«La puerta mágica», cine fantástico para preadolescentes que se sienten adultos

«-¿Qué haces en tu tiempo libre? -Bueno…la verdad es que ahora todo mi tiempo es libre»

Producido por el prestigioso estudio hollywoodiense The Jim Henson Company, responsable de grandes éxitos de cine para jóvenes como «Barrio Sésamo» o «Pinocho» de Guillermo del Toro, y basado en una adaptación de la novela «The Portable Door» de Tom Holt, escrita por el actor, guionista y director Leon Ford, «La puerta mágica» es un largometraje firmado por el realizador australiano Jeffrey Walker.

La protagonizan los jóvenes actores británicos Patrick Gibson («Tolkien», «Mentes poderosas») y Sophie Wilde («Talk To Me»), acompañados de los actores internacionales Christoph Waltz («Django desencadenado», «Malditos bastardos»), Sam Neill («Jurasic Park», «El piano») y Miranda Otto («La guerra de los mundos», «El señor de los anillos: las dos torres»).

Completan el reparto Jessica De Gouw («Gretel & Hansel: Un oscuro cuento de hadas»), Rachel Hous («Thor: Ragnarak»), Chris Pang («Crazy Rixh Asians») y Christopher Sommers («Elvis»)

En un Londres que recorren los emblemáticos autobuses rojos de dos pisos, Paul Carpenter (Patrick Gibson) se convierte de la noche a la mañana en el nuevo becario con sueldo de la misteriosa empresa J.W. Wells & Co. -oficialmente dedicada a «crear coincidencias»-, donde comparte mesa con la brillante Sophie (Sophie Wilde).

(Quizá al futuro espectador le guste saber que «La puerta mágica» se rodó íntegramente en Australia durante la pandemia; los exteriores de la capital británica se incrustaron mediante una pantalla verde, igual que las que utilizan habitualmente nuestros «hombres del tiempo» para hablarnos de soles, lluvias y temperaturas».

Rápidamente, ambos se dan cuenta de que su nuevo trabajo es cualquier cosa menos convencional. Mientras Sophie es ascendida al Departamento de Casualidades, el director general de la empresa, Humphrey Wells (Christoph Waltz), persuade al joven Paul para que busque el objeto más poderoso y codiciado del mundo: la puerta mágica que ha desaparecido en algún rincón del lugar, lo más parecido a una gruta que pueda imaginarse.

Esa oscura y peligrosa misión llevará a Paul a adentrarse en un sinfín de lugares increíbles: desde las profundidades de un sótano infestado de duendes hasta las alturas del Himalaya. La búsqueda convertirá a Paul en un héroe inesperado que deberá salvar al mundo del plan más maléfico y diabólico que jamás haya amenazado la raza humana. Uma misión peligrosa que puede tener consecuencias indeseables para los dos jóvenes.

Un nuevo sosias de Harry Potter, sin talento específico para nada, por tanto adecuado para cualquier empleo- inmerso en una misteriosa institución londinense –JW Wells & Co- de apariencia tan añeja como el colegio de los brujos, y llena de reglas arbitrarias, como la de nunca permanecer en ella después de las cinco de la tarde.

Una aventura familiar en una empresa, que es un dédalo de habitaciones, pasillos, rincones y muros agrietados aptos para cualquier misterio capaz de encender la imaginación de los menores de doce años; una empresa que practica la magia de las coincidencias, tanto las auténticas casualidades como las inducidas, aunque sus protagonistas piensen siempre que son el resultado de su libre albedrío.

A estas alturas de la historia, «La puerta mágica[1]» es una película algo anticuada en la que pasan demasiadas cosas. Ideal para entretener a esos menores, ávidos de acción, que se sienten muy mayores.

  1. «La puerta mágica» se estrena en Madrid el viernes 23 de junio de 2023
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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