La Organización Mundial del Comercio (OMC) estima que la guerra en Ucrania ha amenazado las cadenas de suministros impactando los precios de alimentos, y otros bienes, y que los efectos se sentirán en todo el planeta.

La agencia especializada en comercio señala otros factores que también afectan al sector, incluidas las últimas cuarentenas del COVID-19 en China, que están interrumpiendo el comercio marítimo justo cuando las presiones a la cadena de suministro parecían estar disminuyendo.

Se espera que el volumen del comercio mundial de mercancías crezca sólo un 3 por ciento este año, por debajo del pronóstico anterior que fue del 4,7 por ciento, y del 3,4 por ciento en 2023, aunque estas cifras podrían revisarse dada la incertidumbre que rodea al conflicto.

La invasión rusa comenzó el 24 de febrero y la Organización dijo que la consecuencia más inmediata de la guerra ha sido un fuerte aumento en los precios de las materias primas.

Disminución de suministros, precios más altos

Tanto Rusia como Ucrania son proveedores clave de bienes esenciales como alimentos, energía y fertilizantes, cuyo suministro ahora está amenazado.

También se han detenido los envíos de cereales a través de los puertos del Mar Negro, con posibles consecuencias nefastas, especialmente para los países más pobres.

«Suministros más pequeños y precios más altos de los alimentos significan que la población más pobre del mundo podría verse obligada a prescindir de ellos», señaló Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC.

La guerra tiene lugar mientras otros factores afectan al comercio mundial, incluidos los últimos bloqueos debidos a la COVID-19 en China que nuevamente están interrumpiendo el comercio marítimo justo cuando las presiones a la cadena de suministro parecían estar disminuyendo.

Dada la escasez de datos sobre el impacto económico del conflicto, los economistas de han tenido que confiar en simulaciones para sus suposiciones sobre el crecimiento del producto interno bruto (PIB) global hasta 2023.

Esas estimaciones capturan los efectos directos de la guerra, entre ellos la destrucción de la infraestructura y el aumento de los costos comerciales; el impacto de las sanciones rusas, incluido el bloqueo de los bancos rusos del sistema de pagos bancarios internacionales SWIFT; y una demanda agregada reducida en el resto del mundo, debido en parte a la creciente incertidumbre.

Petróleo y gas natural

Los precios mundiales del combustible ya estaban subiendo antes de la guerra. El mes pasado, el precio de referencia del petróleo crudo fue de 118 dólares por barril, un 38 por ciento más que en enero y más del 80 por ciento interanual. Los precios diarios se han moderado recientemente, desde un máximo de 128 dólares por barril el 8 de marzo hasta $104 dólares el 1 de abril.

A diferencia de los precios del petróleo, el costo del gas natural ha variado considerablemente entre regiones. En Europa, donde muchos países aún dependen de los suministros rusos, el precio aumentó un 45 por ciento entre enero y marzo, a 41 dólares por millón de unidades térmicas británicas (Btu). El precio se ha mantenido relativamente bajo en los Estados Unidos, aproximadamente 4,9 dólares.

La agencia de comercio dijo que los precios más altos del petróleo pueden reducir los ingresos reales y la demanda de importaciones en todo el mundo, mientras que los precios más altos del gas natural probablemente tendrían un mayor impacto en Europa.

Efecto de las sanciones

La Organización Mundial del Comercio afirmó que es probable que las sanciones occidentales sobre las empresas y los individuos rusos tengan un fuerte efecto en los servicios comerciales.

«Antes de la pandemia, los servicios de viajes, turismo y transporte aéreo eran los servicios más comercializados por Rusia, representando el 46 por ciento de sus exportaciones y el 36 por ciento de sus importaciones. Estos servicios, ya muy afectados por la pandemia, pueden verse fuertemente afectados por las sanciones económicas», señaló la agencia.

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