La depresión es la segunda causa de incapacidad laboral detrás de los trastornos osteomusculares. Actualmente, se estima que el coste derivado de esta enfermedad en España oscila entre los ciento cincuenta y los trescientos setenta millones de euros anuales.

Las empresas, el estigma de la enfermedad mental y sobre todo, la falta de psicólogos en la red pública de salud, hacen que no sea una enfermedad tratada, si bien, está diagnosticada o puede estarlo desde atención primaria.

Esto supone que tanto las bajas laborales como las que se producen por incapacidad, disminuyen la productividad y provocan jubilaciones anticipadas que hace que las empresas no prevengan estas situaciones derivadas de la misma.

En los Diálogos Online de Escucha Activa, enmarcados en la III Edición de la Campaña «De la depresión se sale», promovida por Lundbeck, se han comentado diversos aspectos relativos a la enfermedad. En este encuentro, que ha sido avalado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Asociación La Barandilla, el doctor Fornés, jefe de Servicio de Salud Laboral y Prevención de Riesgos laborales del Ayuntamiento de Valencia, ha expresado: “Las personas que trabajan en el sector servicios son las más propensas a sufrir este tipo de trastornos, especialmente aquellos con más alto nivel de cualificación, con más responsabilidades y con trabajos que suponen una mayor implicación emocional”.

Los especialistas han señalado la necesidad expresamente de promover un entorno laboral favorable para hablar de depresión y con ello, detectar las señales de alarma que puedan permitir un diagnóstico temprano, así como reducir los elevados costes originados por la enfermedad.

“También se trata de pasar de la prevención de riesgos psicosociales a la promoción de la Salud mental en la empresa, que engloba aspectos como, favorecer una alimentación saludable, afianzar la práctica regular de ejercicio físico, así como fortalecer la resiliencia de los trabajadores con formación en el manejo de las emociones, gestión del estrés, la comunicación, las habilidades sociales y el autoliderazgo. En definitiva, la prevención de la depresión en la empresa tiene que partir desde los trabajadores, con un enfoque global centrado en los aspectos físicos, sociales, emocionales y laborales”, explicó la Dra. Gutiérrez Labrador, psiquiatra jefe de Sección de SSM de Alcobendas en el Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid.

Por otro lado, señaló que el tabú que aún existe sobre esta enfermedad, la banalización del término «depresión» o el estigma y los prejuicios asociados, conducen a que muchos trabajadores que la padecen no lleguen a reconocerlo por miedo a perder su empleo o a ser estigmatizados por sus propios compañeros. Por eso, los expertos insisten en la necesidad de divulgar y sensibilizar sobre la depresión, así como desarrollar programas de prevención y detección precoz que sean realmente eficaces.

En el encuentro se comentó cómo debería ser el abordaje de los síntomas cognitivos que es clave para evitar el presentismo laboral.

Se calcula que el 80% de la pérdida de productividad debida a la depresión puede atribuirse a una inadecuada capacidad en la ejecución de las tareas. Según la Dra. Gutiérrez Labrador, “los síntomas cognitivos como la falta de concentración, la fatiga mental precoz, la dificultad para la correcta valoración de los problemas y para tomar decisiones, la desmotivación, la dificultad para mantener relaciones sociales y el aislamiento condicionan gravemente que el trabajador desempeñe sus tareas con normalidad”.

En muchas ocasiones, la persona con depresión permanece en su puesto de trabajo, a pesar de la presencia de estos síntomas. Es lo que en el ámbito laboral se conoce como presentismo y que constituye uno de los mayores problemas para las empresas. De ahí la necesidad de detectarlos de forma temprana y abordarlos correctamente con un tratamiento adecuado que permita la remisión de los síntomas y la reincorporación al puesto de trabajo.

La situación de incertidumbre generada por la actual pandemia está generando mayor inestabilidad laboral, lo que puede traer un incremento de las enfermedades mentales en el entorno laboral. “La inestabilidad laboral genera ansiedad, la ansiedad es la antesala de la depresión”, como advirtió el Dr. Fornés, así que es necesario “disminuir el estrés colectivo en estos momentos y mejorar el afrontamiento de la pandemia como individuos y como sociedad”.

Ana De Luis Otero
Periodista. Doctora en Ciencias de la Información. PhD. Máster en Dirección Comercial y Marketing. Fotógrafo. Consultora de Comunicación Socia directora LOQUETUNOVES.COM; Presidenta de D.O.C.E.( Discapacitados Otros Ciegos de España); Secretaria General del Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD); Miembro del CEDDD autonómico de la Comunidad de Madrid; Miembro del Consejo Asesor de la Fundación López-Ibor; Miembro del Comité de Ética de Eulen Sociosanitarios; Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland); exdirectora del diario Qué Dicen. Divulgadora científica, comprometida con la discapacidad y la accesibilidad universal. Embajadora de honor "Ñ". Representante en EASPD Europe del CEDDD Inclusive Life

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