La Sociedad Española de Neurología (SEN) quiere concienciar en el Día Mundial del Ictus, que se celebra el 29 de octubre, que esta enfermedad es la primera causa de discapacidad,  la segunda causa de muerte y la segunda causa deterioro cognitivo en la población adulta.

En España, según datos de la SEN, unas 110.000 personas sufren un ictus cada año, de los cuales al menos un quince por ciento fallecen y, entre los supervivientes, en torno a un treinta por ciento queda en situación de dependencia funcional.

El ictus es además la primera causa de mortalidad en las mujeres, la segunda en hombres y la primera causa de discapacidad tanto en hombres como en mujeres: más de 350.000 personas presentan alguna limitación en su capacidad funcional como consecuencia de esta enfermedad

«El ictus se produce como consecuencia de la alteración del flujo sanguíneo que llega al cerebro. En más del ochenta por ciento de los casos, la causa es la obstrucción de alguno de los vasos que suministran sangre al cerebro, generalmente por un coágulo: es lo que se denomina ictus isquémico. Pero también puede producirse por la rotura en alguno de estos vasos: es lo que llamamos ictus hemorrágico», explica Mar Castellanos, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN). 

El ictus es una emergencia médica porque es una enfermedad tiempo-dependiente, es decir, cuanto más temprana sea su detección, el acceso a las pruebas y al tratamiento, mayor será la probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad y mayor también la de superarlo sin secuelas importantes.

Pero, a pesar de que se estima que una de cada cuatro personas en edad adulta sufrirá un ictus a lo largo de su vida, en España solo un 50% de la población sabría reconocer los síntomas de esta enfermedad:

  • Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades.
  • Alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender.
  • Alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o pérdida de la visión en algún lado de nuestro campo visual.
  • Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio.
  • Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.

«Los síntomas del ictus generalmente se producen de forma brusca e inesperada y, aunque habitualmente los pacientes suelen experimentar varios de estos síntomas, solo con identificar uno de ellos es motivo suficiente para que se llame al 112. Incluso aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos, hay que acudir a Urgencias», señala Mar Castellanos. 

Añade que «por esa razón, y por segundo año consecutivo, la campaña del Día Mundial del Ictus está centrada en que organizaciones de todo el mundo nos unamos para tratar de aumentar el conocimiento que la población tiene sobre sus síntomas, porque reaccionar a tiempo es esencial para sobrevivir o para no sufrir una discapacidad por esta enfermedad».

Del mismo modo que es importante reconocer los síntomas , es también muy importante la prevención de esta enfermedad. Aunque la incidencia de los ictus aumenta significativamente con la edad, más del sesenta por ciento de los casos ocurren en personas menores de setenta años y el dieciséis por ciento en personas menores de cincuenta años. Es decir, que aunque la edad sea un factor de riesgo que no se puede modificar, también influyen otros factores. 

El factor de riesgo más importante para la aparición de ictus es la presión arterial alta. Pero también otros como el tabaquismo, la inactividad física, la dieta poco saludable, la obesidad, el consumo de alcohol excesivo, la fibrilación auricular, los niveles elevados de lípidos en sangre, la diabetes mellitus, la genética, el estrés… La mayoría de estos factores son modificables. Se estima que solo controlando adecuadamente los factores de riesgo modificables se podría prevenir hasta el noventa por ciento de los casos de ictus.

«La prevención es muy importante, no solo porque es algo que está en nuestras manos, sino porque de no hacerlo, estimamos que en la próxima década se producirá un aumento del 34 por ciento en el número de ictus, un incremento de un 45 por ciento de muertes por ictus y un aumento del 25 por ciento en el número de supervivientes de ictus con discapacidad en Europa», comenta Mar Castellanos

El Plan de Acción Europeo contra el Ictus contempla los siguientes objetivos para 2030:

  • Que se reduzcan al menos un diez por ciento el número de casos de ictus en Europa.
  • Que el noventa por ciento o más de todos los pacientes con ictus en Europa sean tratados en Unidades de Ictus, como primer nivel de atención.
  • Que se dispongan de planes nacionales de ictus que abarquen toda la cadena de atención, desde la prevención primaria hasta después del ictus.
  • Que se implementen estrategias nacionales de salud pública, promoviendo y facilitando un estilo de vida saludable, y reduciendo los factores ambientales, socio-económicos y educativos que aumentan el riesgo de ictus.

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