en coma en el hospital tras sufrir un accidente de carretera.

Y en Canadá, Sarah (Kim Raver, «Anatomía de Gray»), divorciada, madre y abogada en un prestigioso bufete donde espera un ascenso inminente, acaba de ser diagnosticada de un cáncer de mama.

A estas tres mujeres le une lo que, a pesar del paso del tiempo y las modas, en muchos lugares del mundo sigue siendo considerado un signo de feminidad: una trenza.

La muer india donará su espeso cabello, y el de su hija, como ofrenda en un templo al que hay que llegar tras una penosa ascensión por la ladera de una montaña. Muy lejos de allí, una chica italiana comprará esos cabellos y los transformará en la peluca que llevará la letrada canadiense durante el tiempo que dure su tratamiento de quimioterapia.

«La trenza» (The Braid), basada en la novela homónima de Laetitia Colombani, actriz («Fiesta de familia», «Las cosas humanas»), realizadora («Mes stars et moi», «A la folie…pas du tout») y guionista, nos pasea por tres continentes en un relato a tres voces muy fácil de seguir, gracias al encomiable trabajo de las tres actrices.

El éxito conseguido por la novela (editada en España por Salamandra), obra primeriza de 2017 que ha vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo traducida a cuarenta idiomas, ha sido un acicate para los productores y una ventaja para Laetitia Colombani, quien ha encontrado en ellos el apoyo necesario para adaptarla, y convertirla en película.

La intocable Smita, la abogada de éxito Sarah y la fabricante de pelucas Giulia protagonizan, a base de fragmentos encadenados, una historia en la que su directora reconoce la innegable influencia de «Babel», la película del mexicano Alejandro González Iñarritu, donde las historias acaban convergiendo: «Es mi película de referencia –reconoce Laetitia Colombani- lo mismo que la novela «Las horas», de Virginia Woolf, es mi libro de cabecera (…) Cuando vi el film de Iñarritu pensé que me gustaría hacer algo parecido, en femenino y que sucediera en tres lugares diferentes».

Tras asistir en Londres a una masterclass de Guillemo Arriaga, el guionista de «Babel», y siguiendo sus sugerencias, Laetitia Colombani ha optado por asociar los tres personajes de «La trenza» a algunos de los elementos más primarios: «Smita es la tierra donde sufre desprecio y humillación; Giulia el agua donde las empleadas de su taller lavan el cabello, que llega en grandes sacas desde India, antes de transformarlo en atractivas pelucas; y Sarah es el hielo», la representación de una de esas mujeres que guardan distancias con la realidad de su entorno, incluida una hija adolescente, movidas por las exigencias de una carrera que exige la entrega de todo a cambio del éxito profesional.

En un emocionante viaje por tres puntos cardinales de un mundo en el que todavía imperan algunos reflejos machistas y el patriarcado –el mundo rural y los majestuosos templos hindúes, los magníficos paisajes de la Italia más provinciana y el impresionante horizonte urbano de cemento y vidrio de Montreal- la realizadora Colombani nos ofrece una estampa humanista de mujeres que resisten y luchan por vencer los dictados de su entorno.

En este sentido y aunque las tres protagonistas no coinciden en ningún momento, «La trenza[1]» es un recordatorio de todo lo que nos une más allá de fronteras, culturas y lenguas.

  1. «La trenza» se estrena en la cartelera madrileña el viernes 15 de diciembre de 2023
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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