«La contadora de películas» , la magia del cine como sucedáneo de la realidad

«La contadora de películas[1]», adaptación de la novela homónima del chileno Hernán Rivera Lettelier, Premio Nacional de Literatura (editada en España por Alfaguara), cuenta la historia de María Margarita, una adolescente que en el final de los años sesenta y principios de los setenta vive en un pueblo minero en el corazón del desierto de Atacama, que ha desarrollado el don de contar películas en un momento en que no hay ni televisión en los hogares.

Estrenada en el Festival de Toronto y proyectada el pasado 21 de octubre en la sesión inaugural de la Semana de Cine de Valladolid (Seminci), está dirigida por la danesa Lone Scherfig («Una educación», «Un día», «Italiano para principiantes», Oso de Plata en el Festival de Berlín) y protagonizada por la francesa Bérénice Bejo («The Artist»), el español Antonio de la Torre («La trinchera infinita», «El reino») y el hispano alemám Daniel Brühl («Malditos bastardos», «Rush»), junto a las jóvenes chilenas Sara Beckar y Alondra Valenzuela, a partir de un guión escrito por tres realizadores: el brasileño Walter Salles («Diarios de motocicleta», «Una familia brasileña») y los españoles Isabel Coixet («La vida secreta de las palabras», «Learning to drive», «La librería») y Rafa Russo («Amor el defensa propia», Nada que perder», Goya al mejor corto 2022).

El padre trabaja en la mina de salitre como casi todos los hombres del pueblo. La madre se ocupa de los niños, con el secreto deseo de conseguir una vida en los escenarios o en la pantalla. Los domingos toda la familia acude al cine, «cuando el cine era el mayor acontecimiento social y el único entretenimiento que podía tener un pueblo», para disfrutar de historias que les hacen soñar con otros mundos, y que más tarde comentarán en casa.

Cuando un accidente condena al padre a vivir en una silla de ruedas, y a toda la familia a reducir gastos, deciden que solo uno de los niños vaya al cine, y después cuente la película a los demás. Por eliminación, es la pequeña María Margarita la designada.

«Narrando y reinventando las historias que ha visto en pantalla, María Margarita inspirará esperanza a su pueblo y reflejará su propia lucha a través de la ficción, convirtiendo el contar películas en todo un arte» (El correo).

A medida que pasa el tiempo, el talento de la niña para escenificar lo que ha visto en el cine se extiende por el pueblo y cada vez acude más gente que no puede pagarse una entrada a escucharla, al tiempo que el país se dispone a protagonizar varios vaivenes políticos, que le llevarán desde los cortos años de la esperanza de Allende a la interminable noche negra de Pinochet.

Comedia dramática sobre el paso a la edad adulta, celebración del cine y retrato de las difíciles vidas de los mineros de Atacama («El lugar más árido del planeta»), toda la acción descansa en las dos jóvenes actrices que encarnan a Maria Margarita adolescente y joven quien, en palabras de uno de los vecinos, «cuenta las películas en blanco y negro como si fueran en technicolor y cinemascope», lo que anima al padre a cobrar la entrada a las sesiones, en una de las cuales, y evocando la célebre frase de Shakespeare «estamos hechos de la misma materia que los sueños», la pequeña asegura: «Yo pienso que estamos hechos de la misma materia que las películas».

Hermosa y triste, y también desigual en la narración, «La contadora de películas» es una mirada emocionante al pasado, a la llegada del cine a las pequeñas localidades y a la manera en que puede llegar a conformar una comunidad y hacer que se olvide de la cruda realidad cotidiana.

Y una oda al lenguaje del cine, un lenguaje que ya es universal, que todos entendemos. «La contadora de películas» nos invita a evocar anteriores logros de la gran pantalla, como la magnífica «Cinema Paradiso» de Giuseppe Tortnatore (1988).

Para la directora Lone Scherfig «el objetivo es hacer justicia a la novela, al guion y a una historia arraigada en la realidad. Esta debería ser una película a la que quisieran escaparse un domingo por la tarde sus personajes, una familia de mineros amantes del cine».

Los cinéfilos apreciarán las secuencias de clásicos como, entre otras, «Senderos de gloria», «El hombre que mató a Liberty Balance», «Espartaco», «Desayuno con diamantes», «El apartamento, «De aquí a la eternidad», «Los diez mandamientos» o «Los paraguas de Cherburgo», que salpican los relatos de la niña.

(1) «La contadora de películas» se estrena en los cines de Madrid el viernes 27 de octubre de 2023.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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