En la MACA (El centro de detención y corrección de Abidjan) de Costa de Marfil, una de las cárceles más superpobladas del Africa profunda, el jefe Barba Negra (Steve Tientcheu, «Los miserables de Lady Li») está viejo y enfermo, y la tradición dice que tiene que quitarse la vida y dejar paso a otro interno.
Para conservarse más tiempo en el poder, elige a un joven recién llegado (el debutante Koné Bakary) y le designa «Román» (en francés, novela), un título que equivale a tener que pasar toda una noche de luna roja contando historias sin interrupción. Esa es «La noche de los reyes» que se estrena en los cines españoles este 24 de septiembre de 2021.
Presentada en la sección «Horizontes» del Festival de Venecia, «La noche de los reyes, segundo largometraje de Philippe Lacôte («Run»), nos propone una inmersión en una universo imposible de entender con nuestros códigos occidentales. Es cierto que hemos visto aglomeraciones carcelarias como la de esta historia en documentales y películas de países latinoamericanos, pero allí el poder lo detentan los mafiosos y traficantes de droga, mientras que en este cuento africano mandan las tradiciones y las leyendas lo que la convierte en una película carcelaria que no se parece a ninguna otra –donde todo el mundo está resistiendo todo el tiempo, y los cuerpos semidesnudos semejan macabras coreografías de antiguos esclavos deambulando por un laberinto de pasillos y rejas-. y que otros críticos mejor documentados que yo aseguran que es un fiel reflejo de la crítica situación del país.
El realizador Philippe Lacôte, quien ha crecido en Abidjan, conoce de primera mano esa cárcel desde que era un niño: su madre, una de las fundadoras del Frente Popular de Costa de Marfil, partido de oposición al régimen del presidente Félix Houphouet-Boigny (1960-1993), estuvo encerrada en la MACA durante años y él cogía un taxi colectivo para ir a visitarla. Dice que de entonces «guarda el recuerdo de un extraño reino, con su rey y sus lacayos, que iban y venían en todas las direcciones».
La práctica de «la noche de los reyes» no es una invención, forma parte de las tradiciones de la MACA aunque el realizador reconoce que la ha «dramatizado hasta el extremo, hasta la idea de la muerte potencial del narrador si termina su relato antes de que amanezca».
En la película, Román, como una Sheherazade de las Mil y Una Noches, relata la tragedia de Zama King, un mafioso que existió realmente y que tenía aterrorizadas a las bandas de chavales en su barrio «Sin Ley» durante la crisis de 2010-2011. Los presos escuchan embobados sus palabras, en las que aparecen creencias y supersticiones cargadas de violencia.