Agentes de la Policía Nacional han desmantelado en la localidad madrileña de Parla un centro de adulteración y corte de cocaína, desde donde se distribuía hasta diferentes comunidades autónomas. Cuatro personas han sido detenidas como miembros de una organización criminal, a quienes se les ha intervenido, además, un arma corta de fuego cargada y preparada para disparar.

Las investigaciones policiales comenzaron a finales del verano de 2020 sobre dos hermanos de origen dominicano que residían en Parla, quienes, según las indagaciones, se estarían dedicando al tráfico de esta sustancia estupefaciente. Disponían de varios vehículos con habitáculos ocultos preparados expresamente para ocultar la droga durante su transporte desde Madrid al norte peninsular, principalmente a las provincias de Asturias y León.

El avance de las investigaciones permitió comprobar que, con el objetivo de asegurar el éxito de dichos transportes por carretera, hacían uso de «vehículos lanzadera», al efecto de detectar eventuales controles policiales y, así, poder eludirlos. Este sistema de seguridad es muy frecuentemente utilizado por los grupos y organizaciones criminales que se dedican al tráfico de sustancias estupefacientes por carretera. Por otra parte, los agentes sospecharon que uno de los hermanos podía haber adquirido diversas sustancias químicas que son habitualmente utilizadas para la adulteración del clorhidrato de cocaína.

En los siguientes meses, los agentes concretaron la actividad que los investigados desarrollaban y se procedió a la identificación de otros implicados que formaban, con ellos, el grupo criminal. Se ubicaron diversos emplazamientos de interés para la investigación como el domicilio de la madre de los hermanos investigados, punto que utilizaban para la distribución de la cocaína a pequeña escala.

Durante uno de los traslados, los agentes interceptaron un vehículo en León. Tras una inspección exhaustiva, se pudo comprobar que el vehículo contaba con un habitáculo oculto en el respaldo de los asientos traseros, que contaba con un sistema de apertura muy discreto. Tras lograr abrirlo, encontraron en su interior dos paquetes que contenían unos 800 gramos de cocaína, procediéndose a la detención del conductor, un individuo madrileño afincado en Parla.

Interceptada el arma de uno de los detenidos

Con estas evidencias se llevó a cabo la explotación de la investigación, procediéndose al desmantelamiento de un centro para la adulteración y el procesamiento de clorhidrato de cocaína, más comúnmente conocido como «cocina». Estas instalaciones se encontraban en el trastero de la vivienda de uno de los investigados. En dicha «cocina» se encontraron diversos productos químicos para la adulteración de la droga, una prensa hidráulica para la compactación del estupefaciente adulterado, sellos y planchas metálicas y una pequeña cantidad de cocaína.

Igualmente, en la vivienda de otro de los investigados, que servía como punto de venta de estupefaciente para consumidores finales y otros traficantes a pequeña escala, se halló un arma corta de fuego alimentada y en disposición de disparar. Se encontraba en el interior de su dormitorio y próximo a su cama, con otros tres cartuchos en su cargador. Además, se intervino casi un kilogramo de cocaína en diferentes presentaciones y diversos útiles como básculas de precisión y recortes de plástico para preparar las dosis que distribuían desde esa vivienda.

En total, a esta organización se les ha intervenido dos vehículos, una pistola, 1800 gramos de cocaína, líquidos para adulteración de sustancia estupefaciente, 1600 euros en efectivo, cuatro básculas de pesaje de diversos tamaños, prensa hidráulica, diverso utillaje y quince teléfonos móviles.

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